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Las tres rectoras admiten que la mujer compite en inferioridad.

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Las tres rectoras admiten que la mujer compite en inferioridad. Irene Marsilla

Las rectoras creen en un futuro sin techos de cristal

Eva Giner, Asun Gandía y Rosa Visiedo pilotan las universidades privadas valencianas, marcando con su ejemplo el camino hacia una sociedad menos desigual

MARÍA JOSÉ CARCHANO

Valencia

Jueves, 8 de marzo 2018

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Eva. Asun. Rosa. Tres mujeres. Trabajadoras, luchadoras, incansables, profesionales. También familiares. Como cualquiera de las mujeres con las que cada día nos cruzamos por la calle. O nosotras mismas, quienes escribimos este periódico, quienes lo leen. Lo que las diferencia es que son rectoras de una universidad y representan a esa minoría femenina que, a cuentagotas, va ocupando cargos de responsabilidad en las instituciones. Rosa Visiedo, licenciada en Ciencias de la Información, rectora en la Universidad Cardenal Herrera CEU desde 2011, es la más veterana. Asun Gandía, doctora en Ciencias Biológicas, ocupa el rectorado en la Católica desde 2016. Eva Giner, doctora en Farmacia, apenas lleva dos meses al frente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), y es también la más joven. Hace unos días se incorporó otra mujer a esta terna: Mavi Mestre, que venció en las elecciones al rectorado de la Universitat de València. Una anomalía en esa minoría que no debería ser tal teniendo en cuenta que las mujeres suponen mayoría en las aulas.

«La ambición, como reducto de poder, ni la entiendo ni la quiero»

ASUN GANDÏA | CAtólica

-Vamos a hacer un ejercicio de memoria. ¿Qué sintieron en el momento en que entraron por primera vez en el despacho del rectorado que hoy ocupan? ¿Hubo algo de vértigo? Eva, en su caso usted lo tiene muy reciente.

Eva: -Es un sentimiento de vértigo mezclado con responsabilidad. Necesité tiempo para meditar bien lo que se me presentaba por delante, porque no es solamente esa situación en la que dices: «De acuerdo, me van a nombrar». Es todo lo que a partir de ese momento tienes que representar. Miras hacia otras universidades, sobre todo las públicas, y ves un perfil muy diferente al que podemos tener nosotras. Y te planteas: «¿Es posible?» Claro que es posible.

Las tres rectoras posan para Revista de Valencia.
Las tres rectoras posan para Revista de Valencia. Irene Marsilla

Ha resultado fácil concertar esta cita, la propuesta les gustaba. Sentarse juntas y charlar. Buscamos un lugar neutral, el Ateneo Mercantil. Que se sientan en igualdad de condiciones. La realidad, frente a frente, es que se llevan fenomenal. «Han coincidido en varias ocasiones y hay mucho feeling», dice una de las personas que las acompañan. Quizás porque han entendido que esa leyenda de la pretendida rivalidad entre mujeres no tiene por qué alimentarse más, independientemente de la competencia por la oferta académica. Que las cosas están cambiando.

-Usted, Rosa, es la que más tiempo lleva.

Rosa: -Yo ya estoy en la recta final. Quizás ese es el primer sentimiento que tienes, el de responsabilidad, el de gestionar, dirigir una universidad, con toda la gente que hay detrás. Eso era lo que más me impresionaba, y sobre todo lo asumí con cierta incredulidad. «¿Cómo estoy aquí? No me lo puedo creer». Porque esto no formaba parte de mis planes. Pero bueno, una vez interiorizado que a pesar de no estar entre tus objetivos ha sucedido, con mucha ilusión y muchas ganas para mejorar mi universidad y la universidad en general, porque creo que eso es de lo que se trata.

«A cualquier madre se le pone más difícil, pero lo conseguimos»

EVA GINER | VIU

Asun: -Coincido con ellas en el tema de la responsabilidad. Yo también tuve muchas dudas sobre si realmente podría abarcar esta función. Me dejé aconsejar por personas que saben mucho de la institución, y el consejo que me dieron fue: «Es cuestión de aplicarse al trabajo y de tratar a la gente muy bien, potenciar lo mejor de cada uno». Porque se puede afrontar con el trabajo diario y el esfuerzo.

