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Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell, ayer. :: EFE
Las críticas de Susana Díaz por la defensa  del corredor enfrentan  a PSPV y Compromís

Las críticas de Susana Díaz por la defensa del corredor enfrentan a PSPV y Compromís

La presidenta andaluza califica de «izquierda inútil» la actuación de Puig y los nacionalistas para retirar la moción en el Senado que priorizaba el vial central en perjuicio del mediterráneo

BURGUERA

Sábado, 29 de abril 2017, 00:00

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valencia. El pasado jueves por la noche aparecieron unas declaraciones de la presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, que han abierto una nueva brecha en el mestizaje del Consell. La baronesa, con muchas ganas de atropellar a Podemos, arremetió contra lo que denominó «izquierda inútil», sin darse cuenta (o quizá a sabiendas pero sin importarle un bledo) que su ataque puso contra las cuerdas a quien se supone que es un aliado, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. El jefe del Consell se ve de esta manera comprometido por la furibunda crítica de Díaz.

La presidenta de la Junta de Andalucía y aspirante a la Secretaría General del PSOE lamentó el jueves que la izquierda «inútil», que «ni come ni deja comer», «boicotease» el debate de la moción presentada en el Senado por el PSOE sobre el corredor mediterráneo, que finalmente fue retirada por los socialistas ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el PP para presentar una transaccional debido a las enmiendas presentadas por formaciones como ERC, Compromís y Podemos. La iniciativa, defendida a capa y espada por los socialistas andaluces, pretendía priorizar el vial central en perjuicio del mediterráneo.

La favorita de Puig para dirigir el PSOE, muy enfadada por el modo en que la moción fue retirada, señaló que dicha iniciativa se encontró con que «varias fuerzas políticas, que están en confluencia con Pablo Iglesias, en lugar de permitir que se debatiese, se dedicaron a boicotearla y ni Podemos, ni Compromís, ni ERC dejaron que se debatiera».

Puig, el artífice del «boicot»

Esa visión de la jugada de Díaz es radicalmente diferente del relato del Consell, que se ha esforzado en difundir que si los socialistas retiraron la moción fue por la presión del presidente de la Generalitat, Ximo Puig. De hecho, hasta uno de sus consellers, el de Hacienda, Vicent Soler, emitió un mensaje en las redes sociales bien clarificador: «Gracias, presidente». Del sincero agradecimiento se hicieron eco otros compañeros del PSPV. De este modo, el jefe del Consell, según los socialistas valencianos, había forzado la máquina para evitar que la iniciativa saliese adelante.

Sin embargo, la líder socialista considera que la moción era «buena para Andalucía y España». «Y así estamos con quienes no saben que las instituciones sirven para cambiarle la vida a la gente y ésa es la diferencia de la política de la izquierda útil que somos los socialistas y de la izquierda inútil que actúa como los tontos útiles de la derecha», concluyó.

Desde Compromís saltaron como un resorte frente al comentario de la socialista andaluza. Varios de sus líderes replicaron a través de las redes sociales. En el seno del Consell se cruzaron varios mensajes internos. A través de alguna llamada y comunicación por móvil, los nacionalistas pidieron explicaciones a sus socios del Consell, que intentaron quitar hierro a los comentarios de la presidenta andaluza.

El senador de Compromís Carles Mulet recordó en las redes sociales que Díaz es «heredera del PSOE corrupto de los ERE y del GAL», ante lo que el número dos del PSPV, Alfred Boix, contestó a Mulet que es «un oportunista y un... Al tiempo», unos puntos suspensivos que dan para muchas interpretaciones, ninguna amable. Menos ambiguos fueron los diputados de Compromís que, también, desde internet recordaron ayer a los socialistas (entre ellos, el propio Ximo Puig) que facilitaron la investidura de Rajoy.

Respecto a la moción, el presidente Puig confirmó ayer que en el PSPV «no estábamos de acuerdo con el planteamiento inicial», si bien «quien estuvo también duro fue Compromís y Podemos». El jefe del Consell señaló que la formación morada «extrañamente estuvo muy dura», también «con el presidente de la Generalitat», que «en todo momento ha defendido, incluso antes de que estuviera Podemos, el corredor mediterráneo».

«Las cosas son así y la política hay que llevarla con una cierta deportividad para evitar se pueda molestar alguien cada vez que uno dice una cosa respecto a otro. El fondo de esta cuestión ha demostrado la capacidad de actuación de los socialistas valencianos por una parte y también del Gobierno valenciano, sobre todo», indicó Puig.

Oltra defiende a Podemos

La vicepresidenta de la Generalitat y portavoz del Consell, Mónica Oltra, evitó opinar sobre Díaz. Rehuyó la confrontación con la líder socialistas y aseguró que el Ejecutivo valenciano «defiende unánimemente lo que tiene sentido, lo que es razonable, el corredor mediterráneo» y recordó que este es únicamente el que pasa «por donde está el Mediterráneo, por la playa» mientras que si lo hace por donde no hay es el central. «Cada uno dice lo que quiere y como quiere», templó la vicepresidenta, quien admitió que hay quien se modera más y menos en sus declaraciones como representante institucional.

Oltra, no obstante, quiso recordar que el Consell «reconoce la utilidad de todas las fuerzas políticas» que le sustentan, PSPV, Compromís y Podemos, «y las tres son muy útiles», un capote a la formación morada con la que Díaz está en pie de guerra. La vicepresidenta afirmó que Puig, como presidente de la Generalitat, «no apoya a nadie, apoya al corredor mediterráneo» y como dirigente socialista «apoya a quien considera oportuno», en referencia a la apuesta de Puig por Susana Díaz como futura líder del PSOE.

Fuentes del PSPV pronostican que estas fricciones son bien vistas desde Compromís porque allanan el camino a los nacionalistas de cara a cargarse de razones electorales. Abanderar en solitario desde la izquierda (si la autoridad del PSOE queda en manos de Díaz) la defensa del corredor, es un escenario ideal para Oltra y su coalición de cara a los comicios que se celebrarán dentro de dos años, o antes si la tensión entre los socios rompe el Botánico.

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