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Fuset y el intervencionismo fallero

Ximo Puig ha renunciado a su función de presidente de la Generalitat y se ha autoasignado el papel de ser un conseller más

Julián Quirós

Sábado, 28 de noviembre 2015, 23:52

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Ximo Puig es claro el presidente de la Generalitat Valenciana, pero ni de lejos preside a todo el Consell ni lidera el conjunto de las políticas articuladas, supuestamente, bajo su cargo desde la maquinaria del Palau. El Molt Honorable apenas proporciona noticias, ni en primera persona, ni por acción de las decisiones presidenciales. Mientras sus socios de gobierno y parlamento en la práctica más rivales que otra cosa copan la agenda política, incendian los titulares y calientan el ánimo de la opinión pública. Normal, en función de los resultados electorales de mayo y del reparto de poder posterior entre las distintas fuerzas del tripartito. Normal, pero llamativo que Puig haya aceptado con tanta resignación y buena cara su radical debilidad de partida, hasta el punto de que ni siquiera pelee por combatirla, o por mejorar su posición respecto a los otros.

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