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Jueves, 27 de noviembre 2014, 17:47
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Un niño de tres años mató a su madre de un disparo accidental mientras jugaba con una pistola en Tulsa -Oklahoma, EEUU-. La mujer falleció en la ambulancia antes de llegar al hospital. En estos momentos, un equipo de psicólogos e investigadores está trabajando con el niño para averiguar qué pasó exactamente.
La mujer, de nombre Christa Engles, tenía 26 años y era reservista de la armada. Según indican fuentes de la investigación, el pequeño se puso a jugar con la pistola automática de su madre, de manera que apretó el gatillo y disparó justo en su cabeza mientras ella estaba cambiando los pañales a su hija de un año. «Creemos que fue un terrible accidente. El niño encontró el arma en una mesa cercana y se puso a jugar con ella», declara el sargento Dave Walker.
Christa Engles fue encontrada en el suelo por la abuela de los niños, quien pidió una ambulancia para socorrerla, aunque los esfuerzos no consiguieron salvar su vida, ya que murió justo antes de ingresar en el hospital. Según los datos revelados de la investigación, cuando el niño fue atendido por especialistas en traumas infantiles no paraba de repetir dos palabras: «mamá, disparo».
Este suceso vuelve a abrir el viejo debate sobre la libertad de posesión de armas de fuego en Estados Unidos. Datos registrados señalan que alrededor de 500 niños y adolescentes estadounidenses mueren cada año por armas de fuego, una tasa que subió en casi un 60 % en diez años. Aparte de los casos de muerte, 7.500 niños son hospitalizados cada año a causa de disparos, casi un incremento del 80 % en el periodo comprendido entre 1997 y 2009.
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