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Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Efe
Cuixart y Sánchez, dos líderes en la sombra

Cuixart y Sánchez, dos líderes en la sombra

Sánchez y Cuixart, dos líderes en la sombra

CRISTIAN REINO

Barcelona

Martes, 17 de octubre 2017, 09:47

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La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela decretaba este lunes el ingreso en prisión incondicional sin fianza para los presidentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, por promover las concentraciones del pasado 20 y 21 de septiembre en Barcelona, según han informado fuentes jurídicas.

¿Quiénes son estos dos influyentes líderes independentistas?

Jordi Sánchez, un presidente en la sombra

Carme Forcadell llegó a atesorar tanto poder dentro del independentismo -se permitió el lujo de exigir al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que pusiera las urnas- que parecía muy complicado que su sucesor estuviera a la altura en cuanto a influencia y capacidad movilizadora. Pero se podría decir que Jordi Sánchez (Barcelona, 1964), desde que en 2015 sustituyó a Forcadell, ha situado a la ANC en el nivel de máximo mando dentro del proceso. Sánchez forma parte del gobierno en la sombra que tiene Carles Puigdemont y que tiene casi más capacidad de decisión que los consejeros del ejecutivo, como apuntó en su día el exconsejero de Empresa, Jordi Baiget. Y la autoridad de Jordi Sánchez se hizo patente los pasados 6 y 7 de septiembre, cuando la Cámara catalana aprobó las leyes del referéndum y de transitoriedad jurídica. Sánchez solo forma parte de una entidad privada, pero en aquellas jornadas parlamentarias, cada vez que se producía una interrupción del pleno, buena parte de los dirigentes del proceso salían a los pasillos del Parlamento autonómico para pedirle consejo. Su opinión iba a misa.

La ANC nació en 2011 y en un año se consolidó ya como el arma más poderosa del independentismo: desde entonces ha conseguido reunir a cientos de miles de personas en las manifestaciones de la Diada, que han sido el motor agitador del desafío secesionista. Sánchez llegó a la ANC procedente de la cúpula del Sindic de Greuges, el defensor del pueblo catalán. Antiguo dirigente de Iniciativa per Catalunya, se alzó a la presidencia de la ANC, a pesar de que no fue el candidato más elegido por las bases. Pero en una maniobra que algunos sectores tacharon de pucherazo, tomó las riendas de la Asamblea para ampliar la base soberanista, buscando extender las redes a los sectores de la izquierda soberanista no secesionista. Entre 1983 y 1993, el líder del proceso en la calle, dirigió una plataforma llamada Crida a la Solidaritat, que trabajaba en defensa de la lengua y la cultura y la nación catalana. En un reciente debate televisivo en TV-3, Sánchez tuvo una agria enganchada con un tertuliano que acusó a la Crida de organizar mítines en los años 80 y 90 con Herri Batasuna y de, según recogió la prensa de la época, emitir un comunicado que coincidía con el de HB tras el atentado de Hipercor. Sánchez dijo que nunca ha apoyado la violencia. El presidente de la ANC, que será sustituido por Agustí Alcoberro mientras permanezca en prisión, apareció ayer en un vídeo grabado, que la ANC emitió tras conocerse la orden de encarcelamiento: «No podrán doblegarnos», afirmó. La Asamblea llamó a la ciudadanía a movilizarse de manera permanente hasta la proclamación de la república.

Jordi Cuixart, de empresario a revolucionario

Ómnium Cultural, a diferencia de la ANC, tiene una larga tradición en Cataluña, en defensa de la cultura y la lengua catalana. Es una plataforma con solera, que fue fundada en pleno franquisimo, en 1961, por algunas de las familias más ricas de Cataluña, ligadas al soberanismo, como los Carulla (Gallina Blanca) o los Millet (el padre del saqueador confeso del Palau de la Música fue su primer presidente). Ómnium siempre estuvo ligado a la cultura catalana, pero en los últimos tiempos se ha convertido en un actor político de primer orden y protagonista principal del proceso de ruptura. Junto a la ANC, ha organizado las manifestaciones del 11-S, en las que han participado cientos de miles de personas y en alguna de ellas se llegó a hablar de dos millones (2012). Primero bajo la presidencia de Muriel Casals (murió atropellada por una bici en 2016), más tarde de Quim Torra y ahora de Jordi Cuixart (1975), la plataforma secesionista lidera el proceso desde la calle y la movilización. El actual presidente de Ómnium Cultural tomó las riendas de la entidad en 2015.

Con estas credenciales se presentó a las elecciones en la organización soberanista: «Soy el hijo de una murciana, carnicera, y de un badalonés, obrero. Entre ellos hablan en castellano pero decidieron hablar catalán a sus hijos. Fui insumiso al servicio militar, empecé a trabajar de mozo en una fábrica de Santa Perpètua (Barcelona) y fundé mi empresa en 2003 y me siento orgulloso». Es empresario, vive en Sabadell y es el fundador y director general de Aranow Packaging Machinery e impulsor de la organización de empresarios FemCAT, las más secesionista de todas las patronales catalanas. Igual que Jordi Sánchez, forma parte del sanedrín que asesora a Carles Puigdemont con reuniones casi semanales en el Palau de la Generalitat.

Seguro que la jueza que ayer le mandó a prisión no entra en estrategias políticas. Pero es conveniente reseñar que por primera vez en mucho tiempo, los Jordis, como se conoce a Cuixart y Sánchez, empezaban a distanciarse ideológicamente. Fuentes secesionistas señalan que sus diferencias se hicieron notables en la reunión que Puigdemont tuvo el martes pasado con el estado mayor del proceso, antes del pleno en el que debía proclamar la independencia. La ANC siempre estuvo más ligada a ERC y Ómnium a CDC, pero con Sánchez y Cuixart ha sido al revés. Ambas entidades recuperaron ayer la unidad.

Tras la decisión de la jueza, Ómnium envió un vídeo en el que Cuixart afirmó: «Más serenidad, confianza y coraje que nunca. Nos han dicho tantas veces que no podíamos, que ahora sabemos que lo podemos todo».

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