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B. F.
Sábado, 21 de enero 2017, 00:23
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VALENCIA. La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, defendió ayer la contratación del número dos del PSPV, Francesc Romeu, como directivo de FGV. La colocación del vicesecretario de Organización de los socialistas valencianos ha propiciado críticas desde el PP y Podemos, así como notas de protesta por parte de sindicatos como CGT y UGT. Sin embargo, para Oltra, se trata de una designación válida «porque se cumple el procedimiento», lo cual no parece demasiado complicado porque se trata de un puesto de libre designación, lo que implica que Romeu sólo tenía que contar con el visto bueno de aquellos que le situaron en el despacho de la Dirección de Accesibilidad de FGV, entre los que está su compañera de partido, la consellera socialista de Infraestructuras, María José Salvador.
Oltra no quiso saber nada de las evidentes coincidencias acontecidas entre contratantes (socialistas) y contratado (socialista). La vicepresidenta y portavoz prefirió poner el foco en lo que se hacía antes, durante los gobiernos del PP, como si conformarse con un mal menor fuese la solución. Y es que Romeu, si algún día despiden a sus jefes, también será cesado, mientras que con los populares al frente, lograr un puesto a dedo podía implicar lograr un trabajo fijo.
La vicepresidenta puso en valor ayer que el Consell ha cambiado la normativa para que los cargos de alta dirección cesen cuando lo haga la persona que los ha nombrado, mientras que antes «se creaban plazas de alta dirección y se les hacía indefinidos». Así se pronunció ayer al ser preguntada por la incorporación del vicesecretario y portavoz del PSPV, Francesc Romeu, a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) como alto cargo. SegúnOltra, en la actualidad se produce un proceso de selección de este tipo de cargos de libre designación, pero estas personas no tienen consideración de indefinidas, como ocurría antes, lo que hace que ahora para despedir a estas personas hay que pagar indemnizaciones «estratosféricas».
«Antes entraban como personal de confianza sin selección, aquí se ha seguido el procedimiento», recalcó Oltra, que insistió en que antes «se hacían plazas ad hoc» o se extinguían encomiendas de gestión «y el que había entrado se quedaba fijo», puede que con el mérito de «ser la regidora de no sé qué pueblo del PP». «Con este gobierno se ha acabado, y eso es muy estético, saludable y muy democrático».
FGV tardó sólo siete días en nombrar a Romeu desde que creó la plaza que ocupa ahora, según adelantó ayer LAS PROVINCIAS. Su irrupción en la empresa dependiente de la Generalitat ha sido cuestionada incluso desde su propio partido. Dirigentes socialistas la han considerado poco menos que como un traje a medida para quien, desde hace unos meses, ha cambiado la beligerancia mantenida durante años con el secretario general, Ximo Puig, por una significativa empatía.
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