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El PP se hunde y la izquierda gana

El PP se hunde y la izquierda gana

El ascenso de Compromís en Les Corts y en el Ayuntamiento de Valencia refuerza las opciones de liderar ambas instituciones

JUAN CARLOS FERRIOL

Lunes, 25 de mayo 2015, 02:50

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Las dos décadas de mayorías absolutas disfrutadas por el PP en la Comunitat Valenciana saltaron ayer por los aires. La formación que preside Alberto Fabra sufrió ayer un batacazo sin paliativos, que no sólo puso punto y final a su condición de formación política hegemónica en esta autonomía, sino que además le impide en la mayoría de los casos llegar a acuerdos con Ciudadanos como para optar a formar mayorías.

El batacazo del PP valenciano es homogéneo. De disfrutar de mayoría absoluta en Les Corts, en las tres diputaciones, en las tres capitales de provincia y en la inmensa mayoría de los principales ayuntamientos de la Comunitat, pasa a ver reducido su peso específico de una forma significativa. En el ámbito autonómico, uno de cada dos votantes populares de hace cuatro años le dio ayer la espalda a su partido.

La hecatombe popular abre un horizonte crítico para Alberto Fabra. Los populares de la Comunitat no sólo pierden su condición de granero de voto popular, sino que además se quedan por debajo del porcentaje de apoyos recibido por el PP nacional. Sólo el hecho de que el desastre cosechado en el ámbito nacional por los populares es más que significativo puede permitir al líder regional poner el acento en que es todo el partido el que sale mal parado del 24-M.

El mal resultado del PP tiene su ejemplo más simbólico en la ciudad de Valencia. Tras 24 años como alcaldesa, la lista encabezada por Rita Barberá sufre un correctivo sin paliativos, que le deja sin opciones siquiera de buscar un acuerdo con Ciudadanos para tratar de mantener la alcaldía. Después de 24 años como alcaldesa, Barberá ve reducida a la mitad la cifra de concejales de hace cuatro años.

La caída de los populares de la Comunitat deja paso a un triunfo claro de la izquierda. PSPV, Compromís y Podemos lograron un resultado histórico, decantando para la izquierda a la gran mayoría de las principales instituciones. De las tres formaciones, el resultado más llamativo lo logra Compromís. La formación liderada por Mónica Oltra no sólo confirma la subida que le daban los últimos sondeos, sino que incluso logra unos resultados muy superiores. En la ciudad de Valencia, la candidatura encabezada por Joan Ribó logra un espectacular resultado, con nueve concejales, que le deja en las mejores condiciones para convertirse en el próximo alcalde de Valencia como formación más votada de las de la izquierda.

El éxito de Compromís, segunda fuerza política en el Ayuntamiento, también es apabullante en el ámbito autonómico. La lista encabezada por Mónica Oltra logra unos resultados históricos, incluso superiores a los que se anticipaban para la coalición antes de que irrumpiera Podemos en el mapa político español.

El crecimiento de la formación de Oltra sale beneficiado de la caída de EU, que no logra representación parlamentaria y que se queda también fuera de muchas de las principales instituciones. Pero también de la caída de los socialistas valencianos. Pese a mantenerse como segunda fuerza política y principal partido de la oposición, los resultados de la formación liderada por Ximo Puig son, en términos absolutos y en porcentaje, los peores de su historia.

¿Qué escenario supone esa circunstancia? La escasa diferencia obtenida entre el PSPV y Compromís podría incluso dejar abierto un interrogante de futuro respecto a cuál de los dos líderes, Ximo Puig o Mónica Oltra, podría tratar de erigirse en el que liderara la búsqueda de un acuerdo con el resto de formaciones de cara al debate de investidura. Los socialistas apelaron desde primera hora de la noche a su condición de fuerza política más votada para reivindicar ese papel de líder de la oposición política. Pero lo cierto es que mientras Blanquerías ve caer su número de escaños y de votos respecto a los comicios de hace cuatro años, la formación de Oltra multiplica por tres los resultados de 2011. Podemos, que irrumpe con fuerza en el Parlamento, puede ejercer de juez en esa decisión.

En todo caso, el éxito de Compromís convierte a esta formación en la gran clave del próximo gobierno, al disponer de un nivel de representación muy próximo al del primer partido de la oposición.

El mal resultado de los socialistas valencianos -sólo compensado por el hecho de que la suma de las formaciones de izquierda es mayoritaria- es peor si cabe en la ciudad de Valencia. La formación liderada por Joan Calabuig ve empeorados los resultados -ya de por sí malos- de hace cuatro años, convirtiendo al PSPV en cuarta fuerza política, por detrás del PP, Compromís y Ciudadanos.

La formación de Carolina Punset, por su parte, logra un gran resultado. De hecho, muchos de sus principales dirigentes -entre ellos la propia Carolina Punset- ya habían advertido de que el escenario ideal para esa formación pasaba por no sumar con el PP los cincuenta escaños que marca la mayoría absoluta. El batacazo cosechado por los populares impidió ayer cualquier posibilidad de realizar esa operación aritmética.

El cambio en la provincia de Valencia es radical. El área metropolitana recupera su vieja condición de cinturón rojo, perdida en parte con la subida del PP en 1995 y definitivamente arrasada con las de 2007, cuando cayeron del lado popular municipios tan emblemáticos como Paterna y Torrent. Con los resultados de anoche, el gran triunfador es también la política de pactos. Sin mayorías absolutas en la mayor parte de instituciones, los acuerdos entre el PSPV, Compromís y Podemos serán imprescindibles para lograr mayorías de gobierno.

¿Y las diputaciones? Los resultados cosechados en las elecciones municipales dejan entrever un cambio también en las tres instituciones provinciales. En la de Valencia, únicamente el mal resultado en la capital podría alejar al PSPV de la presidencia de la corporación, tras obtener grandes resultados en toda la provincia. Las de Alicante y Castellón, están en el aire, aunque las fuentes consultadas por este diario daban por hecho que los populares sólo podrían mantener la de Castellón.

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