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El exprimer ministro británico y Antonio Banderas compartieron balcón en el hotel Larios. / Álvaro Cabrera
procesiones y famosos

El exprimer ministro británico pasa unos días de descanso en la Costa del Sol

PPLL

Sábado, 19 de abril 2014, 13:01

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Antonio Banderas lleva Málaga por bandera allá por donde va, por lo que no es de extrañar que cuando llegan invitados les muestre todos los rincones de la ciudad que lo vio nacer. Estos días Tony Blair se encuentra pasando unas pequeñas vacaciones en la Costa del Sol y coincidiendo que Antonio Banderas también está en Málaga viendo la Semana Santa no dudó ni un segundo en conocer los encantos de la Semana de Pasión.

Antonio Banderas, como anfitrión excepcional que es, llevó a Tony Blair (que ha llegado a la capital de la Costa del Sol de la mano de Bernardino León Gross) este Viernes Santo a cenar a un conocido restaurante de Fuengirola, para después dirigirse al Hotel Larios y ver desde uno de sus balcones a las distintas cofradías y hermandades que procesionaron por la vía principal de Málaga.

El alcalde, Francisco de la Torre, dio la bienvenida a Blair y le agradeció su visita. El exprimer ministro se mostró encantado y fascinado por la agradable temperatura de la ciudad y por el espectáculo del que estaba participando.

Los Blair han elegido Marbella para pasar unas vacaciones en familia,. No fue fácil inmortalizar el paseo matutino del exprimer ministro británico junto a su mujer, Chérie, dos de sus cuatro hijos y una mujer de mediana edad a principios de semana. Cuando el grupo recorrió algunas de las calles más típicas del casco antiguo de Marbella: calle Nueva, Álamos, San Juan de Dios, Tetuán o Plaza José Palomo. Un itinerario corto, pero cargado de tipismo. Los Blair concluyeron la visita sin bolsas y eso que en su periplo hicieron parada en varias tiendas. Tampoco, que se sepa, se dejaron los cuartos en las cafeterías del entorno.

Aznar en Marbella

No obstante, Tony Blair no es el único exmandatario que se encuentra en la Costa del Sol. José María Aznar, expresidente del Gobierno, también se encuentra en Málaga, concretamente en Marbella, donde se le ha visto, custodiado por sus guardaespaldas, correr en Guadalmina en pantalones cortos, zapatillas deportivas y, la gran pista, camiseta con la enseña nacional a la espalda.

La presencia de Aznar en Marbella es habitual tanto en verano como en Semana Santa desde que abandonara la presidencia del Gobierno en 2004. Si bien no se prodiga en ningún acto social ni en las muchas fiestas y saraos benéficos que concentra la ciudad por estas fechas, no es complicado toparse con él a primera hora de la mañana en su rito de ejercicio matinal, qué mantener el tipo tiene un precio.

Pero esta no fue una carrera más. El viejo puente peatonal de la carretera que parte en dos la urbanización Guadalmina ha sido de manera recurrente, ya se puede decir y sin temor a dar pistas a la competencia, el punto donde los fotógrafos de esta casa han retratado en ocasiones las sesiones de 'footing' del exmandatario... Hasta ayer.

Aznar fue fotografiado en los alrededores de su nueva e impresionante vivienda en la que se ha instalado para pasar unos días, presumiblemente junto a su mujer, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Un coche de la Policía Nacional hace guardia en las inmediaciones del inmueble situado en Guadalmina Baja, una lujosa, tranquila y exclusiva urbanización promovida en la década de los 50 junto al mar y donde se levantó el primer campo de golf de Andalucía. El refugio perfecto para huir de la curiosidad de los focos y las miradas de los extraños. La patrulla ya se encontraba apostada en el enclave el día anterior, por lo que es posible que estuviera ya en la vivienda.

El inmueble, que se asienta sobre una parcela de 2.000 metros cuadrados, fue adquirido en régimen de gananciales en una operación de compraventa cuya escritura se firmó el pasado mes de octubre. Aunque no se conoce la cifra exacta, por la situación y los metros, expertos inmobiliarios apuntan que el matrimonio pudo pagar cerca de dos millones de euros. Peccata minuta, entre comillas, si con la nueva adquisición ha salido ganando en intimidad y cercanía a la playa de Guadalmina.

Ayer corría sin canes. Un coche con dos ocupantes vigilaba a distancia la carrera, mientras otros dos miembros del equipo de seguridad custodiaban a Aznar quemando calorías y sudando la camiseta igual que el jefe. A tenor de la estampa, velar por la espalda del expresidente les va como anillo al dedo porque el ritmo que impone el madrileño es muy alto. La imagen es impagable. Aunque bien visto podría existir otra mucho mejor teniendo en cuenta que el exprimer ministro británico Tony Blair también se encuentra de descanso en Marbella. Faltaría un tercero para repetir la mítica foto de las Azores. No importa. Un encuentro entre Aznar y Blair también tendría su morbo. ¿O no?

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