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El gasto sin fiscalizar de las universidades crece hasta un 45%

El gasto sin fiscalizar de las universidades crece hasta un 45%

Las instituciones preservan la opacidad de datos bancarios, dietas, sueldos de altos cargos y servicios sin control presupuestario

BURGUERA

Domingo, 9 de octubre 2016, 21:13

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En virtud de la Ley de Transparencia vigente desde hace año y medio, cualquiera puede considerar posible armar un relato donde se explique, por ejemplo, cómo se está gastando el dinero que la Generalitat aporta a las universidades valencianas, financiadas en cerca de un 80% vía presupuestos autonómicos. Pues no. Esa historia tendrá que ser contada en otra ocasión. Abiertas y operativas las webs de Transparencia de las cinco universidades públicas es imposible elaborar una comparativa medianamente coherente. Las instituciones publican sus datos dónde, cómo y cuándo quieren, opacando la información que específicamente debería ofrecerse sobre sus equipos directivos y asuntos tan sensibles como dietas o gastos detallados sobre viajes o actividades imprevistas.

La Ley de Transparencia de la Comunitat entró en vigor en abril del año pasado. La normativa nacional está vigente desde 2014. Sin embargo, en aspectos determinantes, la Universitat de Valencia (UV), la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), la Universidad de Alicante (UA), la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y la Universidad Jaume I de Castellón (UJI), no se dan por aludidas. Apartados específicos que aparecen en la normativa y que atañen directamente a las universidades (así se refleja en el artículo 2 de una ley aprobada en Les Corts durante el tramo final del último Consell del PP, con los votos en contra del PSPV y la abstención de Compromís y EU) continúan al margen de la requerida difusión a la que también se obliga por ley, a través de las páginas web específicas para exhibir la transparencia de las distintas universidades. De las cinco instituciones académicas, dos de ellas (la UA y la UPV) ofrecen «los gastos de caja fija desagregados por centros directivos» (artículo 9), si bien sólo la Politécnica cumple con la actualización que también impone la normativa. De las otras tres, una de ellas, la UJI, ni siquiera recoge ese tipo de gastos, mientras que la UV y la UMH lo hacen sin desmenuzar, es decir, agrupados por facultades. Por todo esto, los gastos de caja fija de la Facultad de Bellas Artes los despacha la UMH en un asiento contable, mientras que en la UPV se desgrana en seis. No es de extrañar, por tanto, que la Politécnica detalle sus gastos sin fiscalizar a través de un listado de 365 apartados mientras que en Elche o la UV resuelva la difusión de sus cajas fijas con menos de un centenar.

Caja Fija es un concepto donde se engloban básicamente dietas, gastos de locomoción y otras indemnizaciones por razón del servicio, material no inventariable, comunicaciones, suministros y servicios, mantenimiento y reparación. Se trata, por tanto, de imprevistos y gastos sin control presupuestario previo, sin fiscalizar. Inevitables, seguramente, pero también contenibles, por estar las universidades (al igual que el resto del país) en tiempos de rigor presupuestario. O no. Es complejo analizar los datos, incluso los que aporta cada universidad sobre sí misma. Los más homogéneos resultan chocantes.

A lo largo del año pasado, las cinco universidades destinaron a sus cajas fijas cerca de diez millones de euros. Una cantidad aproximada, pues la UA no actualiza datos desde hace más de un año, por lo que es imposible ofrecer una cifra global exacta. En el caso de la UPV, a pesar de difundir cifras hasta la mitad del presente ejercicio, las correspondientes al año pasado no las desgrana (ni en meses, trimestres, ni semestres), de modo que no es posible conocer vía Transparencia, si durante la primera mitad del año pasado gastó más, lo mismo o menos que en el mismo periodo de este ejercicio. Lo que sí es un indicador de que la opacidad no mengua en la UPV es que el apartado 'Otros gastos diversos' (un término extremadamente ambiguo), que salpica todas las cuentas, tiene durante lo que va este año más peso relativo respecto a la caja fija (7,1%) del total del que registró durante 2015 (la Politécnica gastó 824.000 euros sin fiscalizar previamente, de los cuales 48.000 se asignaron a los difusos 'Otros gastos diversos', el 5,9%).

