Secciones
Servicios
Destacamos
gerardo elorriaga
Lunes, 21 de julio 2014, 17:10
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Existe una enfermedad sin cura, capaz de afectar a individuos, pero también de movilizar a poblaciones completas, arrasar paisajes, crear grandes fortunas y propagar algunos de los hábitos sociales más nocivos. La fiebre del oro fue identificada a mediados del siglo XIX en California y, desde entonces, se ha propagado por todos los territorios donde se ha hallado este metal precioso. Hoy, un tercio de su producción proviene de África y, como siempre, cada descubrimiento aurífero ha provocado transformaciones económicas, demográficas y, sobre todo, de modos de vida.
Lea la información completa en la edición impresa o en Kiosko y Más.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.