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Guardias civiles, durante la operación.
trama delictiva

La Guardia Civil investiga un caso de tentativa de homicidio por parte de la organización, cuyo cabecilla ya está en prisión

PPLL

Jueves, 24 de abril 2014, 15:18

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La Guardia Civil, en una operación desarrollada en Pontevedra, Badajoz, Madrid, Guadalajara y Cantabria, ha detenido a siete personas pertenecientes a una organización internacional dedicada al cobro de deudas a empresarios de toda España, Portugal y diversas partes de Europa que utilizaban violencia, coacciones y amenazas contra los deudores. Los agentes se han incautado de un arma de fuego simulada, diverso material altamente sofisticado de vigilancia y seguimiento y más de una decena de matriculas falsificadas de varios países europeos.

La investigación se inició en agosto del pasado año a raíz de varias denuncias presentadas ante la Guardia Civil en las que las víctimas manifestaban estar sufriendo amenazas y extorsiones por parte de determinadas personas pertenecientes a una empresa dedicada al cobro de deudas contraídas por las víctimas con otras personas o empresas.

Continuando con las investigaciones se pudo constatar la existencia de una organización que trabajaba para una empresa denominada Eurobuldog (www.eurobuldog.es), dedicada al cobro de deudas, aplicando técnicas para "el cobro extrajudicial a nivel internacional", que operaba en España, Portugal y el resto de la Unión Europea, valiéndose de dos domicilios fiscales establecidos en las ciudades de Madrid y Lisboa.

Sin registro

Asimismo, los agentes comprobaron que dicha web no estaba registrada como empresa mercantil y que no contaba con los mecanismos legales para el cobro de los servicios prestados ni para el pago de las obligaciones tributarias derivadas con la relación laboral que ofrecía en la web, consiguiendo de esta forma obtener un beneficio económico. La empresa actuaba desde una vivienda situada en la provincia de Pontevedra.

Posteriormente, la Guardia Civil pudo determinar que el cabecilla de la organización era el que presionaba a los deudores en compañía de uno de sus lugartenientes utilizando amenazas y violencia física. Una vez localizados los miembros de la organización, los agentes establecieron un dispositivo de seguimiento y control sobre ellos dando como resultado la detención de todos los integrantes de la red.

La organización ofrecía los servicios de su empresa a los clientes a través de una web desde donde los empresarios contactaban con el cabecilla de la red. Una vez establecidos los contactos entre ambas partes el empresario proporcionaba los datos e información de la víctima, así como la cuantía económica a la que ascendía la deuda contraída.

Posteriormente, dependiendo de la cantidad de esta cuantía, dificultad, desplazamiento o medios a emplear para obtener el cobro, la red determinaba mediante la firma de un contrato falso, el porcentaje con el que se quedaba por la recuperación de la deuda o de lo contrario el empresario pasaría a formar parte de los morosos.

Varios niveles

Para dar una apariencia legal a la empresa la organización se estructuraba en varios niveles: desde el director comercial, encargado de la dirección y supervisión de los casos, contactos y contratos con los clientes; departamento logístico, encargado de las reservas de alojamientos en los desplazamientos, alquiler de vehículos y control de cuentas, y los gestores que se desplazaban a los lugares y realizaban informes operativos de zona consiguiendo de esta forma hacer los contratos ficticios con los empresarios.

Para proceder al cobro de las deudas la organización contaba con los encargados en emplear violencia contra las víctimas y cometer extorsiones y amenazas, normalmente personas de origen latinoamericano y de gran corpulencia (algunos de ellos dedicado al culturismo profesional).

Asimismo, la organización utilizaba vehículos de alquiler y sin rotular a los que cambiaban la matrícula original por una portuguesa para obstaculizar la labor policial. Una vez que la organización localizaba a los supuestos morosos realizaban visitas intimidatorias, amenazantes e insultantes a los domicilios de las victimas o a los familiares más cercanos y vulnerables. A continuación, en las sucesivas visitas iban subiendo el grado de violencia e incluso una de sus visitas finalizó con una tentativa de homicidio de uno de los supuestos deudores.

La operación ha sido llevada a cabo por las Unidades Orgánicas de Policía Judicial de la Guardia Civil de Navarra y Guadalajara y han participado agentes de diversas especialidades

La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Tudela (Navarra) y el Juzgado de Instrucción número dos de Guadalajara. El cabecilla de la red como su lugarteniente han ingresado en prisión sin fianza.

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