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El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez. :: efe
La Diputación de Valencia autoriza un contrato un mes más tarde de recibir la factura

La Diputación de Valencia autoriza un contrato un mes más tarde de recibir la factura

El diputado de Compromís Xavier Rius encargó una agenda por 13.400 euros a una imprenta de su pueblo sin presupuesto alternativo y con informes sin firmar

BURGUERA

Miércoles, 25 de mayo 2016, 21:30

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El Área de Cultura de la Diputación de Valencia invirtió 13.491 euros en 2.000 agendas del presente año. Repartió una parte de ellas a los trabajadores de la institución provincial el pasado mes de enero. Hasta ahí todo normal. O no. El pasado martes, el sindicato UGT emitió una hoja informativa en la que, entre otras cosas, señalaba sobre la agenda: «No estaría de más que alguien pidiera explicaciones sobre cuánto nos ha costado, cuanto le hemos pagado al ilustrador, diseñador y maquetador, al que ha escrito los textos, qué criterios se ha seguido para seleccionarlos y, muy importante, no aparece explicitada la imprenta en que se ha realizado, de dónde es y cuanto ha cobrado esa empresa». El sindicato, obviamente, no daba puntada sin hilo. El expediente correspondiente a la agenda encargada por el área de Cultura de la Diputación da cuenta de un extraño procedimiento, una tramitación irregular y una evidente falta de datos. El presidente de la institución, Jorge Rodríguez, firmó a finales de febrero un decreto por el cual aprobó editar la agenda. Igualmente, el presidente lo encargó a una empresa, Gráficas Vimar, sin que conste ningún otro presupuesto alternativo, autorizó el gasto y, sorprendentemente, reconoció que todas esas resoluciones no servían para nada. ¿Por qué? El motivo es que la adjudicataria había presentado la factura un mes antes de que Rodríguez rubricase la autorización del contrato.

El responsable del Área de Cultura, Xavier Rius, de Compromís, ya demostró su incomodidad por esa nota informativa de UGT durante el último pleno de la Diputación. Rius retó al sindicato a que, si consideraba que él había cometido un delito, que lo denunciase ante los tribunales. «Nosotros, a diferencia de lo que se hacía antes, desde que comenzamos pedimos para las contrataciones varios presupuestos y se lo adjudicamos a la oferta más económica», señaló Rius, concejal en el Ayuntamiento de Picanya desde el año 2011, precisamente, la misma localidad donde tiene su sede la empresa que imprime la agenda, Gràfiques Vimar.

El expediente de la adjudicación incluye un informe en el que se propone la contratación por 11.150 euros (13.490 euros con IVA) de la empresa del pueblo de Rius. A pesar de sus afirmaciones durante el último pleno de la Diputación, el informe no contiene más oferta que la de la imprenta de Picanya. Se solicita, de este modo, la contratación por parte de Amparo Ferrando, la jefa de gabinete, si bien ella no firma el documento donde se asegura que la recomendación se basa en que la empresa cumple «los requisitos técnicos». Sin embargo, Ferrando, exconcejal del Ayuntamiento de Valencia bajo las siglas de EU, sí rubrica la factura que Vimar presenta dos días después, lógicamente, una vez entregadas las agendas que, ateniéndose a las fechas que aparecen en los dos documentos, el de la propuesta de contrato (sin firmar) y la factura (firmada), supone que Vimar imprimió 2.000 agendas en menos de 48 horas. De esta manera, el Área de Cultura decidió hacer la agenda, eligió al adjudicatario del trabajo, recepcionó la factura y distribuyó los ejemplares. Un mes después, Rodríguez firmó el decreto que resolvía hacer lo que ya se había hecho.

Todo lo que rodea a esta agenda parece tocado por la falta de oportunidad. Xavier Rius reconoció a la portavoz del PP en la Diputación, Mari Carmen Contelles, que no pidió el consentimiento para incluir en las guardas de los 2.000 ejemplares los nombres en la agenda de las más de 200 personas que trabajan en Cultura para la Diputación de Valencia. El diputado incorporó el nombre y los dos apellidos de cada uno de los miembros de la plantilla, lo que ha provocado que UGT denuncie «el uso inadecuado de datos de carácter personal. Muchas trabajadoras y trabajadores nos han hecho llegar su indignación por la utilización inapropiada de sus datos como un elemento meramente decorativo. Consideramos que se ha producido una evidente infracción de la Ley Orgánica de Protección de Datos», y considera que esta práctica «no solo incumple la ley sino que se aleja del sentido común», una actuación irregular que afecta a todo lo relacionado con la agenda.

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