72 horas de vértigo en la operación Erial y crisis para el PP

En los distintos niveles del partido están hartos de repetir el diagnóstico. La convención de Sevilla en abril fue el paradigma de lo que le ocurre al PP: que los escándalos lejanos o recientes siguen lastrando al partido. El cónclave se diseñó para impulsar al presidente y poner la organización en modo electoral, pero la resistencia de Cifuentes a dar un paso atrás por las irregularidades en su máster, frustró los planes. Muchos cargos del PP hablan de la necesidad acuciante de renovación en el liderazgo del partido. Sólo un recambio para Rajoy, con un proyecto nuevo, podría romper con el pasado y soltar el lastre de la corrupción. Pero no parece que esa sea una solución que se esté planteando ya de manera decidida.