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María Dolores de Cospedal, acompañada por Alberto Fabra, Rita Barberá e Isabel Bonig, a su llegada a la reunión del Comité Ejecutivo Regional y Junta Directiva Regional del PP de la Comunitat. EFE
Cospedal bendice a Bonig como jefa del PPCV

Cospedal bendice a Bonig como jefa del PPCV

La exconsellera asumirá la presidencia del partido y la portavocía en Les Corts, prevé nombrar un número dos e introducir cambios en la dirección de la formación y del grupo parlamentario

J. C. F.

Lunes, 27 de julio 2015, 23:56

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La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, bendice hoy con su presencia el relevo en la cúpula de los populares de la Comunitat. La número dos del partido presidirá la reunión en sesión conjunta de la junta directiva y el comité ejecutivo del PP valenciano en la que se llevará a cabo el traspaso de poderes: Alberto Fabra abandonará la presidencia del partido e Isabel Bonig será nombrada como nueva líder de la formación -la primera mujer que asume este cargo en el PP valenciano-.

La presencia de Cospedal, confirmada ayer por el PPCV a través de la nota en que se hizo pública la convocatoria para hoy de la reunión de la dirección del partido, revela el nivel de implicación de la calle Génova en las decisiones adoptadas en las últimas semanas. La dirección nacional de los populares había tomado buena nota del descalabro electoral en la Comunitat -mucho antes, ya había dejado entrever sus dudas respecto a la conveniencia de que Alberto Fabra fuera el candidato a la presidencia de la Generalitat- con una pérdida de más de 550.000 votos.

Que Fabra anunciara su decisión de no optar a la reelección como presidente regional en 2016 se ajustaba a los deseos de Génova, pero su intención reconocida públicamente de tutelar su sucesión, unido al amago de compatibilizar el nuevo cargo de senador con el escaño en Les Corts, para finalmente asumir sólo su puesto en la Cámara Alta, junto con algunos de los privilegios del estatuto de expresidente, desembocaron en una ruptura definitiva con Madrid. Tras su designación como senador por Les Corts el pasado día 22, los acontecimientos se precipitaron.

Tras consultar con los barones del partido (la semana pasada mantuvo reuniones individuales con la coordinadora general, los tres presidentes provinciales y la exalcaldesa Rita Barberá) Madrid decidió activar de forma inmediata la salida del exjefe del Consell, al que el mismo viernes se le comunicó que debía abandonar el cargo. La lentitud y la inacción que en tantas ocasiones se ha atribuido a la calle Génova por parte de algunos cargos del PP valenciano ha dejado paso en esta ocasión a una sentencia que fulminó el liderazgo de Fabra sin que una sóla voz del PP de la Comunitat se levantara para sostener un criterio contrario.

Que Génova acuda a la reunión de hoy, y que además quien lo haga sea Dolores de Cospedal -a la que se ha visto este último fin de semana descansando en el Parador Nacional de Xàbia- resulta doblemente significativo. La secretaria general del PP apenas si se ha prodigado por la Comunitat Valenciana durante la pasada legislatura -algún acto aislado en Valencia y Elche, en apoyo de las entonces alcaldesas Rita Barberá y Mercedes Alonso- y poco más. Ausencias que la mayor parte de los cargos populares interpretaban como un evidente distanciamiento con Alberto Fabra, que pese a llegar a la presidencia del PPCV de la mano de Génova, no ha sabido mantener la complicidad con la dirección nacional. A Cospedal se le atribuyen muy buenas relaciones con Barberá y con el presidente de los populares alicantinos, José Císcar. Se trata, por cierto, de los dos apoyos más destacados con que ha contado Bonig para alzarse con el liderazgo del partido.

La reunión de hoy, convocada para las 18.00 horas, oficializará la salida de Fabra y la designación de Bonig -en teoría, el comité ejecutivo aprueba y la junta directiva ratifica-. La nueva presidente regional de los populares valencianos tiene previsto asumir también la portavocía de los populares en Les Corts, siguiendo de hecho el deseo de la dirección nacional de huir de cualquier planteamiento que pudiera ser entendido como que el PPCV opta por una bicefalia con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina.

Bonig asume todo el poder y llega con la intención de ejercerlo. De hecho, las fuentes del PP valenciano consultadas por este diario explicaron ayer que la nueva presidenta popular nombrará un secretario general -o coordinador, si tal y como ocurrió con ella no forma parte del comité ejecutivo-. La nueva presidenta evita seguir los pasos de Vicente Betoret, que asumió la presidencia provincial del PP de Valencia tras la salida de Alfonso Rus y que ha optado por no nombrar un secretario general.

Activar al PPCV

Aunque Bonig tendrá un congreso regional en 2016, la primera meta volante a la que tendrá que enfrentarse será la campaña de las próximas elecciones generales. Bonig ya ha trasladado a su entorno la necesidad de activar cuanto antes a una militancia, la del PP valenciano, desilusionada y desanimada desde mucho antes de las elecciones del 24 de mayo. Por eso necesita nombrar a un nuevo número dos -el cargo que ella ocupaba hasta la fecha- para que acometa esa labor de recuperar a la militancia del PPCV.

No será el único nombramiento. El entorno de la nueva presidenta del PP valenciano da por hecho que Bonig introducirá cambios, tanto en la dirección del PP valenciano como en la del grupo parlamentario popular de Les Corts. La hasta ahora coordinadora general se ha venido mostrando partidaria de que la estructura del partido contara con un número de personas reducido -no más allá de tres o cuatro-, que junto al máximo responsable de la organización sean los encargados de llevar el día a día del partido. Y con el grupo parlamentario ocurre otro tanto. El enorme consejo de dirección del grupo parlamentario -hasta 12 diputados de los 31 del PP ocupan responsabilidades- no parece la fórmula más operativa para que los populares de la Comunitat, obligados ahora a asumir las funciones de oposición, den respuesta a la acción del nuevo Consell. La marcha de Fabra y Barberá al Senado, abandonando su escaño en Les Corts, reducirá en dos puestos el tamaño de esa dirección en el grupo parlamentario.

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