El Consell regulariza a cerca de 150 profesores liberados con plaza de asesor en Educación

Desde hace décadas, en la Conselleria de Educación trabajan piratas. Así se les denomina en el departamento por su situación, que el Consell pretende regularizar y que dará pie a asentar legalmente la situación de cerca de 150 profesores liberados de su actividad docente en centros de enseñanza con el fin de trabajar como asesores en la conselleria. Sin embargo, fuentes del propio Ejecutivo no ven con buenos ojos la medida por considerarla un modo de abrir la puerta a la colocación a dedo del profesorado más afín al conseller de turno. Fuentes vinculadas a Educación confirman que no existen criterios claros y homologados para que desde el departamento de Vicent Marzá se libere a un profesor de su actividad docente para ubicarlo como asesor.

De este modo, su plaza en los colegios o institutos la suple un interino. Si bien la intención del Ejecutivo puede ser inicialmente buena, regularizar una situación que se prorroga durante décadas, la consecuencia es que se normaliza un modo de trabajar que desestabiliza las plantillas docentes y que permite incorporar a la conselleria personal sin un límite de plazas ni una computación de méritos.

El pleno del Consell aprobó el viernes 31 de julio un decreto que regula el trabajo de los docentes como asesores y coordinadores-asesores en Educación. La vicepresidenta de la Generalitat y portavoz del Ejecutivo, Mònica Oltra, consideró que se trata de una figura "necesaria" pero de la que hasta ahora se había hecho "uso y abuso". En este sentido, en la nueva normativa tampoco se marca un límite a la cantidad de trabajadores que pueden incorporarse en este régimen, lo que genera suspicacias entre los socialistas, socios de Compromís (coalición a la que pertenece Marzá) al frente del Gobierno valenciano.

El Consell, con el decreto, pretende "poner de relevancia la importancia que se concede a la función de asesoramiento docente del profesorado en la administración educativa en el proceso de adecuación del sistema educativo a la nuevas demandas de aprendizaje", según explicó Oltra en referencia al trabajo de los piratas, que ciertamente suplen una carencia que desde la Conselleria nunca se ha querido paliar de una manera más estable.

El ámbito de aplicación del decreto se extiende al personal docente funcionario de carrera de cuerpos no universitarios que ocupen puestos de trabajo de asesor o coordinador-asesor en la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte. El asesor técnico-docente prestará asesoramiento y apoyo técnico en materias específicamente docentes que no puedan ser impartidas por el personal de la Administración de la Generalitat Valenciana, mientras que los coordinadores-asesores técnico-docentes dirigen, supervisan, coordinan y colaboran con los asesores. "Desde los tiempos de Lerma ya se recurría a estos piratas porque no se han creado plazas específicas fijas en la conselleria", admitieron fuentes vinculadas a la cartera autonómica de Marzá, que admiten que nunca se ha establecido un criterio que permita optar a esos puestos de manera objetiva.

El personal que ocupe estos puestos continuará en situación de servicio activo en su cuerpo de origen. Los puestos serán proveídos por el sistema de libre designación, con reserva de plaza si esta tuviese carácter definitivo, y en la convocatoria se tendrán en cuenta una serie de méritos relacionados con la formación, experiencia y actividades científicas o de investigación. También podrán ejercerse en comisión de servicios o en adscripción provisional, según si el docente tiene destino definitivo o no. Esa tradcional "libre designación" es lo que preocupa, y más teniendo en cuenta la cercanía del actual conseller, maestro de primaria, al STEPV, actualmente el sindicato mayoritario entre los profesores.

El nuevo Consell se atribuye, de esta manera, la regulación de una situación que había mantenido en el limbo laboral a cientos de docentes, de ahí su denominación de piratas por parte de muchos trabajadores de una conselleria de enormes dimensiones. La especificidad del trabajo de los asesores permitía, además, que los diferentes responsables de Educación, confiasen libremente en unos profesores u otros. Igualmente, se defiende que no se produce un sobrecoste por la incorporación de asesores porque se trata de un apoyo que los funcionarios deberían de recibir igualmente debido a su desconocimiento de algunas materias que se trabajan en el seno de la conselleria.