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Mónica Bueno, en el entorno de la iglesia de Alboraya, donde ha cantado muchos años. Irene Marsilla
¿Quién es Mónica Bueno?

¿Quién es Mónica Bueno?

Detrás de la voz que interpretó el Himno Regional en la cremà de la falla del Ayuntamiento está una soprano de Alboraya que encontró su camino cuando acompañaba a su madre, cantante, a una audición. Pudo viajar, hacerse solista, pero optó por quedarse en una ciudad que la atrapa y criar a sus tres hijos

María José Carchano

Miércoles, 11 de abril 2018, 21:57

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El día 19 de marzo, mientras las fallas municipales ardían pasto del fuego, se escuchó una voz femenina cantando el Himno Regional. Aunque era una grabación, aquella soprano, Mónica Bueno, estaba allí mismo, en la plaza del Ayuntamiento, porque su hija, Daniela Esteve, ha formado parte de la corte de honor de la fallera mayor infantil de este año. Así que la emoción fue doble para esta cantante, que forma parte del coro de la Generalitat Valenciana desde hace más de quince años.

-¿Cómo le llega la propuesta?

-La verdad es que las cosas me han sucedido siempre un poco por casualidad. A lo mejor actúas en una ópera dificilísima, donde estás meses preparándote, y pasa desapercibida, mientras que luego otras llegan de forma fortuita y tienen una repercusión muy grande. El año pasado mi hija fue fallera mayor infantil de la falla Plaza del Árbol. Ya había interpretado el himno en el claustro del Museo del Carmen y fue un éxito, la gente salió llorando, y es que el himno cantado es muy emotivo. En la presentación de bocetos del Carmen me presentaron a Pere Fuset y el presidente de la agrupación, que me quiere mucho, planteó que lo cantara en la exaltación de la fallera mayor. Cuando una semana antes me llamaron para proponérmelo me quedé de piedra.

-Y de ahí a la cremà.

-Fue el alcalde de Alboraya, Miguel Chavarría, el que quería tener una grabación del himno con voz femenina. Que hubiesen varias opciones. Y Pere Fuset dijo: «A mí m'ha agradat i el farem sentir». Me llegó un mensaje el 19 por la tarde, pero yo no lo creía. Fue una sorpresa. Y una emoción tan grande… Ya se puede imaginar. Casi muero. Me vinieron tantas cosas a la cabeza… Si mi madre lo llega a oír… Ella, que siempre me decía: «Tú vas a llegar lejos». Y para mí esto es lo máximo, como profesional y como fallera.

-Porque usted es soprano. ¿Cómo comenzó en el mundo de la música?

-Un poco de casualidad, porque yo quería estudiar Filología Inglesa, ya que siempre se me habían dado bien los idiomas. Sin embargo, hace unos veinticinco años fui a acompañar a mi madre, cantante, para que hiciera las pruebas en el coro de la Sociedad Musical de Alboraya. Era muy buena, lo que pasa es que se dedicó a criar a sus hijos. La directora me dijo: «Tú también, pruébalo». Y me aseguró que tenía una voz estupenda. Además de cantar empecé con el contrabajo en la escuela de educandos, en el coro de la iglesia… Y poco a poco la música se ha ido apoderando de mí. Me propusieron hacer las pruebas para el conservatorio, también de una forma casual, me cogieron y allí me quedé. Terminé en 2002 y desde entonces estoy en plantilla en el coro de la Generalitat Valenciana.

-¿Aceptaron a su madre en el coro? ¿Cantó con ella?

-A ella la primera, tenía una voz impresionante. Y sí, llegué a cantar con ella, incluso compartimos solos. Fue muy bonito.

-El hecho de que usted siguiera sus pasos, en su caso de manera profesional, debió de ser un orgullo para ella.

-Mi madre, que falleció hace un año, ha sido mi fan número uno. Daba igual cómo lo hiciese, siempre estaba todo perfecto y tenía casi más aspiraciones que yo. Ella quería que saliese fuera, que fuese solista… Lo que pasa es que yo soy muy casera y quiero mucho a mi ciudad. El coro me llena por completo, te mantienes en contacto con la música, con directores muy buenos, pero estoy en mi casa. Aparte, tengo tres hijos, así que imagínese. En su momento lo intenté, no le digo que no, con veintiún o veintidos años, e hice algunas cosas, en Barcelona, incluso en Francia, pero es que esa vida es muy dura, y yo prefiero quedarme aquí.

Los estudios de Filología Inglesa

Cree Mónica Bueno que a su vida no le ha quedado ninguna tarea pendiente. «Me he realizado como profesional y también como madre, ahora de familia numerosa, también de casualidad», afirma orgullosa. Sin embargo, puede que en algún momento, en el futuro, decida recuperar aquella idea de cursar estudios de Filología Inglesa. «Si se me cruzan los cables, lo hago», avisa.

-Tiene que ver con la ambición, con las prioridades de cada cual.

-Yo tengo prioridades, aunque también es verdad que si no me dedicara a la música me faltaría algo. Si hubiese estudiado Filología Inglesa supongo que cantaría en coros amateurs, porque necesito la música para vivir. Pero esa ambición de llegar a solista... Lo probé, es duro porque hay mucha gente muy buena y tienes que estar en continua lucha, haciendo audiciones, siempre bien de voz. Yo aquí estoy tranquila, y cuando acabo de trabajar me voy a casa, no a un hotel.

-No se iría de Valencia.

-Esta ciudad me atrapa. Las veces que he estado fuera no veía el momento de volver. Soy además muy de playa y en Alboraya salgo al balcón y huelo la brisa del mar. Lo necesito. Mi cuerpo lo pide. No me iré si no es una causa de fuerza mayor.

-¿Se cuida de algún modo la voz?

-Intento dormir lo máximo, beber lo justo, una alimentación sana y no fumar. Además, no puedo soportar tener a alguien fumando al lado, me quedo afónica a los cinco minutos. Procuro ir tapadita y no coger frío, aunque no recuerdo una Cremà más fría que la de este año. Estamos todos malos en casa.

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