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El acusado, Antonio Ortiz, durante el juicio oral
Los descripción de una de las niñas "coincide plenamente" con el piso del presunto pederasta

Los descripción de una de las niñas "coincide plenamente" con el piso del presunto pederasta

La testigo protegida número 3 aportó multitud de detalles que permitieron a los agentes de policía identificar tanto al sospechoso como el lugar donde se produjeron los abusos

europa press

Viernes, 21 de octubre 2016, 16:40

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La descripción detallada aportada por una de las víctimas "coincide plenamente" con el llamado 'piso de los horrores' de la calle Santa Virgilia, la casa en la que el presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, abusó de algunas de las niñas. Así lo ha manifestado este mediodía, durante el juicio, una de las policías que trabajó en el caso; en concreto, la encargada de encontrar el piso que cumpliera con los datos aportados por la testigo protegida número 3.

"La niña facilita unos planos y coinciden plenamente con el piso de la calle Santa Virgila", ha dicho. Se trata del caso de la menor española de 9 años secuestrada el 10 de abril de 2014, se cree que en la calle Cidamón, desde donde Ortiz la habría llevado a ese piso de propiedad familiar.

La agente ha relatado que la niña contó que el edificio tenía ocho plantas, que cerca había un bar y una tienda de ropa. "Dio muchos detalles, como que había botones para ciegos, que tenía puertas blancas, que los números estaban en forma de triángulo o que había barrotes negros en el exterior al ras del suelo", ha apuntado.

El acusado "está como ausente y pasando de todo" durante el juicio

  • durante el juicio

  • El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, "está como ausente y pasando de todo" durante el juicio oral, una actitud impropia de una persona que se cree inocente, ha indicado este viernes Antonio Tuero, el abogado de la víctima y testigo protegido número 3.

  • Durante esta cuarta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid, Ortiz ha vestido una jersey negro y un pantalón de chándal. No ha hablado durante el juicio. Se ha encontrado tranquilo y en actitud pasiva y pensativa en casi todo momento, llevándose los dedos de una mano a la barbilla en muchas ocasiones.

  • "Yo creo que de una persona que está acusada de unos hechos tan graves y es inocente su actitud habría de ser otra. Da la impresión de que piensa que le han cogido y que lo asume en parte. Su actitud aunque no soy experto y mi experiencia me dicen que este hombre está cumpliendo su papel de 'tengo que sentarme, me han cogido y voy a estar ausente'", ha manifestado ante la prensa.

  • El letrado argumenta que el procesado ha tenido tiempo durante estos dos años en la cárcel para prepararse "tanto anímica como psíquicamente para este trance", por lo que "está o aparente querer estar ausente e impertérrito". "Desde luego, gestos de pesar y arrepentimiento, que no servirían para atenuar su posible condena pero sí para denotar una cierta actitud personal, no he visto ninguno", ha aseverado.

"Pocos inmuebles de todos los que revisamos cumplían con esa descripción. Pocas viviendas hay ocho plantas en la zona, que los vehículos tuvieran ese aparcamiento en superficie, con esa forma; incluso el bordillo que llega a detallar, detalles difíciles de encontrar todos juntos. El único edificio que lo cumple es ese, en del Santa Virgilia, arquitectónicamente hablando. Completamente que encuadrara todo no encontramos otra", ha añadido la policía.

La víctima china "no llegó a hablar nunca"

La funcionaria también ha comentado que trató el caso de la testigo protegida número 4 pero que la niña, de origen chino, "no llegó a hablar nunca" durante ese periodo posterior a la violación. "Ella miraba de reojo. En el hospital se nos indicó que tenía un comportamiento de rechazo hacia componentes masculinos", ha apuntado.

Por otro lado, ha contado ante la jueza y los letrados de la Sala que también trabajó en la supuesta tentativa de secuestro de una niña japonesa en la calle Torrelaguna. La menor opuso resistencia y se zafó lo que se cree que provocó que Ortiz, frustrado, secuestrase a una niña española de 9 años en una calle muy próxima.

"Yo hablé con la menor. Contó que un hombre entró la portal, pensaba que era un vecino, y le llamó diciéndole que tenía unos vestidos que su madre tenía que pagar. La niña subió a su casa y se lo comentó al padre que, extrañado, bajó a la calle y ya no encontró a ese hombre. De la descripción del mismo, nos contó que tenía una verruga. Yo incidí en conocer si la niña sabía qué era una verruga y me dijo que sí porque también tenía una su madre. Y efectivamente era así", ha manifestado la policía.

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