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E.R.
Miércoles, 28 de enero 2015, 21:00
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De un polo a otro opuesto. Dos blogueras 'fashion', que solían escribir sobre moda, pasaron de admirar el diseño de las prendas de temporada a denunciar las deplorables condiciones en las que trabajan los fabricantes de algunas de estas multinacionales de ropa barata. Es el caso de Anniken y Frida, dos de los tres jóvenes noruegos que participaron en el reality 'Sweatshop, ropa barata de la muerte'. El experimento consistía en enviar a estas dos chicas junto a Ludwig (otro bloguer, apasionado de la moda) a pasar una temporada en una fábrica de Camboya, donde se confeccionan prendas para marcas multinacionales a bajo coste.
El programa, emitido en el canal noruego Aftenposten, muestra la evolución de los protagonistas, quienes salieron horrorizados al experimentar en su propia piel el sufrimiento de los empleados de estas firmas que suelen llevar la producción a talleres textiles del Sudeste Asiático.
Los jóvenes ya no podían vivir con todas las comodidades a las que estaban acostumbrados. En el caso de Anniken, dejó de gastarse 600 euros al mes en ropa para invertir lo poco que ganaba en comida: «Esa chaqueta sería el sueldo de un año». «¿Qué clase de vida es esta?», se preguntaba.
El experimento fue un punto de inflexión para todos, pero en especial para Anniken y Frida. Se convirtieron en activistas y denunciaron la opacidad de Afterposten por no revelar la situación de los trabajadores de la marca H&M. Sus reivindicaciones laborales hacia la empresa sueca llegó incluso al parlamento de su país.
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