-¿Cuál creen que es la clave para llegar a un puesto como el que ocupan? Han hablado de trabajo, de esfuerzo, incluso de casualidades.

Asun: -Quizás porque no había otra persona, también. Creo que en ese sentido Rosa y yo nos parecemos. ¿Cuánto tiempo llevas en el CEU?

Rosa: -Veinticinco años acabo de cumplir.

Asun: -Yo quince, y creo que muchas veces se busca a personas que conozcan la casa. He sido vicerrectora de investigación, de estudiantes… Puede ser un factor.

Rosa: -Creo que en mi caso se valoró mi conocimiento de la casa, mi experiencia en otros cargos de gestión. Pensaron que igual no lo había hecho tan mal.

La rectora de la Universidad Católica interrumpe a su colega para expresar la admiración que siente por quien está a punto de terminar su segunda legislatura al frente de la Cardenal Herrera CEU. «Es una persona comprometida, líder y trabajadora. Me guardo hasta las entrevistas que le hacen». Pide permiso Laura Valls, directora de comunicación del CEU, para intervenir. «Le regalamos un colgante que es una rosa de los vientos, y que representa precisamente esa idea de que contra viento y marea nos lleva a buen puerto». Rosa se quita importancia. «Eso se podría aplicar a todas las mujeres que estamos aquí».

Eva: -Mi caso es diferente, es cierto, aunque en mi etapa anterior había colaborado con la dirección general de la VIU, pero yo creo que coincidimos en que quizás cuenta que hemos demostrado ciertas habilidades de trabajo, sobre todo con personas.

Asun: -Yo no sé si las tengo pero que quiero tenerlas, sí.

Eva Giner, rectora de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Eva Giner, rectora de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Irene Marsilla

-¿Y rodearse de los mejores?

Asun: -Eso es lo más importante, y que sean nobles, leales y trabajadores.

Rosa: -Sin un buen equipo…

Eva: -El rector no es nadie si no tiene personas detrás en quienes deposite mucha confianza.

Rosa: -Y compromiso.

Eva: -Que crean en el proyecto y que todos remen en la misma dirección, esa es parte de nuestro trabajo. Y liderar personas.

Rosa: -Yo quiero pensar en que en estos años he aprendido a liderar personas, aunque no sea quizás esa la mejor palabra. De lo que me siento orgullosa es de haber creado un equipo que es mejor que yo en todos los sentidos, y que ha conseguido que en este tiempo nuestra universidad haya progresado, se haya internacionalizado.

Asun: -Es que no lo ha podido definir mejor y yo quiero suscribirme. Resulta importantísimo saber las debilidades de cada uno para rodearse de personas mejores que las suplan. Porque esa es la forma de crear equipo.

«Tal como funciona el mundo de los hombres, deja mucho que desear»

ASUN GANDÏA | CAtólica

-En ningún momento hablan de ambición, término que a veces se suele asociar de forma negativa a las mujeres.

Rosa: -Todo depende de qué entienda por ambición. Considerada como un deseo intenso de mejorar, es un sentimiento absolutamente sano, tanto en el caso de un hombre como en el de una mujer.

Asun: -Hay ambiciones muy nobles, como trabajar bien, sacar lo mejor de cada uno, pero como reducto de poder ni la entiendo ni la quiero. Es más, planteado así lo considero como un fracaso, a lo mejor internamente, aunque de cara al exterior haya un triunfo.

Eva: -Estoy de acuerdo con lo que plantean, la ambición es mejorar y el poder por el poder no representa un éxito.

«Educación, educación y educación es la estrategia contra las diferencias»

ROSA VISIEDO | CEU

-Hablemos de su carrera profesional. ¿Sienten que les ha costado todo más por el hecho de ser mujeres?

Eva: -Es que creo que en ninguna de las tres estaba el pensamiento de llegar a ser rectoras. En cuanto al conjunto de mi vida profesional, he tenido muchas más dificultades, no yo, por ser Eva Giner, sino cualquier madre. Se nos pone más difícil, pero lo conseguimos.