Por su parte, la UV, con sus cuentas de caja fija resumidas pero homogéneas gastó a lo largo de la primera mitad del año pasado casi 1,1 millones de euros, mientras que entre los pasados meses de enero y junio por ese concepto se liquidaron 1,6 millones de euros, un 46% más, de tal modo que, por ejemplo, la unidad de soporte a los institutos de Tarongers ha gastado ya más en la primera mitad de este año (207.000 euros) que durante todo 2015 (168.000), sin que se detalle en qué. Se aporta la cifra global y ni un dato más. De hecho, la información que la UV cuelga en su web de Transparencia sobre sus gastos extrapresupuestarios es la más sucinta de las cuatro instituciones que ofrecen esos datos, ya que despacha en una treintena de líneas y con cantidades globales lo que ocurre en sus facultades e institutos.

En el apartado de la caja fija de la UMH se extiende más que la UV (despliega cerca de 70 apartados distintos, el doble que la Universitat), y en lo referente a la evolución de sus gastos sin fiscalizar aumentan un 9%, ya que los pagos netos pasan de 2,1 millones en la primera mitad del año pasado a los 2,3 durante el mismo periodo del presente ejercicio. La institución ilicitana es la que más cargó en 2015 su caja fija. De enero a diciembre, la UMH incluyó en este polémico apartado (la oposición al Consell de Fabra convirtió estos gastos en un objetivo político de primer orden y en una prueba de la opacidad del Ejecutivo valenciano) facturas por un total de 5,4 millones de euros, cerca del doble que la UV y cinco veces más que la UPV o la UA.

En el plano político, PSPV, Compromís y EU recordaron durante la pasada legislatura que la nula información sobre la caja fija de la Generalitat era una prueba de su opacidad. De hecho, una de las banderas del actual Consell es la creación de la Conselleria de Transparencia, y uno de los asuntos más polémicos en cuanto a la gestión de anteriores ejecutivos valencianos son sus gastos en las cajas fijas de años pasados. ¿Y las universidades?

El PP reclamó a finales del año pasado las cuentas de las universidades valencianas. La caja fija de años anteriores. Las instituciones académicas aportan información (difusa, sin uniformizar y sin actualizar) relativa al año pasado y al actual ejercicio, pero ni rastro del pasado. Los populares, a través de Les Corts, se la reclamaron al Consell, que rechazó la petición. El conseller de Educación, Vicent Marzà, apeló a la independencia de las universidades para no ofrecer datos, en el caso de que los tenga o los haya reclamado, un supuesto que los populares consideran lógico teniendo en cuenta que las universidades dependen casi exclusivamente de fondos públicos que reciben por subvenciones. El PP presentó contencioso administrativo contra el blindaje que Marzà brinda a las universidades el pasado mes de marzo y la demanda se formalizó a finales de mayo. El TSJ debe fallar sobre este tema dentro de pocas semanas. «Queremos que se conozcan esos datos de las anteriores cajas fijas porque se trata de dinero público y lo normal sería tener datos y justificantes de todo eso», señalan fuentes populares, que reclaman el cumplimiento de una ley que por ahora nadie ha expresado ninguna voluntad de modificar y por la cual, además de las cajas fijas, las universidades deberían ofrecer otro tipo de datos que, de estar en sus webs, deben permanecer sepultados en rincones recónditos. Es el caso de los datos relacionados con las cuentas bancarias, que la normativa establece que se deben detallar y que si se hallan en algún lugar de las páginas de transparencia, será en los títulos de crédito. Otro ejemplo, la ley reclama que se difunda «el coste de las campañas de publicidad y de promoción institucional, desglosando los medios de comunicación empleados, el importe destinado a cada medio y el coste de los diferentes conceptos, al menos una vez al año». Un punto de la normativa que sólo cumple la UV. En lo que respecta a las «retribuciones íntegras anuales, incluidas las indemnizaciones con ocasión del cese o despido, o por residencia o análoga» de los «altos cargos y máximos responsables» de las universidades, las entidades publican tablas salariales, fragmentando conceptos. De sueldos con nombre y apellidos de sus rectores, ni uno.

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