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JUAN CARLOS FERRIOL
Sábado, 28 de mayo 2016, 23:17
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valencia. Ximo Puig eligió a José Luis Rodríguez Zapatero para la presentación de su última conferencia en Madrid, a principios del mes de abril. Unos días después, con motivo de la entrega de un galardón por la Ley de Memoria Histórica en Valencia, el expresidente del Gobierno y el líder del PSPV también se dejaron ver juntos. Hace sólo unas fechas, tras un acto del PSOE, ambos compartieron mesa y mantel en la capital. Los dos han celebrado varios encuentros de carácter privado a lo largo de los últimos meses en Valencia, Madrid y Morella, y conversan vía telefónica con frecuencia. La complicidad con el secretario general de los socialistas valencianos ha convertido al exlíder federal en uno de sus principales referentes, como en su día también lo fueron Odón Elorza o Pasqual Maragall. Ambos comparten visión de partido y juegan en el mismo lado del tablero en el que se disputa la batalla orgánica del socialismo español.
Un mal comienzo, que después se corrigió
La relación entre Ximo Puig y José Luis Rodríguez Zapatero no empezó bien. Cuando este último se presentó para liderar el PSOE, Puig y el resto del lermismo -con la excepción de Joan Lerma- apostaron a la fallida opción de Rosa Díez. La relación de Puig con Zapatero -al que responsabilizó de decisiones equivocadas como el Plan E o el decreto de recortes a los funcionarios de 2010- no se reconstruyó hasta que el exalcalde de Morella fue nombrado portavoz de Industria en el Congreso. El exministro Miguel Sebastián fue el encargado de ejercer de puente entre ambos para limar diferencias.
La reivindicación del Estatuto catalán
Ximo Puig es uno de los más señalados defensores de la visión federalista del Estado dentro del PSOE. El pasado 5 de octubre, con motivo de un desayuno informativo en Madrid, el presidente valenciano planteó recuperar el preámbulo del Estatut catalán el término «nación» que fue anulado por el Tribunal Constitucional. Las palabras del líder valenciano generaron un terremoto en Ferraz, pero fueron reconocidas y valoradas de inmediato por Zapatero, el líder socialista que se comprometió en 2003 a dar luz verde a la redacción del Estatuto que se aprobara en Cataluña, en los términos que allí se decidiera, y a quien se hace responsable del texto catalán de 2006.
Reconocimiento a la figura de Susana Díaz
En una de sus últimas visitas a Madrid, Puig y Zapatero participaron en un almuerzo junto a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y otros barones del partido críticos con Pedro Sánchez. El líder valenciano y el expresidente del Gobierno se han posicionado del lado de la baronesa en el pulso que mantiene con el secretario general del PSOE, y que tiene en el día después del 26J su objetivo inmediato. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno no olvida que Zapatero mantuvo una reunión con dirigentes de Podemos a principios de 2015, y de la que no le informó hasta poco después. Y el expresidente del Gobierno recuerda las críticas vertidas desde Ferraz cuando se justificó la derrota del 20D en la herencia recibida (y que dejó Zapatero).
Profundizar en la visibilidad del socialismo valenciano
Desde Blanquerías se insiste en que uno de los objetivos de Puig en el ámbito orgánico pasa por profundizar en la visibilidad del socialismo valenciano. La que fuera en su día poderosa segunda federación del PSOE ha atravesado una acentuada etapa de debilidad, consecuencia de dos décadas de hegemonía electoral del PP en la Comunitat. La recuperación de la Generalitat, aunque sea de la mano de un acuerdo con Compromís y Podemos, mejora la posición de los socialistas valencianos. Puig busca referenciarse como barón territorial, una denominación que hace referencia no tanto al hecho de presidir el gobierno autonómico, como al de disponer de la capacidad de influencia que concede el hecho de disponer del apoyo mayoritario de la federación. Y para lograrlo, el líder valenciano considera que ir acompañado de una figura de referencia nacional le allana el camino. El exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza, o el expresidente catalán, Pasqual Maragall, ya fueron en sus días esas figuras de referencia para Puig. Rodríguez Zapatero ocupa ahora ese espacio. Se trata de una figura de lustre, se recuerda en el PSPV.
Zapatero recupera su imagen en el seno del PSOE
En ausencia de afinidad futbolística -Zapatero es un reconocido seguidor del F.C. Barcelona y Ximo Puig nunca ha escondido sus simpatías por el Real Madrid- la vinculación entre ambos permite al expresidente del Gobierno recuperar su imagen en el partido. Para el PSOE, Zapatero pasó a la historia como el presidente socialista que dio un impulso definitivo al reconocimiento de importantes derechos sociales. Pero también, en su última etapa, por el duro ajuste económico que impuso en mayo de 2010 la Comisión Europea para recortar el déficit público y que derivó en una fuerte contestación social y en la posterior pérdida de las elecciones. En la Comunitat, Zapatero es el presidente del actual modelo de financiación autonómica, que hasta el PSPV reconoce que ha perjudicado a la Comunitat.
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