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Pedro Sánchez, ayer en Valencia. :: afp/jose jordán
Pedro Sánchez apela a la financiación y al  corredor para conectar con Valencia

Pedro Sánchez apela a la financiación y al corredor para conectar con Valencia

El exsecretario general reivindica una «marea socialista» orgullosa de «ser roja» pero «sin aferrarse al pasado» del partido

BURGUERA

Domingo, 26 de marzo 2017, 23:54

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El pabellón municipal de Burjassot estaba lleno, cerca de 2.500 personas, media hora antes de que Sánchez llegase a sus inmediaciones, donde se vendían «chapas, camisetas y pulseras para financiar la campaña de Pedro». La gente compraba y luego entraba a un recinto donde se iba proyectando el vídeo 'Sí es sí' hasta que a las 12.25 horas apareció el candidato, provocó un tronar de la instalación y besos y abrazos hasta que llegó al escenario ocho minutos más tarde mientras sonaba 'Color Esperanza', canción de Diego Torres, canción que ya va teniendo sus años, más de quince, en realidad.

El discurso de ayer de Sánchez y de sus predecesores (Rafa Garcia, alcalde Burjassot; Gemma Muñoz, coordinadora Juventudes con Pedro; Luisa Salvador, alcaldesa El Puig; el exeurodiputado Andrés Perelló, la diputada provincial Isabel Garcia y el diputado nacional José Luis Ábalos) tuvo varios puntos en común: apelar al ADN de izquierdas («Buenas tardes, rojos y rojas», saludó Ábalos), recordar los errores del PSOE propiciados por candidaturas rivales («es injustificable el apoyo a Rajoy», lamentó Salvador, mientras que un Ábalos solemne y tenso pidió «quitarnos el estigma de haber decapitado a nuestros dirigentes para que pudiera gobernar la derecha») y recalcar la cercanía de la candidatura de Sánchez a las bases del partido («el partido ha despertado, por fin, para tomar decisiones consultando a las bases»clamó un Perelló efervescente), mensajes que volvió a repetir el candidato en el momento en que tomó la palabra. Si bien, lo primero que hizo fue agradecer a los valencianos «su apoyo» por la sensación de «estar como en mi casa», tras lo cual afirmó que si alcanzara la Moncloa, la Comunitat «nunca más será marginada», será «eje» del corredor mediterráneo y tendrá «la financiación autonómica que merece y que el PP le niega. Nunca más una Valencia marginada y gobernada por el partido de la corrupción, que hacía que vuestros hijos fueran a clase en barracones».

El arranque puso en pie al pabellón, pues además del mensaje hacia los populares, Sánchez recalcó la importancia de un eje ferroviario sobre el que se duda del apoyo de Susana Díaz, que hace diez días firmó una declaración de intenciones junto con el Gobierno de Aragón para fomentar un corredor central que excluye a la Comunitat. La 'valencianización' del discurso de Sánchez, que a su vez pretendía marcar distancias frente a los gestos políticos de Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía, estableció una conexión con la militancia, ya de por sí poco necesitada de que se la convenciese de la idoneidad de la candidatura del exsecretario general del PSOE.

Sánchez, al igual que antes Ábalos, apostó por un discurso con reminiscencias podemitas, partido que birla votantes socialistas de las nuevas generaciones. El diputado valenciano apostó por una «marea socialista para construir lo que queremos y no lo que nos dejen». También Sánchez hablo extensamente sobre la juventud como el colectivo al que su partido debe recuperar, lo que enlazó con un mensaje de la necesidad de no «aferrarse al pasado» y mirar hacia el futuro, ser «un partido del siglo XXI». El candidato madrileño estableció una batalla con dos bandos: «Pueden haber muchos, varios candidatos, pero sólo hay dos opciones, sin centrarse en el pasado sino en el futuro. Para tener un PSOE ganador no podemos ir de la mano de la derecha». Paradójicamente, Sánchez sí recordó el pasado más reciente e inmediato con el fin de contraponer su candidatura a la de Díaz. «Yo sé lo que es estar cuesionado mientras se le da alas a la derecha. Tras la abstención no hemos conseguido cambiar nada. Comprometí mi palabra y pagué por ello, pero esta primarias deben servir para que eso no vuelva a pasar», recordó Sánchez, que acabó apelando al cambio, la unidad, la buena relación con el PSC catalán (enfrentado a Díaz) y un proyecto laico. Para acabar, sonó 'La Internacional', himno que también ya va sumando primaveras, concretamente, casi 130 años.

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