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Pedro Sánchez. Efe | Vídeo: Atlas

Sánchez confía en que la «pugna de las derechas» le allane el camino en 2019

El líder de la oposición avisa a Rajoy de que estar sin presupuestos es como tener «un coche sin gasolina», pero aún evita exigir elecciones

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Sábado, 17 de febrero 2018

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Pedro Sánchez parece dispuesto a seguir la misma estrategia que, en su momento, desarrolló Mariano Rajoy para llegar a la Moncloa: esperar pacientemente la caída de su adversario. Ahora que, como se volvió a constatar en el Comité Federal de este sábado, no tiene oposición interna ni la presión para demostrar a cada instante su liderazgo, ha decidido ir con calma. Criticó la falta de «pulso» del Gobierno. «No da señales de vida», dijo. Pero evitó demandar un adelanto de las elecciones y asumió el calendario que maneja el jefe del Ejecutivo, empeñado en agotar su mandato (hasta 2020) sí o sí.

Nadie lo dijo en el encuentro, pero entre los socialistas hay muchos que admiten que también el PSOE parece inerte. En el entorno del secretario general replican que se trata de algo deliberado, que Sánchez entiende que la carrera será «larga» y que prefiere no «sobreexponerse» hasta que llegue el momento de entrar en campaña. «Digamos que el partido está en barbecho», apuntan. Dicen que ahora toca acumular fuerzas y recuerdan que el secretario general no para de recorrer el territorio para hablar con los militantes de asuntos como las pensiones.

La tesis, establecida en Ferraz, de que la batalla entre el PP y Ciudadanos les acabará allanando el camino -algo que, de momento, no evidencia ninguna encuesta- tuvo una plasmación clara en el discurso que el líder de los socialistas pronunció ante los notables de su formación, reunidos en Aranjuez. Sánchez aprovechó la ocasión para reclamar al Ejecutivo que presente ya los Presupuestos Generales del Estado. Recordó que esa es la «primera y gran obligación» de un Gobierno e incluso argumentó que «un proyecto sin presupuestos es como un coche sin gasolina», pero no fue más allá. Nada dijo de qué hará en caso de que no cumpla.

El Ejecutivo desoyó el pasado septiembre la previsión constitucional de remitir a las Cortes las cuentas públicas al menos tres meses antes del final de año. Según admitió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo hizo simplemente porque no tenía apoyos suficientes para sacarlos adelante. Su idea era seguir negociando con aquellos que apoyaron el proyecto de 2017 (Ciudadanos, PNV, CC y Nueva Canarias) y tramitar los de 2018 en el primer trimestre del año. Esperaba que a estas alturas ya hubiera gobierno en Cataluña y que, una vez superada la primera intervención de una autonomía llevada a cabo desde la llegada de la democracia mediante el artículo 155 de la Constitución, los nacionalistas vascos se mostraran dispuestos a hablar.

Sus presagios, sin embargo, no se han cumplido y esta semana el Gobierno advirtió de que, si una vez acabe marzo continúa sin apoyos, tirará la toalla, mantendrá las cuentas prorrogadas y se limitará a elaborar reales decretos para actualizarlas en aspectos clave (las condiciones de los funcionarios, los anticipos a cuenta de las comunidades autónomas o las ofertas públicas de empleo). Además, dejó caer que si es necesario volverá a hacer lo mismo con las de 2019. Y que no adelantará elecciones.

El PSOE de Sánchez se niega a negociar los presupuestos con el PP porque cree que hacerlo le desdibujaría como la alternativa. Así que vuelve la vista y el dedo acusador hacia Ciudadanos, socio de investidura del PP, como corresponsable de que «las cosas se pudran» y los problemas se enquisten. «Los que deberían gobernar no gobiernan y aquellos que deberían apoyar a los que gobiernan para que gobiernen no lo hacen -alegó-. El resultado es una España paralizada».

«Paso a paso»

El líder de la oposición dejó caer, en todo caso a los suyos, que en medio de esta «pugna de las derechas» el PSOE tiene «al alcance de la mano» ser la primera fuerza en las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019. «Frente a este gobierno que no hace nada nosotros decimos que hay que hacer ya; hagamos país y hagámoslo ahora».

De momento, Ferraz, sin embargo, se limita a lanzar propuestas en materias como industria, agua, ciencia, brecha salarial o reforma constitucional, pero los socialistas no están demostrando capacidad de situarse en el centro del tablero parlamentario y revertir el legado legislativo de Rajoy con acuerdos transversales de los que hablaba Sánchez al poco de ser reelegido secretario general. Él argumentó que hará falta tiempo porque el PSOE se enfrenta a las resistencias de la «plutocracia» y reclamó paciencia. «Paso a paso», dijo.

Fuera de juego en el Congreso, el mejor escaparate del PSOE son ahora los presidentes autonómicos con los que Sánchez trata de recomponer pragmáticamente relaciones y a los que este sábado se molestó en elogiar personalmente uno a uno.

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