El Síndic de Greuges afea al alcalde de Tavernes y le insta a que deje a Vercher participar en los plenos

El Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana se ha posicionado a favor de la concejala no adscrita de Tavernes , Karina Vercher, al considerar que el alcalde, Jordi Juan, había vulnerado su derecho de participación pública en un pleno.

El Síndic recomienda al primer edil que, en los términos previstos en la vigente normativa, «permita la participación e intervención de la autora de la queja en las sesiones plenarias, al constituir el núcleo esencial de las funciones representativas de un concejal».

Vercher elevó al Síndic unos hechos que ocurrieron en el pleno de marzo, cuando el alcalde le retiró la palabra con la frase «no voy a permitir que una moción sea excusa para que un concejal lea lo que le dé la gana». La edil progresista pretendía leer un texto sobre la ley del aborto; no pudo, pero poco después la regidora Pilar Altur sí que leyó otro texto en la sesión plenaria, lo que indignó más si cabe a Vercher.

Para Vercher, la respuesta del Síndic recomienda a Juan que cambie de actitud y permita a los concejales participar e intervenir en las sesiones del pleno, «y no como ha hecho hasta ahora que ha denegado la palabra con argumentos en los que decía que un regidor no puede leer lo que le dé la gana».

La concejala está satisfecha por el dictamen porque «le deja bien claro al alcalde que sí que ha coartado mi libertad de expresión y que ha impedido mi participación poniendo trabas a mi derecho de fiscalización del gobierno». Vercher agrega: «Este dictamen demuestra la actitud totalitaria y antidemocrática del alcalde ante todo aquello que no le intesera escuchar».

Jordi Juan considera que sí que ha permitido la palabra a los concejales siempre «dentro de un orden». «Un edil no puede hablar cuando quiera, es el alcalde quien debe organizar el debate». El alcalde mantiene que Vercher, al ser una concejala no adscrita no puede presentar mociones, pero sí intervenir cuando le corresponda. En las alegaciones presentadas por el consistorio, el ayuntamiento matizaba que una de las atribuciones de la alcaldía es velar por el correcto funcionamiento de los plenos y tomar las medidas pertinentes para que las sesiones se celebren con normalidad. Añadía que las intervenciones de los concejales deben ceñirse a unas mínimas pautas que permitan la corrección del pleno. Desde la alcaldía se negó que se recortara el derecho de expresión o se impedirá la participación en asuntos públicos.