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A. G. R.
Miércoles, 27 de mayo 2015, 00:10
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El calado de su profunda transformación interior ha transpirado hasta llegar a manifestarse en su atuendo. El exgerente de Imelsa se ha olvidado de sus camisas de botón desabrochado y de la americana al hombro que lucía -imagen de escala baja del PP- para enfundarse en un chaleco, pantalones bombacho y camiseta blanca.
Completó la 'performance' con un par de botas, más propias del invierno que de los 25 grados que se respiraban ayer Valencia. Los zapatos que lucía en otra época hoy no se ajustan a su nuevo look. Imposibles de conjugar ante la magnitud del cambio. El conjunto podría servir para regentar un puesto en un mercadillo de Ibiza o para regentar una librería de viejo. Seguramente no se trate de piezas asequibles para todos los bolsillos. Benavent siempre fue presumido. Y algunos para ir de hippy tiran de tarjeta.
A la vestimenta hay que sumar su barba 'hipsteriana' que encaja incluso con la de un anciano ilustrado. Para rematar el 'disfraz' se ha colocado tres pendientes -en la nariz y las dos orejas- y un tatuaje en el brazo, que parece falso. No faltan pulseritas y demás abalorios rescatados de cualquier baúl. Unas gafas de sol que quizá le harían gozo a Johnny Depp eran la guinda.
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