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Acceso principal a las dependencias municipales del edificio l'Almàssera de Oliva. lp
El mal del 'edificio enfermo' causa afecciones en la piel a trabajadores de l'Almàssera de Oliva

El mal del 'edificio enfermo' causa afecciones en la piel a trabajadores de l'Almàssera de Oliva

El ejecutivo encarga un estudio para adoptar medidas que frenen los efectos de la lipoatrofia semicircular del personal del inmueble municipal

ROCÍO ESCRIHUELA

OLIVA.

Miércoles, 8 de noviembre 2017, 00:59

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El mal del 'edificio enfermo' está llevando de cabeza al Ayuntamiento de Oliva. Varios trabajadores del inmueble municipal l'Almàsera están sufriendo alteraciones en la piel a consecuencia del síndrome que afecta desde hace años a las dependencias administrativas. «El trastorno benigno del tejido subcutáneo» afecta a varios empleados del recinto, aunque «nadie está de baja» por ese motivo, tal y como afirmó la edil responsable de Personal, Rosana Miñana.

El mal del 'edificio enfermo' se caracteriza por una elevada carga de electricidad estática y un ambiente seco que sufren las personas que habitan el inmueble, en este caso a casi 30 empleados que desarrollan allí su jornada laboral diaria. El síndrome de lipoatrofia semicircular es como se conoce a la reacción que provoca esta patología en las personas y que se caracteriza por depresiones o hundimientos semicirculares en la piel, normalmente en los muslos, y que mayoritariamente afecta a las mujeres.

Inspección

En el año 2010 se detectó el primer caso en l'Almàssera de Oliva y desde entonces el consistorio no ha cesado en su empeño de buscar una solución al problema de esta dependencia. Ayer mismo, un técnico se encontraba en la Ciudad Condal para inspeccionar la oficina municipal y valorar las medidas oportunas para encontrar el remedio que ayude a paliar los efectos en el personal laboral de esta enfermedad que afecta al tejido adiposo.

El Comité de Seguridad y Salud, integrado por representantes sindicales y de todos los grupos municipales, decidió el año pasado contratar a una empresa especialista en este tipo de edificios afectados por la enfermedad para que realizara un diagnóstico.

Tras aquella primera valoración, el técnico recomendó unas medidas de precaución que desde el ejecutivo local pusieron en marcha este año. Ahora, dicho comité ha decidido que el mismo técnico que realizó aquella valoración regrese para hacer un nuevo informe, «comprobar datos con los anteriores y saber si las medidas que se han tomado en el edificio han sido efectivas», apuntó Miñana

En estos momentos, la empresa especializada está realizando otra nueva inspección del edificio para valorar si las medidas adoptadas han ayudado a frenar los efectos en el personal laboral. Según la concejal, entre las recomendaciones que se han llevado a cabo para paliar la alta carga de campos electromagnéticos está la colocación de nuevas tomas de tierra de corriente eléctrica o algo tan sencillo como enrollar el cableado de los ordenadores, impresoras o fotocopiadoras y demás aparatos eléctricos para que no estén en contacto directo con el mobiliario.

Del mismo modo, se ha recomendado a los trabajadores desconectar los cargadores de los teléfonos tras finalizar la jornada laboral y volverlos a conectar al inicio de la misma, con el fin de evitar una subida de la carga electromagnética. «Estamos tratando de averiguar que cosas producen una carga más aumentada de lo habitual y por ello hemos confiado en una empresa experta en este tipo de enfermedades», explicó la edil de Personal. Miñana recalcó que desde el gobierno local «somos los primeros implicados para que la gente trabaje en las mejores condiciones posibles y por eso haremos los informes que hagan falta porque esto es una preocupación de todo el ayuntamiento».

Solución definitiva

Desde el consistorio tratan de dar con la solución definitiva al problema tras pasar ya 7 años desde que se detectó el primer caso en el inmueble. «El técnico nos ha explicado que en otros edificios afectados en los que ha actuado sí que se ha resuelto el problema, lo que tenemos es que localizar las causas que lo provocan y por eso las medidas que estamos tomando, para hallar una solución definitiva», especificó la concejal.

El principal problema de esta enfermedad es la novedad de la misma, ya que afecta a edificios nuevos y altamente tecnificados, pero en ningún caso la reacción que produce en las personas es grave. La elevada carga de electricidad estática también está condicionada por el tejido de la ropa, la suela de los zapatos o utensilios metálicos que sirven de transmisores.

Miñana explicó que todo el personal laboral del ayuntamiento pasa cada año la revisión en el centro médico, pero que además, los trabajadores de este inmueble pasan un reconocimiento más específico por dicha cuestión. «El último informe de la mutua no revela que la situación haya empeorado. Se han registrado casos de mejoría en algunas personas, mientras que otros trabajadores se mantienen en la misma situación», apuntó la edil, quien destacó que «la información es privada y cada persona sigue además las recomendaciones personales de los especialistas médicos que la atiende». La concejal señaló que «estaremos pendiente del informe por si es necesario cambiar de lugar a algunos trabajadores».

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