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A. CERVELLERA
Miércoles, 29 de marzo 2017, 00:39
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Las inversiones en infraestructuras de más de 4.000 millones de euros anunciadas por el presidente Mariano Rajoy para frenar al nacionalismo catalán no han sido recibidas con los brazos abiertos en la Comunitat. El Consell coincide con Podemos y Ciudadanos en que también son necesarios proyectos de esta envergadura en las tres provincias. Una reivindicación a la que se suma el PP con algunos matices y que desde el Ejecutivo valenciano se lleva reclamando desde hace años pese a que el gobierno central no ha puesto mucho empeño en escucharla.
Ximo Puig, presidente de la Generalitat, recalcó que le parece «bien» las inversiones en Cataluña pero reclamó que estas no pueden llevarse a cabo a costa de la Comunitat. El jefe del Consell pidió a Rajoy que actúe «con justicia y equidad» con todas las comunidades autónomas y volvió a exigir una apuesta real con el corredor mediterráneo, una de sus grandes prioridades. El presidente subrayó que «históricamente» la Comuntiat ha estado «discriminada» y que las inversiones el porcentaje de inversiones tan sólo se ha superado en la época del AVE a Valencia. Puig también reclamó al gobierno de España que solucione el «problema gravísimo» en cercanías y defendió que «o bien invierte para tener accesibilidad entre localidades» o que «traspase competencias». El jefe del Consell aseguró que«el AVE es importante pero más para la movilidad de miles de ciudadanos son las Cercanías», por lo cual ya han solicitado al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, una reunión «al más alto nivel para desbloquear todos asuntos pendientes, muchos».
Los partidos que sustentan al Ejecutivo valenciano también se sumaron a las exigencias de Puig. Manolo Mata, síndic del PSPV en Les Corts, reclamó a Rajoy que «si va a intentar acallar y contentar a una comunidad autónoma por motivos políticos», en la Comunitat debe hacer «las inversiones de la decencia y no de la independencia». Por ello, desde el grupo socialista se animó a realizar «un plan masivo de inversiones en el Corredor Mediterráneo».
La posición de Compromís fue más dura que la del resto de grupos. Fran Ferri, portavoz de la coalición, incidió en que es «indignante» que se anuncien estas inversiones tan relevantes mientras que «envían a Íñigo De la Serna a decir que ir de Castellón a Madrid es corredor mediterráneo», en referencia a unas declaraciones que el ministro realizó ayer en redes sociales en las que situaba la conexión Madrid-Castellón como parte del proyecto del corredor mediterráneo. Ferri aprovechó la situación para reclamar que los Presupuestos Generales del Estado para 2017 contemplen, al menos, el peso poblacional en sus inversiones para la Comunitat.
Fabiola Meco, diputada autonómica de Podemos, calificó el anuncio de «más de lo mismo» y aunque se alegró de que se solucionen demandas de otros territorios también pidió que se «atienda o priorice» las peticiones de los valencianos. De esta forma, anunció que desde el partido morado seguirá defendiendo que la Comunitat «también existe» pese a que «siempre están en el último lugar de la agenda».
El portavoz de Ciudadanos en Les Corts, Alexis Marí, se sumó a las críticas del tripartito y calificó los 4.000 millones de inversión en Cataluña como un «pago de favores para tranquilizar al monstruo del nacionalismo». Una situación que defendió que no gusta en su partido, que reclama que se pongan fin a los «desequilibrios y favoritismos».
El PP también le pide a Puig
Isabel Bonig, presidenta del PPCV, apostó por que las inversiones que necesita la Comunitat en materia de infraestructura lleguen desde dos vías, la del Gobierno central y el autonómico. Bonig afirmó que le parece «bien» que el Gobierno invierta en Cataluña porque España es «un proyecto común», aunque reconoció que también es necesario que las inversiones lleguen a la Comunitat, una reivindicación que destacó que comparte con Puig. La líder de los populares valencianos considera que para este proyecto es necesario que también participe el Consell, que también cuenta con competencias en la materia.
Donde Bonig marcó claramente distancias con el Ejecutivo valenciano fue con la petición de la Generalitat de traspasar las competencia de Cercanías. La popular calificó la reivindicación de «cortina de humo» y aseguró que es un tema con el que sólo quieren conseguir «tapar su nula gestión». Bonig recordó las dificultades con las que tiene que lidiar el Consell para mantener el servicio de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) y recalcó que serían incapaces de mantener el servicio de Cercanías cuando no pueden mantener otros similares.
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