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A. RALLO
Viernes, 16 de septiembre 2016, 00:18
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valencia. El papel de Rosa Pérez, la diputada de Esquerra Unida que denunció el caso ante la Fiscalía, ha sido determinante para el desenlace de todo este asunto. La diputada provincial se encuentra personada en diferentes piezas de la causa con la intención de ejercer la acusación. Sin embargo, su rol en toda esta sorprendente historia también alberga ciertos pasajes oscuros. Por ejemplo, su declaración como investigada ante la Guardia Civil por la contratación de determinadas personas en Imelsa. Todavía se ignora cuál será su situación ahora que se ha levantado el secreto de sumario.
Pero la entrega de las actuaciones a las partes ha permitido conocer que Pérez e Ignacio Blanco -hoy asesor de Mónica Oltra- mantuvieron un encuentro con Marcos Benavent después de que este hubiera comparecido ante los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO). De hecho, los expertos le preguntan precisamente por eso, para averiguar si había sido localizado o había recibido presiones de algún tipo.
El encuentro no fue precisamente breve, aunque sí «cordial». A lo largo de tres horas, en un tono informal, se dedican a intercambiar impresiones. Benavent aclara que no se centran en las cuestiones que ya por entonces investigaba bajo secreto el juzgado de Instrucción número 18 de Valencia salvo por un asunto: el contrato del call center. Resulta curioso el interés de los dos diputados de IU en este particular. Benavent admite que ha revelado todas las supuestas irregularidades de aquella adjudicación.
Marcos Benavent grabó durante años las conversaciones más comprometidas con cargos del PP y amigos, aquellas en las que se desgranaban las presuntas corruptelas en la administración autonómica y local. Una forma de cubrirse las espaldas, de protegerse ante una eventualidad como una denuncia.
Pero el exgerente de Imelsa no se fiaba de tener ese material tan delicado en su casa. Por eso se los guardaba su entonces suegro, Mariano López, en el chalé familiar. Fue este quien aportó esas conversaciones a la diputada de EU. Se trata, en realidad, del origen de toda esta investigación completada luego con las declaraciones de Benavent a la UCO.
El suegro de Benavent pensó durante meses que su colaboración con los denunciantes le evitaría responder por el supuesto amaño del call center. De ahí que la sorpresa entre su núcleo más cercano fuera monumental aquel mes de enero en el que fue detenido y pasó dos noches en el calabozo. A esta persona se le atribuye un papel clave con la firma que resultó adjudicataria del call center, Servimun. Al parecer, el presidente Rus ordenó favorecer a la mercantil.
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