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Ignacio Bernácer sale de la Ciudad de la Justicia de Valencia. :: J. j. monzó
Un ex alto cargo admite que  el gerente de Emarsa repartía sobres con 5.000 euros

Un ex alto cargo admite que el gerente de Emarsa repartía sobres con 5.000 euros

Ignacio Bernácer reproduce ante el tribunal el relato de la confesión en la que reconoce que se embolsó 400.000 euros

A. RALLO

Jueves, 11 de mayo 2017, 00:32

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valencia. Ignacio Bernácer se sienta en la primera fila del banquillo de los acusados, entre Esteban Cuesta y Enrique Crespo. Con una silla de separación se sitúa José Juan Morenilla, el que fuera jefe y amigo íntimo de Bernácer. Sin entrar en la veracidad o no de la confesión, la tensión entre los supuestos ideólogos de la trama y el ahora arrepentido debe resultar brutal. Su relato no sólo les incrimina en el origen y participación de la red de saqueo sino que, además, suma la decepción interna de la traición. En la sala no intercambian palabra.

El que fuera jefe de Explotación de la Epsar, la entidad de la Generalitat que controla las depuradoras, escenificó ayer la confesión que presentó por escrito el pasado mes de marzo. Su arrepentimiento le ha servido para obtener una rebaja en la petición de pena. De los 14 años iniciales a menos de cuatro por admitir 400.000 euros en comisiones, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS.

Su declaración implica al gerente Esteban Cuesta, al exvicepresidente Enrique Crespo y a su jefe Bernácer. La depuradora de Pinedo era un auténtico descontrol, un pozo sin fondo para los recursos públicos. Eran los comienzos del 2005. Morenilla se reunió con Crespo y con el entonces conseller y tras este encuentro se transmite la idea de ampliar la financiación. Esto se hacía desde la Epsar. Es Bernácer, según explicó ayer, quien examina el Presupuesto y ve en qué partidas se puede ampliar. Una de ellas, era la ya famosa del tratamiento de lodos. De unos seis euros pasa a cerca de 30. Tras aprobar la inyección económica, «Morenilla me llama y me dice que Cuesta le había ofrecido una gratificación... Me chocó, pero no me lo planteé. Tenía que haberle dicho que no», se arrepintió ayer, doce años después.

«Nos traía los sobres al despacho de Morenilla. Dependía del mes, pero contenían desde 1.000 euros a 5.000», concretó. Mientras esta situación de saqueo se producía, la planta de Pinedo se encontraba al borde de la quiebra. «No se pagaba ni la energía ni los productos utilizados en la depuración». Hasta tal punto que Iberdrola amenazó con cortar el suministro. Pese a todo la supuesta codicia del cuarteto de acusados -Bernácer incluyó ayer al empresario Sena entre los comisionistas- no quedaba saciada con esas aportaciones.

Por suerte para Emarsa y por desgracia para el contribuyente, la Epsar volvió a salir al rescate de la depuradora. En 2007, se acuerda otra subida del tratamiento de los lodos a 42 euros por tonelada. «Yo ya estaba metido en lo que estaba metido», se resignó el propio acusado para justificar que no frenara esa nueva inyección de fondos. Seguían supuestamente con el cobro de las «gratificaciones», pero el ingenio de Cuesta le llevó a proponer un nuevo método. Aquello de ir con el dinero en la mano era hasta cierto punto engorroso. Mejor con tarjetas de crédito. Dio a cada uno de los acusados, un par de ellas con esta única regla de uso: «Sacad hasta 500 euros al día hasta agotar saldo». Y aceptaron.

El exdirectivo conocía que también Crespo disfrutaba de estas comisiones y en alguna ocasión el exalcalde de Manises bromeaba diciendo... «¿Cuándo vienen los camiones?». Siempre según el testimonio de Bernácer llegó a nacer entre ellos una especie de «compañerismo». La camaradería del delito.

Tampoco eso de ir al cajero resultaba cómodo para alguno de los implicados. Pero Cuesta tuvo otra idea. Se le ocurrió que su hermana hiciera las extracciones y luego llevara el dinero en sobres a los beneficiarios. «Yo no quise, pero Morenilla sí aceptó». No fue la única iniciativa que rechazó. «No quise abrir una cuenta en Andorra». Sí disponía de una libreta en el paraíso fiscal, Enrique Crespo. De igual modo, no quiso entrar en la compra de lingotes de oro que, según reveló ayer, le llegó a ofrecer el gerente de Emarsa. Hoy es el turno de Esteban Cuesta, una de las declaraciones más esperadas.

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