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José Vicente Montesa, rodeado de piezas de cerámica en Manises. Irene Marsilla
¿Quién es José Vicente Montesa?

¿Quién es José Vicente Montesa?

La crisis llevó al Presidente de la Asociación Valenciana de la Cerámica a ver la caída de la empresa familiar en 2004 por falta de pedidos, pero no siempre había sido así

María josé carchano

Valencia

Lunes, 29 de enero 2018, 22:34

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Aulas con las sillas sobre las mesas, pasillos desiertos, despachos sin gente. Todo está demasiado vacío en la sede de la Asociación Valenciana de Cerámica, símbolo de un Manises que ya apenas se reconoce vinculado a un gremio casi desaparecido. Todavía resisten, sin embargo, personas que luchan por hacer visibles las pocas empresas y artesanos que quedan, como José Vicente Montesa, aunque él trabaje en el sector de forma indirecta, proveyendo de materias primas. Vinculado a la cerámica artística por familia y por manisero, es un enamorado del asociacionismo, alguien que no está dispuesto a tirar la toalla, aunque reconozca mejores tiempos pasados.

-Qué pena esta situación.

-Sí, pero el mercado es muy duro. ¿Qué problema tiene la cerámica artística? El coste de la mano de obra es muy alto, y un porcentaje demasiado importante en el precio final. Estamos condenados a ser un nicho residual. Pero esto es parte de mi vida, y mientras pueda no lo voy a dejar. Por suerte estudié Químicas y me metí en el sector de las materias primas, porque la empresa de cerámica familiar, que llevaba cincuenta años en funcionamiento, tuvo que cerrar en 2004 por falta de pedidos.

-Usted lleva años en el asociacionismo, vinculado a AVEC prácticamente toda su vida.

-Desde 1998 hasta 2005 estuve de presidente, y conseguimos un despegue vertiginoso. Esto estaba concebido como un centro de negocios y tomamos mucha fuerza, con casi una decena de personas trabajando. Después di un paso atrás porque fui padre y en dos años mi mujer y yo tuvimos tres hijos. Ahí se nos amontonaba la faena, ya que la empresa seguía funcionando y tenía que trabajar en casa. Hasta que desde hace tres años, como Jesús Gimeno estaba un poco mayor y mis hijos ya tienen trece y once años, voy algo más liberado y vuelvo a ser presidente.

«En dos años tuvimos tres hijos, se nos amontonaba la faena»»

-Su familia sabe que una parte de su vida es esto.

-Desde luego. Mi mujer ya me conoció aquí, y mi socio es mi hermano. Esto es parte de mí. Aunque vivo en Silla, porque ella es de allí, soy muy manisero.

-¿Resulta difícil trabajar con la familia?

-Yo no conozco otra cosa. Toda la vida laboral ha sido cerca de ellos.

-¿Le gustaría que sus hijos continuaran el negocio?

-Son pequeños todavía aunque no me desagradaría, mientras vea futuro en la empresa sería una salida. Mi hermano es más pequeño que yo pero tiene hijos mayores, el mayor ha empezado Químicas, e imagino que bastante influido por mí, ha jugado a fútbol como yo, y siempre involucrado en las cosas que nos gustan. Y si mis hijos quieren continuar, para alguno habrá trabajo.

-Usted además no se ha quedado quieto. Está involucrado en muchas entidades.

-He pertenecido a la junta directiva de la CEV, al consejo de Institutos Tecnológicos, a la Unión de Mutuas…

Una espina clavada

-Y también a otras asociaciones no tan profesionales.

-He sido Clavario Mayor de las Santas y dimos la vuelta a las fiestas, como la cabalgata de la cerámica. Después surgió la oportunidad de crear una comparsa de moros y cristianos. Una de las cosas que espero dejar cuando me muera es que junto a grupos de personas y luego se hacen amigos. Es una de las cosas de las que más satisfecho me siento.

-¿Sus hijos también han heredado esa actividad?

-Les he inculcado aficiones que ya tenía. Por ejemplo, el mayor está en la banda de Silla y el año que viene entrará el pequeño. A la nena no le gusta tanto, pero está metida en los boyscout. Y como tenemos pases del Valencia Basket y del Valencia CF, esta semana hemos ido a los dos partidos. Es que yo soy de los que prefieren que no les cuenten las cosas. Aunque mi mujer no sea de la misma opinión.

-Con ese espíritu emprendedor, ¿nunca ha pensado en meterse en política?

-Ahí no me meto. No soy de nadie. Bueno, lo que sí me considero es muy manisero, muy valenciano y valencianista. Me gustaría que no hubiera problemas de definiciones, de banderas ni de himnos. No creo que tengamos conflictos con Cataluña, nuestro problema es que se nos vea en Madrid. Y ahora clama al cielo lo de la infrafinanciación.

-¿Qué le gustaría ver en el futuro?

-Como dice el refrán, ‘Virgencita, que me quede como estoy’. No ir a menos, aunque el problema es que el crecimiento de la cerámica en Manises no se ve a medio plazo.

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