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Una mujer crimea de avanzada edad cobra su pensión en rublos. / Efe
La llegada del rublo a Crimea provoca el caos en el sistema de pagos
TENSIÓN EN EUROPA DEL ESTE

La llegada del rublo a Crimea provoca el caos en el sistema de pagos

Los bancos deberán empezar a operar en la moneda rusa con normalidad hacia el 15 de abril

RAFAEL M. MAÑUECO

Jueves, 27 de marzo 2014, 15:57

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Por más que las autoproclamadas autoridades de Crimea tratan de tranquilizar a la población asegurando que el actual caos en el sistema de pagos en la península es transitorio y se normalizará en breve, los crimeos empiezan sentir cierta decepción tras la incorporación a Rusia. Por ahora, los jubilados son los únicos que han cobrado sus pensiones en rublos, la moneda rusa, pero no como ansiaban. Se han llevado la desagradable sorpresa de que no se les ha aplicado todavía la subida necesaria para equiparar sus emolumentos con los estándares vigentes en Rusia.

"Los bancos deberán empezar a operar en rublos con normalidad hacia el 15 de abril", aseguró esta semana el viceprimer ministro crimeo, Rustam Temirgalíev. Oficialmente, el rublo empezó a circular en Crimea el pasado lunes y, a día de hoy, se acepta en efectivo prácticamente en todas partes. Los precios en la mayoría de los comercios figuran ya en las etiquetas en las dos monedas, el rublo y la grivna, la divisa ucraniana. Ambas monedas deberán convivir juntas hasta el 1 de enero de 2015.

El primer efecto negativo de la introducción del rublo es que el Gobierno crimeo ha establecido un tipo de cambio de 3,80 rublos por cada grivna. Sin embargo, la tasa real en las casas de cambio no pasa de los 3,20. Mientras haya grivnas disponibles, lo crimeos seguirán adquiriendo los bienes de consumo al mismo precio de siempre, pero cuando la moneda ucraniana esté en fase de extinción en la península y se consoliden los pagos en rublos los precios habrán subido un 18,75% como mínimo.

No obstante, el mayor problema en el momento actual lo constituyen los pagos con tarjeta de crédito o los que se efectúan mediante transferencia o domiciliación bancaria, como es el caso de los recibos de luz, agua, gas, calefacción, telefonía o alquiler de vivienda.

Y es que el principal banco ucraniano que opera en Crimea, el PrivatBank, el mayor de Ucrania, lleva cerrado desde el pasado día 15 y todavía no ha abierto sus puertas. Su servicio de prensa informó el martes que, debido a la entrada en vigor de la legislación rusa en la península, "nuestro banco carece ahora de derecho legal para realizar operaciones con las cuentas de clientes, tarjetas de crédito o convertir los depósitos en grivnas en cuentas en rublos".

"Lamentablemente, cientos de miles de nuestros clientes son ahora rehenes de la situación provocada por las autoridades de Crimea, cuando detrás de rimbombantes proclamas y declaraciones no hay ni base legal ni la menor idea de cómo funciona el sistema bancario", se señala en el comunicado.

Falta de liquidez alarmante

Los cajeros automáticos del PrivatBank funcionan, pero sólo se puede sacar de ellos un máximo de 500 grivnas diarias (unos 35 euros). Este banco no ofrece rublos en sus cajeros. Los que sí lo hacen son los bancos rusos instalados en Crimea, el Sberbank, el VTB y el Alpha-Bank, cuyas oficinas están abiertas, pero, por ahora, cuentan con muy pocas sucursales. La mayor parte de las cuentas de los residentes en la península las ha acaparado siempre el PrivatBank.

En la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso) se ha presentado ya un anteproyecto de ley para regularizar la situación de los bancos en Crimea. Los ucranianos podrán legalizarse eligiendo entre dos procedimientos, convertirse en entidad financiera rusa antes de finales de 2014 o seguir siendo banco extranjero en calidad de filial. En ambos casos hay que obtener los correspondientes permisos.

El director del PrivatBank en la península, Borís Finkelshtein, dice estar en conversaciones con el Gobierno local para "la creación de un nuevo banco sobre la base de nuestra entidad, pero ello requiere la existencia de un inversor ruso de envergadura".

El bloqueo del funcionamiento bancario, que obliga a pagarlo todo en metálico, está llevando a que se produzca una falta de liquidez alarmante. Los rublos no están llegado a Crimea en la debida cantidad mientras que las grivnas están siendo repatriadas a Ucrania.

Los establecimientos van a tener que hacer contabilidades dobles mientras siga en circulación la grivna y todavía no se han dotado de los programas informáticos necesarios para que sus cajas registradoras emitan facturas en rublos.

Los dirigentes de Crimea prometieron durante la campaña electoral del referéndum que, con la integración a Rusia, habría pensiones, salarios y subsidios sociales más altos que en Ucrania. De momento, los jubilados, que constituyen un tercio de la población de Crimea, han cobrado la misma asignación de siempre, el equivalente aproximado de 100 euros al mes. Los sueldos, que deberán pagarse también en rublos, ya se verá a final de mes en qué medida se incrementan.

Lo que será sin duda más ventajoso será el nuevo sistema fiscal. El impuesto sobre la renta en Ucrania tiene una tasa fija del 18% mientras que en Rusia es de sólo el 13%. El IVA en Ucrania es del 20% y en Rusia del 18%.

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