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Fotografía de 2014 con Cristina Cifuentes, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, y Esperanza Aguirre en la Convención Nacional del Partido Popular en Valladolid.

La teoría de la conspiración contra Cifuentes

El 'fuego amigo' se expone desde el entorno de la política para las filtraciones sobre los asuntos que han propiciado su dimisión

R. C.

Miércoles, 25 de abril 2018

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Cristina Cifuentes se asomó al precipicio el día en que salió a la luz su polémico Máster en la Universidad Rey Juan Carlos. A medida que se conocieron sus ausencias en clase, las firmas falsas de confirmación y la desaparición del Trabajo de Fin de Máster en el campus de Getafe algunos en su propio partido se frotaron las manos aunque fue un profesor universitario afiliado al PSOE quien reconoció haber encendido la mecha. Antes de conocerse el vídeo del presunto robo en un supermercado de Madrid ya le habían lanzado el pasado mes de mayo una acusación por el supuesto trato de favor en los contratos de la cafetería en la Asamblea de Madrid, por los que sería exculpada.

No era un secreto que contaba con varios ojos y ansias de revancha entre sus compañeros populares, pero Mariano Rajoy quiso zanjar el asunto con su habitual camino y la política fue arropada de manera especial por la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, en la Convención Nacional de Sevilla, esa en la que durante un tiempo su nombre había desaparecido de los asistentes. En la capital andaluza no coincidió con Esperanza Aguirre, su principal rival regional durante años de 'fuego amigo'.

Aquel acto de representación de apoyo colectivo escondía unas rencillas que el equipo de Cifuentes señala y que dentro de la política madrileña se conocían. Su relación con Esperanza Aguirre siempre fue tirante desde que Cifuentes fue delegada del Gobierno en Madrid, pero todo se enquistó cuando con su política de 'tolerancia cero' con la corrupción señaló de manera indirecta a los miembros de su partido y colocó a su predecesora en la Fiscalía por la gestión económica de la ruinosa Campus de la Justicia. Hace 15 días, la propia Aguirre sacó a colación los problemas de su sucesora tras el asunto del Máster. «¿Cree que Cifuentes debe dimitir?», se preguntó en voz alta antes de reírse a carcajadas y evitar la respuesta con el argumento de que tenía que ver con el objeto de la comisión de aquel día en la Convención Nacional de Sevilla.

Por su parte, Ignacio González, mano derecha de la antigua presidenta madrileña, también se cruzó en su camino antes de entrar en prisión. La trama es todavía más complicada. Francisco Granados, presunto cabecilla de la trama Púnica, aseguró que ambos desarrollaron una «mantenían un relación sentimental conocida por todos» que habría desembocado en favores políticos. «A mí me da igual lo que diga Granados. Ese presunto delincuente está intentando librarse de la cárcel como sea», se defendió Cifuentes sobre la relación extramatriomonial.

Lo cierto es con su persecución de la corrupción situó a González al borde de su propio precicipicio son sus denuncias sobre las irregularidades del Canal de Isabel II. El enfrentamiento nació en 2013, cuando ambos aspiraban a ser candidatos a la Comunidad de Madrid -Cifuentes era delegada de Gobierno y González vivía de la mano de Aguirre-. El político terminó apartado de la política por la 'operación Púnica', las irregularidades con un ático en Estepona y unas relaciones de favor con responsables de la Policía Nacional. Entonces, la política fue informada por un antiguo agentes de que se había preparado un dossier con posibles debilidades para atacar su ascenso -cleptomanía, infidelidades y hasta 'vudú' a sus rivales-, según desveló 'El Español'.

El último candidato para las filtraciones es el propio Francisco Granados, enemigo público de Cifuentes desde la cárcel. En el juicio de la 'trama Púnica', señaló a la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid en la financiación ilegal del PP durante la campaña electoral del año 2007. Según el presunto cabecilla de la trama, la política ayudó desde su puesto como secretaria de Política Territorial en el Partido Popular de Madrid desde 2004 hasta el 2008 y en las elecciones autonómicas y municipales de 2007 fue además la responsable de dirigentes y movilización del Comité de campaña electoral del PP de Madrid.

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