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BURGUERA
Jueves, 30 de marzo 2017, 00:46
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Socialistas, nacionalistas y podemistas votaron ayer en Les Corts a favor de instar al cierre de Cofrentes. El PP se opuso por considerar que no existe alternativa energética ni hay certificado un riesgo para la población. Ciudadanos se abstuvo (a pesar de que inicialmente aseguró que «casi seguro» apoyaría la iniciativa) porque la incomodidad del alcalde de la localidad, el único en la provincia de CS, Salvador Honrubia, llegó a los despachos del partido en Madrid, desde donde se ordenó rectificar la posición inicial favorable de la formación naranja que dirige Albert Rivera.
No obstante, los escaños del tripartito fueron suficientes para sacar adelante la iniciativa. Se constató, sin embargo, que no existe un plan alternativo para lograr la energía que se perdería si se desmantela la central. Eso sin contar con los empleos que desaparecerían en Cofrentes, la preocupación de Honrubia.
Desde el propio frente de parlamentarios de izquierdas se admitía ayer en los pasillos de Les Corts que se puede estar de acuerdo con cerrar las nucleares pero se trata de un planteamiento irreal en el caso de la Comunitat. Las mismas fuentes señalaban que la alternativa a plantas como la de Cofrentes está frenada por dos consellerias en manos de Compromís. Concretamente, Economía y Medio Ambiente, que en 21 meses no han logrado ni siquiera tramitar un plan B. A eso se aferró el PP para rechazar el desmantelamiento.
El diputado Vicente Casanova defendió con datos su posición (en dos años no se ha puesto en marcha ni un molino de viento, por lo que en 2021 sería imposible contar con medios de producción de energía que sustituyeran a Cofrentes), una escenificación potente la del parlamentario popular, mucho más convincente que el ecologista Juan Ponce, quien disculpó la paralización del incremento de plantas eólicas en que la planificación del PP, aún hoy, lo impide. Al menos, el socialista David Cerdán fue capaz de explicar su voto contrario a Cofrentes en la férrea presión que las empresas de energía ejercen sobre el poder Ejecutivo y Legislativo (medio centenar de consejeros en las eléctricas han sido ministros, responsables en gobiernos autonómicos o directivos de entes públicos colocados por los partidos) para mantener abiertas las centrales nucleares, así como el riesgo de una contaminación irreversible si se produce un escape. Curiosa fue la papeleta de la diputada de Ciudadanos Rosa García, que anunció la abstención de su grupo si el tripartito no le aceptaba una enmienda que Compromís y Podemos trataron de asumir ante el estupor de la parlamentaria de Cs, que negaba y negaba llegar a un consenso. Había orden de abstenerse y de ahí no se bajó.
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