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«Tengo una buena sintonía personal con Antonio Montiel y estoy segura de que eso va a seguir después de las elecciones»

«Tengo una buena sintonía personal con Antonio Montiel y estoy segura de que eso va a seguir después de las elecciones»

La candidata de Compromís a la Generalitat ofrece en campaña los pétreos planteamientos que ha defendido frente al PP durante ocho años en Les Corts

Francisco Ricós

Sábado, 16 de mayo 2015, 21:02

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La dureza de la parlamentaria se quedó en el escaño. Mònica Oltra muestra en campaña su lado dulce y coqueta pero con los pétreos planteamientos que ha defendido frente al PP durante ocho años en Les Corts.

¿Dónde está la Mònica Oltra de las camisetas ?

Aquí, con un vestido.

¿Y las camisetas?

En una caja, a la espera de que hagan falta.

La encuesta del CIS les deja a ustedes prácticamente igual que en 2011, con un 8,1% de votos y 7-8 escaños, siete décimas más de hace cuatro años y entre uno y dos diputados más, mientras que a Podemos, que viene de la nada, le da directamente un 16,5% y 19 escaños. ¿Qué cara se le queda?

La cara, la que tengo siempre. La gente se piensa más el voto que la contestación en una encuesta. Es obvio, porque la misma encuesta que en 2011 nos daba menos de un 2% y luego fuimos la fuerza política sorpresa, ahora dice esto. Hay que tomarlo como una tendencia que dice que estamos subiendo. No pierdo demasiado tiempo en las encuestas. Prefiero trabajar y estar en sintonía con los ciudadanos.

¿Cree que puede haber una bolsa de voto oculto del PP o PSOE?

Sí. Pero no sólo bolsa de votos, ves los carteles y esconden las siglas. Si yo fuera una persona honrada del PP que se presenta en una lista municipal, me sentiría avergonzada por los dirigentes.

Usted aspira a echar al PP de la Generalitat. ¿Es correcto el uso de ese verbo?

No. A mí no me gusta echar a nadie. Son los ciudadanos los que dan la fuerza a los partidos políticos. Lo que sí que quiero es que se instale la decencia en las instituciones y hacer una política muy diferente. No sólo hemos de desterrar la corrupción, que los culpables devuelvan hasta el último céntimo, también hay que hacer políticas para hacer a los ciudadanos la vida más fácil y hacer más feliz a la gente.

¿Vale todo para relevar a los populares?

No vale contar mil, dos mil, tres mil, cuatro mil... Eso no vale y además es ilegal. Y no vale porque al final lo que hay detrás es una concepción de la política para mantenerse en el poder. Tampoco vale todo del otro lado. Nosotros siempre hemos hecho una política y una denuncia rigurosa.

¿Tan equivocados han estado los cientos de miles de valencianos que desde hace dos décadas han estado ofreciendo su voto mayoritario al PP?

Estoy convencida de que nadie votó al PP para que nos mintiera y nos robara. El PP supo hacer una cosa muy bien, que era vender la moto de unas políticas en las que atábamos los perros con longanizas y todos íbamos en Ferrari. Y luego hemos descubierto que no, que en Ferrari iban cuatro y muchos se han quedado por el camino en situación de desempleo, de pobreza, de recortes en los servicios públicos...

Pero eso es fruto de una crisis económica mundial.

Obviamente. La crisis viene rebotada de una crisis global, eso es verdad. Pero es verdad que las políticas de los partidos populares de todo el mundo la provocaron. El germen en nuestro país es el cambio de la Ley del Suelo que hizo Rodrigo Rato, que hasta hace poco le daban Honoris Causa y ahora hemos sabido que es un horroris causa.

¿Por qué no reconocen el éxito que está teniendo Fabra en la lucha contra el paro?

Es que no creo que esté teniendo ningún éxito. La última EPA dice que hemos subido, estamos por encima de la media nacional y el trabajo que se crea es absolutamente precario. Se crean trabajos de una semana y eso es un aguinaldo, no un trabajo. No me vale que me diga que ha bajado el paro registrado. ¿Y todos los que se han ido del país? ¿Esos no cuentan? Claro, no están registrados.