Rosa: -Cada uno tiene su experiencia. Yo estoy desarrollando cargos de gestión desde hace ya unos cuantos años, primero como decana, luego de vicerrectora, más tarde en la secretaría general, y en todo este recorrido me he sentido acompañada por mi familia, que me ha ayudado en todo y no he notado ninguna desigualdad por el hecho de ser mujer. A veces los límites se los pone una misma, por ese sentimiento de no estar dedicando el suficiente tiempo a la familia, o a los amigos, que son cosas igual de importantes, si no más, que el trabajo.

Rosa Visiedo, rectora en la Universidad Cardenal Herrera CEU.
Rosa Visiedo, rectora en la Universidad Cardenal Herrera CEU. Irene Marsilla

Asun: -Es cierto que yo no he tenido dificultades en ese sentido pero quizás porque me he puesto metas a corto plazo y muy coherentes con la vida que llevaba. Nunca he aceptado hacer algo que fuera en contra de mi propia familia o de mí misma. Pero la realidad es que muchas mujeres lo tienen más difícil, porque a veces la igualdad de los derechos se plantea como una igualdad de oportunidades, que luego en la maternidad, en la conciliación, no es real. Todos conocemos personas que han ido a una entrevista de trabajo y les han preguntado si se iban a quedar embarazadas.

Eva: -Sí, hay una limitación clara ahí que se debe ir corrigiendo. Y es muy importante la colaboración de la familia, en mi caso de mi marido, de mis padres... Tienes que tener siempre ese apoyo, sentirte respaldada.

Asun: -Yo creo que la conciliación no se da igual en todas las empresas, pero nosotros en la nuestra lo intentamos. El otro día me decía un decano que estaba muy contento porque hay un matrimonio dando clases y ha conseguido hacer horarios para cada uno que sean complementarios. Eso es conciliación. Pero supongo que todo esto vosotras lo suscribís.

«La mujer hace un paréntesis biológico, tiene otras prioridades»

EVA Giner | VIU

Rosa: -Yo me considero una afortunada, me siento privilegiada en cuanto al apoyo familiar, pero también de la propia institución en la que trabajo, que no pasa lo mismo en todas las empresas y la sociedad. Además, ha ido mejorando con los años. Nosotros tenemos ahora un campus de verano, servicio de guardería y una serie de medidas que en mi época, cuando yo las hubiera necesitado, no existían.

Asun: -Eso es una gozada. Nosotros no tenemos la guardería, pero la tendremos. No sé si es copia o no (ríen).

Rosa: -Se está avanzando, y ahí nos tenemos que implicar todos, no sólo las mujeres, sino la sociedad en general. Porque cualquier avance revierte también en una mejora social.

Asun: -Lo que está claro es que el mundo de los hombres, tal y como funciona, deja mucho que desear.

Asun Gandía, rectora en la Universidad Católica de Valencia.
Asun Gandía, rectora en la Universidad Católica de Valencia. Irene Marsilla

-Quizás hay medidas muy pequeñas que ayudan a todos. Una directiva me decía que ella programaba las reuniones a mediodía y no a las siete de la tarde, por ejemplo.

Eva: -Es que eso no revierte sólo en beneficio de la mujer, porque a las siete de la tarde un hombre puede estar bañando a su hijo igual que nosotras.

Asun: -Cualquier persona debería estar a las seis y media o siete, como mucho, en su casa. Quien no haya cumplido con todo lo que tenía que hacer a esa hora, ¿qué está haciendo? Aunque a veces nos tengamos que quedar por circunstancias puntuales.

Rosa: -Yo creo que es una cuestión generacional. Y que en esto las instituciones educativas, entre ellas las universidades, tenemos mucho que hacer. Educación, educación y educación es la estrategia que permitirá que dentro de unos años acaben desapareciendo esas diferencias que todavía, desgraciadamente, se mantienen en algunos ámbitos. Al menos eso quiero pensar.

«Las generaciones venideras lo tienen muy claro, confío en ellas»

ROSA VISIEDO | CEU

-Eva y Rosa, ustedes son madres. Supongo que a sus hijos les han intentado educar en esa igualdad de oportunidades.

Rosa: -Mi hija ya es adulta y creo que no le he de enseñar nada. Por eso confío tanto en las generaciones venideras, porque lo tienen muy claro. Porque esos avances que estos años ha habido permiten que se crean esto de la igualdad de derechos, aun reconociendo que todavía queda mucho camino por recorrer.

