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Vista del marcapasos, poco más largo que una moneda de un euro. / RC
Un marcapasos de 2,4 centímetros y diez años de vida
SALUD | INNOVACIÓN MÉDICA

Un marcapasos de 2,4 centímetros y diez años de vida

El Clínic de Barcelona ensaya el implante del dispositivo que carece de cables, evita abrir una gran incisión y no precisa de quirófano

CRISTIAN REINO

Miércoles, 19 de marzo 2014, 08:12

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Es como una pequeña pila de 2,4 centímetros, más o menos lo que mide el diámetro de una moneda de euro. Se llama 'Micra' -fabricado por la empresa de tecnología médica Medtronic- y tiene el honor de ser, a día de hoy, el marcapasos más pequeño del mundo. Desde hace un mes, cuatro españoles deben la mejora de su calidad de vida a esta especie de cápsula, que llevarán en su corazón los próximos diez años. Se la implantaron en el hospital Clínic de Barcelona, que participa, junto a otros diez centros del mundo, en un ensayo clínico para probar un sistema que dicen que puede ser revolucionario, «un cambio de paradigma» y de «era», ya que no requiere cables, ni intervenciones muy complicadas, a diferencia de lo que ocurre con sus hermanos mayores, de los que en España se colocan unos 500 por millón de habitantes cada año.

Los que llevan el mini ingenio sufrían bradicardia, una patología que está caracterizada por un ritmo cardiaco lento (menos de 60 latidos por minuto) e irregular y además no dependen al 100% del marcapasos. Todos ellos presentan un mes después una evolución favorable hasta el momento, sin ninguna complicación en la operación ni en el postoperatorio. Es el caso de Ramón Grau, un jubilado barcelonés de 73 años, controlado desde 2002 por arritimias en el corazón, y que en noviembre, tras una prueba de rutina, los médicos le recomendaron que debía colocarse un marcapasos. «No era de máxima urgencia», señaló ayer, pero tenía un riesgo elevado a causa de un largo historial de enfermedades cardíacas en su familia. Grau calificó la experiencia de muy positiva, porque no ha notado la presencia del dispositivo, pudo volver a conducir al cabo de 48 horas y ahora hace vida normal: «Caminatas y partidas de petanca». Según Lluís Mont, jefe de arritmias del Clínic, «gracias a la facilidad del implante a través de la vena femoral y a la ausencia de cables, se evita la posibilidad de heridas y disminuye notablemente el riesgo de infecciones y de disfunción de los electrodos, un problema común en los marcapasos estándar».

Otra de las ventajas del nuevo dispositivo es que «existe la posibilidad de colocarlo en las áreas de hemodinámica de los centros hospitalarios, con un servicio permanente de 24 horas que no requieren la programación de los servicios de quirófano de una cirugía convencional», señala el jefe de Arritmias del Clínic. No necesita, por tanto, un quirófano ni siquiera un cirujano cardiaco para ser colocado y permitirá poner marcapasos de urgencias en apenas media hora de intervención y sin grandes medios, según el equipo médico.

En fase de prueba

Con una décima del tamaño del marcapasos actual, Micra se coloca directamente en el corazón mediante un catéter insertado a través de la vena femoral. Una vez colocado, el marcapasos queda enganchado a la pared del ventrículo derecho y puede recolocarse si es necesario. Por su reducido tamaño y gracias al sistema de fijación a través de cuatro patas flexibles, permite una mayor estabilidad y evita el daño del tejido cardíaco.

Este dispositivo no requiere el uso de cables que conecten el marcapasos con el corazón. Micra manda impulsos eléctricos a través de un electrodo que está colocado en el propio dispositivo. En contraste con el procedimiento actual de implante del marcapasos, no requiere de incisiones quirúrgicas en el pecho ni la creación de ningún 'bolsillo' debajo de la piel.

Aun así, «estamos en fase de demostrar que funciona bien, sin ningún problema», señaló el director médico del Clínic, Josep Brugada. Añadió que serán necesarios entre dos y tres años para demostrar la plena validez de un aparato que tiene una vida útil de unos diez años aunque puede caer a cuatro en función de la energía que consuma. Su precio también es una incógnita, si bien no lo será como su tamaño.

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