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El buque 'Alcira' se hunde frente a la costa
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El buque 'Alcira' se hunde frente a la costa

Se cumplen cien años del naufragio de la embarcación, que dejó hasta seis tripulantes desaparecidos

CARLOS GARSÁN

Martes, 9 de septiembre 2014, 00:02

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«Desgraciadamente era cierta la noticia». Hace un siglo que el periódico LAS PROVINCIAS informaba del hundimiento del 'Alcira', un barco de vapor perteneciente a la empresa valenciana Compañía de Correos de África. La embarcación se fue a pique durante la madrugada del pasado 7 de septiembre de 1914, tras sufrir un importante choque con otro navío que lo condenaba a descansar bajo las aguas del mar, cuando apenas le faltaban unas millas para llegar a su puerto de destino.

La casa armadora recibió sobre las 9 y media de la mañana un telegrama informándoles del accidente, un choque en el que se había visto envuelto otro vapor de origen italiano, el llamado 'Avenire', que salió dos días antes de San Antonio de Villarreal, en Portugal, y se dirigía a la ciudad francesa de Marsella portando hasta 37 pasajeros. El barco valenciano realizaba la travesía desde Barcelona hasta Almería y, fue al pasar por el cabo de Gata -próximo a la entrada del puerto hacia donde se dirigía-, cuando fue embestido por el buque italiano, debido a una falsa maniobra, provocando el rápido hundimiento del primero, que en tan sólo cinco minutos yacía bajo el mar.

En total se perdieron a seis de los tripulantes del 'Alcira': un oficial, Felipe S. de Torre; dos maquinistas, Miguel Plá y Wenceslao Font; un contramaestre, Francisco Zaragozá; un camarero, Jaime Tort; y un marinero, Pedro Aragonés. Mejor suerte corrió el comandante, Rodrigo Bustamante, que, junto a otros 28 tripulantes, logró ser salvado por el 'Avenire'. Debido a que el barco valenciano realizaba su última ruta entre los puertos de Barcelona y Almería, ya que a partir de ese momento iba a cambiar su trayecto, no llevaba pasaje, con lo que no se lamentaron más pérdidas de las ya contabilizadas.

El 'Alcira' era un vapor de 1.061 toneladas de arqueo total y 659 neto; medía 72,82 metro de eslora, 9,36 de manga y 5,28 de puntal. La fuerza de una de sus máquinas era de 150 H.P. nominales y su velocidad llegaba a once millas. Cuando se constituyó la Compañía Valenciana de Navegación, en 1884, contaba con un buque del mismo nombre, que años después vendió. Pero este hundimiento no es el único que vivieron los barcos pertenecientes a la Compañía Correos de África. Tras su fusión con la empresa La Roda Hermanos, en el año 1910, otros dos barcos habían tenido el mismo destino que el 'Alcira'. En agosto fue el 'Martos' el que, tras un choque con el buque alemán 'Elsa', acabó bajo las aguas. En febrero del año anterior la compañía perdió el 'Vicente Sanz', tras un incendio que no dejó ni rastro de la embarcación en la costa de Melilla.

Fue el día siguiente, el 9 de septiembre de 1914, cuando LAS PROVINCIAS publicó las primeras declaraciones concedidas por el capitán del barco 'Avenire' -cuya popa había resultado destrozada y varios de sus compartimentos estaban inundados- cuando éste se escontraba amarrado en el cabo de Gata con el fin de llevar a cabo las diligencias oportunas tras el siniestro. «Iba en el puente y, al doblar el cabo de Gata, a unas cuatro millas de distancia vi al 'Alcira', que realizaba la misma maniobra, y sobrevino el choque que fue espantoso [...] se dirigió a toda máquina hacia tierra, pero a los pocos minutos se hundió por la proa. Del 'Avenire' se lanzaron al agua dos botes, dirigiéndose a prestar auxilio a los náufragos», afirmó a los periodistas el capitán, pocas horas después del brutal accidente. Del buque italiano se contabilizaron, por su parte, hasta tres víctimas: el jefe de fogoneros y dos pasajeros. El capitán sufrió la fractura de dos costillas.

A las pocas horas de haber tenido lugar el naufragio del 'Alcira' en su camino hacia Almería, tan sólo un cadáver había podido ser recogido e identificado por los servicios de salvamento. Se trataba del primer maquinista, Miguel Plá, de 51 años y natural del Grao, aunque vivía desde hacía años en Barcelona junto a su esposa, Casilda Campos, y a sus tres sus hijos: Felipe, de 21 años; Casilda, de 17, y Pilar, de 14 años. Al entierro de Plá acudieron diversas autoridades de Marina, los supervivientes del naufragio y también la tripulación del vapor 'Sagunto', que se encontraba fondeado en el mismo puerto. El maquinista llevaba treinta años de servicio a la compañía. El Grao mostró también su cara más triste en memoria de Miguel Plá y del resto de desaparecidos. Los barcos del puerto hicieron ondear su bandera a media asta en señal de duelo por aquellos que perdieron la vida en el 'Alcira'.

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