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Pedro Sánchez. :: afp
El núcleo duro  de Pedro Sánchez  en el PSPV

El núcleo duro de Pedro Sánchez en el PSPV

El acto de Sánchez en Xirivella demostró la capacidad de movilización de la dirección provincial y las plataformas

J. C. Ferriol

Domingo, 28 de mayo 2017, 22:17

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Susana Díaz se presentó a las primarias para liderar el PSOE con un equipo más que definido. La presidenta andaluza llevaba meses preparando su asalto a la secretaría general de la mano de los barones del partido. El primero de ellos, Ximo Puig, erigido junto a Díaz en uno de los referentes más críticos con Sánchez durante su anterior etapa como líder del partido.

Díaz se presentó con el apoyo de los aparatos regionales. Puig puso a trabajar no sólo al núcleo duro de la ejecutiva nacional, con el vicesecretario de Organización Alfred Boix a la cabeza, sino también a un buen número de cargos institucionales, que no dudaron en implicarse en primera persona en defensa de las opciones de la baronesa andaluza.

Díaz perdió. Pedro Sánchez le aventajó en más de 15.000 votos. Una tercera parte de esa diferencia se cimentó en el socialismo valenciano. Ni el aparato de la cuarta planta de Blanquerías ni todo el poder institucional que acompaña a la presidencia de la Generalitat pudieron impedir un varapalo en toda regla al secretario general de los socialistas valencianos.

El triunfo del sanchismo en el PSPV sorprendió por lo que tuvo de aplastante. Pero no porque no se intuyera que la militancia estaba decidida a mostrar su desacuerdo con la participación de Puig en la caída de Sánchez -fue uno de los 17 miembros de la ejecutiva federal que presentó su dimisión- ni con la abstención en la investidura de Rajoy. La recogida de avales -casi 3.000 más de los partidarios de Sánchez sobre los de Díaz- ya había constatado el rechazo hacia la baronesa andaluza.

Un resultado así no se logra por casualidad. Sánchez disponía en el PSPV de una cierta estructura, la que le confería su estrecha relación con el secretario general del partido en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos. A partir de él, y del respaldo de sus más estrechos colaboradores, Sánchez comenzó a creer en sus posibilidades. El acto de Xirivella, la primera aparición pública del exsecretario general del PSOE ante más de un millar de personas, constató eso que se suele decir de que 'había agua en la piscina'.

El éxito de Sánchez en el socialismo valenciano se cimentó también en el apoyo de las plataformas -la del 'no es no' y la de 'primarias y congreso ya'-, movimientos espontáneos de militancia que rechazaron las directrices orgánicas e hicieron bandera de su rechazo a Rajoy y de que se escuchara la voz de los afiliados. Sectores cercanos a José Antonio Pérez Tapias, que mantuvo más de una reunión con Sánchez para brindarle su respaldo. En alguno de esos encuentros participó Andrés Perelló, erigido ahora como portavoz de ese movimiento. También se sumaron cargos cercanos o pertenecientes a Izquierda Socialista, como el síndic del PSPV en Les Corts, Manuel Mata. Las plataformas en Castellón -con Pep Lluis Grau y Susana Ros a la cabeza- y Alicante, con Alejandro Soler, Antonia Moreno y Toni Mira-Perceval, sumaron apoyos al movimiento. A la estructura del PSPV provincial y a las plataformas se sumó el 'lobby socialista 3.0' encabezado por el diputado provincial Bartolomé Nofuentes.

Pero la base del apoyo a Sánchez en el socialismo valenciano la cimentó Ábalos. El diputado, nombrado esta semana portavoz del PSOE en el Congreso, es uno de los principales apoyos de Sánchez desde que éste llegó a la secretaría general en julio de 2014. El líder de los socialistas de Valencia no dudó en referenciarse como afín a Sánchez incluso cuando los barones territoriales empezaron a hacerle la cama. De hecho, esa circunstancia terminó de significarle un contrapeso en el PSPV.

La propuesta de Ximo Puig de impulsar una candidatura conjunta con Compromís y Podemos para el Senado, que Ferraz rechazó de plano -en plena pugna con la formación de Pablo Iglesias-,retrató la distancia entre la dirección del PSPV y la cúpula provincial de Valencia. Blanquerías y el Palau de la Generalitat movilizaron a alcaldes y portavoces del partido -se pronunciaron más de 200- aún sabiendo que la dirección federal rechazaba la iniciativa.

Blanquerías puso proa contra la dirección provincial del PSPV -en términos políticos y también económicos- e incluso con motivo de la votación de la investidura de Sánchez, valoró la posibilidad de apartar a Ábalos de su cargo de líder provincial (fue uno de los más férreos defensores del 'no' a Rajoy) y nombrar una dirección provisional para controlar el partido -ese temor fue una de las razones por las que el diputado terminó absteniéndose-.

A Ábalos se le considera casi tan fundamental como al propio Sánchez en el éxito de las primarias del pasado domingo. El dirigente valenciano no sólo tomó las riendas de la estrategia de preparar el terreno para la 'resurrección' de Sánchez -en las reuniones de la dirección provincial es donde se entendió que, tras la dimisión del secretario general del PSOE, había que impulsar un relato que reflejara su condición de víctima de la ambición de los barones-. También jugó un papel clave en la campaña, con presencia activa en actos en toda la penísula.

En el equipo de Ábalos, uno de sus hombres de confianza, Aaron Cano, la parlamentaria autonómica Mercedes Caballero, los diputados provinciales Isabel García y Pepe Ruíz, alcaldes como los de Burjassot (Rafa García), Xirivella (Michel Montaner), Toni González (Almussafes) y Enric Palanca (Pobla de Farnals), exconcejales como Matías Alonso y Pilar Calabuig, el exdiputado provincial Vicent Vercher , el exparlamentario autonómico Pepe Camarasa, y colaboradores como Antonio Galán y Eduardo Béjar.

Para Sánchez, aunque sin el mismo nivel de protagonismo (ni de implicación) que la dirección provincial de Valencia, la posición de Manuel Mata desde la portavocía de Les Corts también fue significativa. Con un puesto tan llamativo, Mata no dudó en hacer público su respaldo a Sánchez. De hecho, el síndic llegó a plantear su renuncia al cargo -le entregó una carta a Puig con su dimisión para que la hiciera efectiva cuando considerara oportuno- en el caso de que Blanquerías le llegara a obligar a respaldar otra posición que no fuera la del 'no' a Rajoy. El apoyo de Mata es de los que más ha evidenciado la debilidad de Puig.

Sánchez ya ha anunciado que en su futura ejecutiva no contará con barones territoriales. Ábalos, ahora portavoz provisional del PSOE en el Congreso, cuenta con muchos número para asumir un puesto de máxima relevancia en la nueva dirección federal. La todopoderosa secretaría federal de Organización es uno de las responsabilidades que suena para el dirigente valenciano -que muy probablemente cederá la portavocía en la Cámara Baja a Adriana Lastra en el congreso federal-.

La presencia valenciana en la dirección federal podrían incluir también a Perelló. El aguerrido exparlamentario ha participado en algunos de los discursos de Sánchez en su campaña. Algunas fuentes aseguran que Ximo Puig cuenta con Perelló para que le haga de puente con el nuevo líder del PSOE, consciente del abismo que le separa tanto de Sánchez como del propio Ábalos. El resultado de las primarias abre el juego a nuevos movimientos. Algunos de los apoyos a Puig se plantean ya un eventual viraje.

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