¿Y el esfuerzo de Fabra en la lucha contra la corrupción?

A Fabra le reconozco todos los esfuerzos que él quiera, pero no la luchado contra la corrupción. Él no ha tenido líneas rojas. Ha tratado la corrupción dentro del partido en función de sus apoyos internos. No ha habido ni un solo caso de corrupción que se haya denunciado desde dentro del PP. Le hubiera reconocido eso a Fabra si una de las denuncias de corrupción hubiera salido de él. Uno no puede estar al lado de una persona y no darse cuenta de que cobra comisiones ilegales, que tiene un tren de vida que no se corresponde con el salario público que no da para lujos y excesos. Él sabe quiénes son, y sabe que hay más. Si él en estos días denuncia a uno de sus compañeros corruptos, se lo reconoceré.

¿Se ve como presidenta de la Generalitat pese al estancamiento de Compromís en las encuestas?

Me veo de presidenta, si la gente vota a Compromís.

¿Eso significa que aspirará a la presidencia sólo si es la fuerza más votada de la izquierda?

Subjetivamente me veo preparada, con ganas, con capacidad de diálogo, de consenso, de unir a unas fuerzas políticas que son diferentes. También me tienen que ver los ciudadanos. No creo que sea cuestión sólo de cantidad de votos, va más allá, pero sí que va a depender del resultado electoral, si Compromís es una fuerza que sube, se valora el trabajo que hemos hecho o los liderazgos que hemos ejercido. Me veo porque he mirado a la gente a la cara. No he estudiado los casos en un papel, he hablado con la gente y se me ha puesto a llorar en el despacho, hemos hecho propuestas que han venido de la desesperación de la gente, me han abrazado, conozco sus nombres, para mí no son números. Por ellos quiero ser presidenta.

¿En el plan de acción que pueda tener en la cabeza para el 25 de mayo, cuenta con Ciudadanos?

En principio cuento con todo el mundo, menos con el PP, que necesita un cordón sanitario. La democracia necesita que se regenere, que limpie su casa y que tenga tiempo, espacio y oxígeno para el reto más grande que le espera a Fabra en los próximos años: situar al PP en la decencia política. Ese reto Fabra lo tiene fuera del poder. Con el resto de fuerzas políticas hay que dialogar. No necesariamente formar gobierno con todas pero sí buscar alianzas.

¿Han iniciado ya ese diálogo?

Más que el diálogo, han empezado los gestos porque en la medida que la campaña nos permite vernos, acudir a debates, a foros, tienes ocasión de relacionarte y eso siempre genera complicidades. Estoy en una edad y en una etapa de mi vida en la que busco más lo que nos une que lo que nos separa. Creo que eso es lo que debemos buscar en política, creo que eso es lo que está buscando la gente: que dialoguemos. Yo quiero pasar de la mayoría absoluta al diálogo absoluto.

¿Qué tiene usted que ver políticamente con Ximo Puig?

Si nos pusiéramos a hablar de temas profundos, de macroeconomía y de la troika, no coincidiríamos porque ellos han aceptado los parámetros del dogma neoliberal, que nosotros no. Pero si hablamos de la gestión pública de la sanidad, sí que nos pondríamos de acuerdo.

¿Y con Antonio Montiel?

Pues incluso más. He tenido ocasión de trabajar con él en temas concretos, que eso siempre te da una perspectiva muy buena. En temas de lhorta, cómo revitalizar la agricultura, de que la gente joven se pueda incorporar al campo... Tengo buena sintonía personal con él y estoy convencida de que eso va a seguir después.

Por cierto ¿Pablo Iglesias la tentó para ir a Podemos hace unos meses, cuando los socios de Compromís no se ponían de acuerdo en el reglamento de las primarias?

Pablo Iglesias nunca me tentó ni política ni personalmente. Fue muy respetuoso. Coincidimos en un debate celebrado en una televisión nacional y hablamos de las injusticias del mundo, de sueños y horizontes. Él sabía que mi compromiso estaba en Compromís.

