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J. MOLANO
Valencia
Domingo, 19 de noviembre 2017, 03:41
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El director general de la empresa pública Vaersa, Benjamín Maceda, destituyó a la responsable de Recursos Humanos de la entidad, Laura Marco, por deslealtad a la dirección, entre otras causas. La jefa de personal, según el informe al que ha tenido acceso este periódico, fue despedida ayer de manera formal sin que presentara alegaciones. El cese llega después de que se tramitara el expediente reglamentario por haberse detectado varias irregularidades en el desempeño de su cargo.
Marco no informó, tal como detalla el documento, acerca de una sobrecotización a la Seguridad Social de unos 400 empleados que se daba desde el año 2011 y que ascendía a cerca de 350.000 euros. Lo hizo a pesar de que Maceda, al poco de aterrizar en el cargo el pasado septiembre con carácter temporal, solicitara expresamente a los jefes de área y departamento que se le mantuviera informado de asuntos trascendentes como este.
La responsable de Recursos Humanos en la empresa de aprovechamiento energético de residuos conoció la sobrecotización en junio, pero no dio cuenta de ello a su superior. Tuvo que ser el director general quien conociera por su cuenta la irregularidad que se estaba cometiendo, según las fuentes consultadas. Esta falta fue la gota que, aparentemente, habría colmado el vaso del director, quien acabó elaborando un informe en el que detalla más infracciones por parte de Marco, suspendida de empleo y sueldo desde el pasado mes de octubre, según las fuentes consultadas.
En el documento, el director general cita cuatro apartados en los que la jefa de personalpresentó deficiencias: necesidad de integrar a personal en la empresa, el cumplimiento de la normativa de la Generalitat en materia de contratación, la elaboración de la relación de puestos de trabajo y la masa salarial y guardar lealtad a la dirección.
El informe refleja que la responsable destituida se negó a empatizar con el personal de la empresa así como a entablar negociaciones con los sindicatos y tampoco facilitó los medios para que las contrataciones en Vaersa fueran transparentes y se diera igualdad de oportunidades a las personas que estuvieran interesadas en los puestos de trabajo de la sociedad. Una situación que comporta la contratación a través de bolsas de empleo, sobre la base de méritos y conocimientos, y que las promociones internas se basen en unas normas claras y públicas. Normas que deben negociarse con los representantes de los trabajadores. En este sentido, Marco tampoco llevó a cabo la oferta pública de empleo de personal externo mediante procesos abiertos, claros y transparentes, en los que primase la igualdad de opotunidades. Asimismo, tampoco ayudó a elaborar la relación de puestos de trabajo y de la masa salarial, sin los que sería posible construir la estructura de la empresa pública con un mínimo de coherencia.
Vaersa es otra de las empresas públicas que carga con el estigma de la corrupción. No llega al nivel de Imelsa -rebautizada como Divalterra para enterrar su oscuro pasado- pero la detención de dos exdirectores generales, uno de ellos Enrique Simó, quien nombró a la responsable de Recursos Humanos en el cargo, y otra investigación por gastos con las tarjetas de crédito la han situado, en ocasiones, en la diana mediática. La sociedad pública se encuentra en el núcleo de varias investigaciones judiciales por ilegalidades durante la etapa del Partido Popular. La Cuenta General ya mostró que determinadas deficiencias persisten al cierre del último ejercicio. Por ejemplo, la sociedad sigue sin contar con el visto bueno de Presupuestos a los salarios de los empleados y tampoco cuenta con una relación de puestos de trabajo, que se espera esté dispuesta para su aprobación esta próxima semana. Una situación que se mantiene ya desde hace años.
Los informes también revelaron lagunas en la contratación. No aparece la composición de las mesas, ni queda regulado el plazo de adjudicación ni el de publicación. De igual modo, carece la empresa de un control interno que evite el posible fraccionamiento de los expedientes, práctica que se repite en otras sociedades. Vaersa ha recibido encomiendas de las que ha obtenido un beneficio, dinero que no ha devuelto a la Generalitat Valenciana. Incluso carecía de medios propios para llevarlas a cabo, algo que incumpliría la normativa autonómica.
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