Eva: -Yo tengo dos hijos, un niño de casi catorce y una niña de doce, y creo que, por suerte, ya no se enfrentan a esa duda. En mi casa se habla de todo con total naturalidad y ven con normalidad que una mujer ocupe un cargo de organización. Además, es que en el caso de mi hija apunta maneras. Es una niña que sabe lo que quiere y pisa muy fuerte, que desde bien pequeña tiene las cosas muy claras.

Asun: -Es cierto que no podemos olvidar que a nuestro alrededor tenemos familias que lo han entendido muy bien, aunque lo que nos llega a veces de las enseñanzas medias no es muy halagüeño.

«Miras a otras universidades y ves un perfil muy diferente al nuestro. Piensas: '¿Es posible?»

EVA Giner | VIU

-En el caso de la universidad, las desigualdades son evidentes. A pesar de que hay más porcentaje de mujeres en las aulas, cuando llegan a la institución como profesionales y subimos el escalafón se rompe esa dinámica.

Rosa: -En nuestra universidad, en cargos tanto académicos como de servicios generales, el 55% son mujeres.

Eva: -En nuestro caso el 60% son mujeres, en cargos directivos y no directivos.

Asun: -En la Católica supera el 50%. Pero es cierto que en la universidad española las catedráticas sólo suponen el 20%.

Eva: -Y si nos vamos a áreas científicas, cae en picado ese dato.

Eva Giner, Rosa Visiedo y Asun Gandia charlan en una sala del Ateneo Mercantil, demostrando que entre ellas hay sintonía.
Eva Giner, Rosa Visiedo y Asun Gandia charlan en una sala del Ateneo Mercantil, demostrando que entre ellas hay sintonía. Irene Marsilla

«Me siento orgullosa de haber creado un equipo que es mejor que yo en todos los sentidos»

ROSA VISIEDO | CEU

-¿Por qué creen que sucede?

Asun: -Hay más mujeres que hombres estudiando grados. En cuanto a becas predoctorales están al 50%. Pero si son postdoctorales, quizás porque coincide con la edad en la que suele plantearse la maternidad, baja significativamente nuestro número.

Eva: -La mujer hace como un paréntesis biológico y, aunque no abandone su carrera profesional, tiene otras prioridades.

Rosa: -Quiero pensar que eso llegará a corregirse, en tanto en cuanto haya cada vez más facilidades para que las mujeres puedan ser madres sin que ello introduzca elementos negativos en su carrera profesional. Son necesarias más ayudas y que a los hombres no les cueste asumir roles que tradicionalmente han estado desempeñados exclusivamente por nosotras. Y que todas las políticas que luchen por la igualdad no se queden en palabras un día, el 8 de marzo.

«Nunca he aceptado hacer algo que fuera en contra de mi propia familia»

ASUN GANDÏA | CAtólica

-Quizás las mujeres lo tienen mucho más claro que los hombres.

Eva: -Es posible que estemos más concienciadas.

Asun: -Ellos tienen que hacer un recorrido mayor, interno. Por asuntos familiares he estado vinculada a hospitales, y el 90% de las personas cuidadoras son mujeres. Yo no renuncio a tener una sensibilidad mayor, estoy encantada de ser cuidadora.

Eva: -Hay muchos hombres que lo han hecho, y lo han hecho muy bien, pero todavía queda camino.

Rosa: -Yo pienso que dentro de unos años habrá que poner cuotas masculinas porque si no no hay paridad. Ya veréis cómo esto da la vuelta. Tiempo al tiempo (ríen).

-Una confesión final. Son la parte más visible de instituciones de las que dependen miles de personas. Supongo que se permiten a sí mismas hacer una desconexión de vez en cuando.

Asun: -A mí los fines de semana difícilmente me van a encontrar; yo les digo que si es una cuestión de vida o muerte, whatsapp y ya contestaré. Llamadas no.

Eva: -Es imprescindible, por tu salud, pero también por la de tu familia. Hay que protegerla. En mi caso disfruto haciendo senderismo en los Pirineos, me encantan sus pueblecitos y paisajes. Es lo que más paz me da.

Asun: -Rosa, a ti te gustan los perros.

Rosa: -Sí, me gustan mucho, tengo una perra que se llama Gina y con la que me dedico a pasear todo lo que puedo para desconectar.

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