El conseller Manuel Alcaraz reducirá las competencias del Consejo de Transparencia

Oscar Wilde lo advirtió: 'Cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad'. El Consejo de Transparencia, desde su primera reunión, .entendió la enorme labor que se le venía encima. En su primera memoria anual, la de 2015, señaló la sobrecarga de competencias, la falta de independencia y la escasez de medios. El déficit de personal coincide con un exceso de atribuciones. Quizá se trata del organismo de este tipo que asume más funciones en toda España, señalaba la memoria, y la presentada hace una semana incidía en lo mismo. El conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz anunció durante un pleno de Les Corts celebrado a principios de este mes que reformará la ley creada por el PP al final de la pasada legislatura y donde se recoge el mandato de crear el consejo. El cambio normativo incide precisamente en esas competencias.

Alcaraz modificará la ley para trasvasar algunas de las atribuciones de la entidad consultiva a la nueva oficina de control de conflicto de intereses, órgano que sí dependerá de la conselleria y que deberá encargarse de determinar las incompatibilidades de los cargos públicos, tanto antes de su nombramiento como posteriormente, según confirmaron a LAS PROVINCIAS fuentes de la conselleria directamente implicadas en los cambios normativos.

Las modificaciones de la ley supondrán, por un lado desvincular al Consejo de Transparencia de la conselleria de Alcaraz, para que funcione de una manera similar a la Agencia Antifraude. El presidente del organo consultivo, Ricardo García Macho, desea que la institución que encabeza quede vinculada a Les Corts y deje de depender del Consell. Igualmente, los cambios de la ley pretenden propiciar un incremento de la asistencia letrada a los cinco consejeros (uno por cada partido con representación en Les Corts). Alcaraz aprovecha la reforma del texto normativo para, además de atender las demandas del consejo, dar empaque a la oficina de control de conflicto de intereses.

Hasta ahora, el Consejo de Transparencia debe atender reclamaciones en materia de acceso a la información por parte de la ciudadanía y entidades, asesorar al Consell sobre proyectos relacionados con el ámbito de la información al ciudadano, instar la incoación de expedientes y de impulsar la resolución de los incumplimientos recogidos en la Ley de Transparencia... Y velar por la publicidad activa en los portales de transparencia de los más de 500 municipios de la Comunitat, así como del resto de entidades del ámbito competencial de la norma. Por todo ello, en las memorias anuales se adviverte que el buen funcionamiento diario del consejo es complicado. Otra cuestión es que la reforma legislativa que pretende acometer Alcaraz, ese desvío de atribuciones, sea del agrado del órgano consultivo, que en su última memoria ya matizó que era imposible cumplir consus funciones «debido a la falta de recursos materiales y económicos». Es posible que desde el Consejo se prefiriese recibir más medios y así conservar competencias.

Duplicidades

El cambio de la ley permitirá a Alcaraz desvincular orgánicamente al consejo de su departamento. De esta manera, la conselleria puesta en marcha a través del Pacto del Botánico se desvincula del órgano que contempla la ley aprobada durante la legislatura anterior, una norma que salió adelante con el voto a favor de los populares, el rechazo del PSPV y la abstención de Compromís y EU por considerar que se «quedaba corta».

No tan corta, según el exvicepresidente de la Generalitat, el popular José Císcar, encargado de la tramitación de la Ley de Transparencia, quien señala que las funciones del consejo eran, efectivamente, muchas, «por eso no hacía falta la conselleria que el nuevo Gobierno valenciano puso en marcha. La duplicidad es evidente».

«Las funciones que el pacto entre Compromís y PSPV otorgaron a la nueva conselleria son, en muchos casos, las mismas que tiene el Consejo de Transparencia por ley, un ente que, si debía ejercer como un órgano de control de la actividad pública, no podía depender del Ejecutivo como hasta ahora, sino que tenía que ser independiente con el fin de que su labor de vigilancia fuese eficaz. Si creas una conselleria para lo mismo, todo se desvirtúa», indica Císcar.

«Los consejeros lo están haciendo muy bien incuso cuando nos critican», señaló Alcaraz en Les Corts hace unas semanas, cuando avanzó que desde el Ejecutivo «nos disponemos a presentar en el plazo de pocas semanas una reforma ya hablada con el propio Consejo de Transparencia para así garantizar la máxima indepenencia posible. Actualmente depende de nuestra conselleria por lo que de dispone la ley, y lo vamos a cambiar».

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