En Compromís necesitaron mucho diálogo para que el partido mayoritario, el Bloc, cediera su hegemonía y no copra las listas autonómicas. ¿Esa es la estrategia que piensa emplear para dejar fuera de la presidencia de la Generalitat a Ximo Puig?

No. Es la estrategia que quiero emplear para que el gobierno plural de la Generalitat no sea un trigobierno o un cuatrigobierno sino que sea un gobierno fuerte pero plural.

¿De verdad cree que en un gobierno tripartito o cuatripartito los socios no estén mirándose de reojo todo el día?

Creo que sí. A lo mejor alguien puede pensar que soy demasiado roussoniana o ingenua. En una familia, entre hermanos también se discute. Debatamos, y una vez tomada una decisión, nadie se mira de reojo y nos guardamos las espaldas unos a otros porque hay que sacar adelante una tierra que vale la pena.

¿Por cierto, si no entra usted en el Gobierno será la portavoz de Compromís en Les Corts o seguirá en ese papel Enric Morera?

No lo hemos hablado. Realmente estamos en un proceso hacia el Gobierno. Igual la gente no se lo cree, pero no hemos hablado de eso.

Usted incide en acabar con la enseñanza concertada. ¿Por qué están en contra de la libertad de los padres en la elección del centro escolar donde estudien sus hijos?

No es exactamente eso. El eje vertebrador del sistema educativo debe de ser la escuela pública que es la escuela que iguala, equilibra las diferencias sociales de origen de la familia. Al final las estadísticas son muy claras: los niños que vienen de casas donde se ha estudiado y donde se tiene un nivel económico mejor tienen más posibilidades de éxito que los que provienen de una casa con bajo nivel de estudio y económico. Creo en una escuela donde nadie se queda por el camino. El ministro Wert y la consellera Català creen en una escuela donde se hacen filtros para que sólo lleguen los cuatro mejores.

¿Y en la escuela concertada no se quedan alumnos por el camino?

Sí.

¿Entonces?

Porque más de un tercio de las concertadas cobran por conceptos por los que no deberían y mucha gente no puede pagar. Cobran por módulos psicológicos, por uniforme, piden libros más caros, cobran por las extraescolares del patio, cobran más caro el comedor. No todo el mundo puede pagar y no es legal. Supuestamente una escuela privada concertada no debería cobrar y cualquier niño debería poder ir.

Pues con aplicar la ley, basta.

Bueno. Es que nosotros no hemos dicho que no la vamos a aplicar. En cualquier caso decimos que en la medida de que haya oferta pública no serán necesarios los conciertos. Si tengo colegios públicos suficientes no necesito pagar a colegios privados. Pero no van a acabarse los conciertos en cuatro u ocho años.

¿Entonces, dónde está la libertad de los padres para llevar a sus hijos a un colegio religioso?

¿Quién se lo va a impedir?

Pero ustedes quieren que esa opción sea pagando, que esos centros no tengan concierto.

No me ha preguntado por el dinero sino por la libertad.

Si por motivos económicos no se puede elegir no hay libertad.

Son cosas distintas. La libertad de llevar a los hijos al colegio que prefieran seré la primera en defenderlo. Pero libertad no es gratuidad. En este momento se cierran colegios públicos para pagar privados y eso, además, es ineficiente. Aspiro a un modelo de excelencia, el de Finlandia, que es público.

El rescate sup

¿Y en la sanidad, van a rescatar los conciertos?

El rescate supone una millonada que no vamos a tener y no estoy dispuesta a darle la fiesta a la empresa privada. Defiendo a ultranza lo público pero no soy idiota. Los conciertos, a medida que se acaben, haremos transiciones para pasar a la gestión pública. Pero también veremos si las empresas están cumpliendo con las concesiones.

¿Si usted fuera presidenta se compromete a eliminar los cargos de confianza?

Me comprometo a que el Gobierno funcione con funcionarios. Ese personal de confianza que se cuenta por centenares, si soy presidenta de la Generalitat eso no sucederá. Limitaría a dos los cargos de libre designación por cada conseller y la presidencia.

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