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El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra.
Osoro visitará barriadas marginales y dialogará con el poder político, pero «no por la fuerza»

Osoro visitará barriadas marginales y dialogará con el poder político, pero «no por la fuerza»

Asegura que su única adscripción está en la persona de Jesucristo

Antonio Paniagua

Lunes, 27 de octubre 2014, 13:16

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El nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se manchará de barro. Visitará las cárceles y "allí donde están todas las esclavitudes" contemporáneas, como la droga o la prostitución. Aún no está decidido cuál será el lugar elegido para mostrar la versión española de la 'primavera de Francisco'. Pero una cosa es clara: mirará de cerca "las periferias", lugares donde realizan una labor callada los religiosos.

Por si aún cupiera alguna duda de que Carlos Osoro es el álter ego del papa Francisco en España, el propio implicado las despejó todas hoy. En su primera comparecencia ante la prensa una vez que tomó el sábado posesión del cargo, Osoro dejó que los periodistas escucharan el buzón de voz de su teléfono móvil. Desde Roma el papa argentino le llamaba para hablar con él. No lo pudo hacer porque tenía el dispositivo apagado, pues estaba rezando. "Monseñor Osoro: soy el Papa Francisco. Para mandarle un abrazo... por su arzobispado. En todo caso más tarde intentaré llamarle: gracias", dice el sucesor de Pedro.

Lo primero que pensó el prelado es que un chistoso estaba tratando de reírse a su costa. "Después vi que no, y claro, me emocioné, porque uno no se espera que el Papa, con todas las ocupaciones que tiene, se ocupe del nuevo arzobispo de Madrid". Las palabras del titular de la archidiócesis madrileña son un estímulo para arremangarse. "¿Cómo uno no va a trabajar más cuando recibe esto, cuando nota que lo quieren?". "Diréis que soy muy espiritualista... pues bendito sea Dios", dijo en tono de chanza.

Observar a Ososo y compararlo con Rouco, el todopoderoso cardenal que ha gobernado la Iglesia española durante dos décadas con mano de hierro, es hablar de la noche y el día. Si Rouco era hosco y autoritario, Osoro es amable y cercano. Al término de su comparecencia ante los informadores saludó a todos sin excepción, incluidos los más críticos.

Un seductor

Aunque suene a obvio, Osoro tiene don de gentes, a su manera es un seductor. Negó cualquier querencia política. "Mi única adscripción es Jesucristo". El nuevo titular de la archidiócesis se mostró abierto al diálogo con el poder político, pero no por las bravas. "Hablaré con todo porque soy de todos. Yo, donde me dejen entrar entraré, y donde no me dejen, haré todo lo posible por entrar, pero no a la fuerza", apuntó.

"La persona humana es la principal tarea. Aunque uno no crea ni en las aspirinas, todos y cada uno de nosotros queremos a alguien. ¿Quién no?, que levante la mano", interpeló a los informadores. "Se trata de querer de verdad a esa persona que tengo delante, sea quien sea, y quererla en todo lo que es, no en lo que a mí me apetece que sea", subrayó.

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