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Maria José Catalá (izquierda) e Isabel Bonig (derecha).
Catalá eclipsa a Bonig

Catalá eclipsa a Bonig

La portavoz asume de facto la dirección de compaña y hace visible la pérdida de apoyos en el Palau de la coordinadora

J. C. Ferriol

Martes, 28 de abril 2015, 21:45

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Septiembre del año pasado. Cena de inicio de curso político del PP valenciano en Alquerías. El todavía aspirante a candidato popular a la presidencia de la Generalitat toma la palabra para insistir en su deseo de convertirse en cartel electoral de su partido. No sólo eso. Alberto Fabra anuncia que la coordinadora general del partido, Isabel Bonig, será también su directora de campaña. El anuncio no pasa inadvertido. Bonig es entonces la persona más cercana al líder de los populares valencianos.

Siete meses después, el tablero político en el PP valenciano guarda poca o ninguna relación con aquella realidad. Isabel Bonig sigue siendo la coordinadora general de los populares de la Comunitat. Y sigue dirigiendo la campaña, al menos en teoría. En la práctica, la consellera de Infraestructuras ha perdido buena parte de su capacidad de influencia sobre el presidente del Consell. Su puesto como referencia política más cercana a Fabra lo ocupa, con poco o ningún espacio para la duda, la titular de Educación y portavoz del Consell, María José Català.

¿Cómo se ha producido ese cambio de funciones? ¿Qué ha ocurrido para que Català haya asumido de facto algunas de las funciones que en teoría corresponderían a la responsable de campaña? La respuesta a estas preguntas arranca probablemente del debate sobre el candidato popular a la Generalitat. La identificación de Bonig como el relevo de Fabra preferido por Rita Barberá y los barones provinciales del partido encendió las alarmas en el Palau. La desconfianza hacia la número dos del partido creció en los círculos más cercanos a Fabra. Y terminó de hacerse visible con la designación de miembros del comité electoral -cuando el líder popular ninguneó los nombres de Bonig y presentó su propia propuesta-. Cargos populares aseguran que la coordinadora general barajó muy seriamente aquel día presentar su renuncia al cargo.

La pérdida de influencia de Bonig ha ido en paralelo con el aumento de protagonismo de Català. La consellera viene aprovechando su condición de portavoz del Consell, no sólo para reforzar su visibilidad -las encuestas ya la dan como una de las conselleras más conocidas-, sino también para convertirse en determinante en muchas de las decisiones políticas que se adoptan en el Palau. El partido sigue siendo una pieza determinante, pero las decisiones trascendentes se adoptan en la plaza de Manises. Y Català dispone, ahora mismo, de un protagonismo innegable a la hora de influir en la toma de decisiones del presidente del Consell. Paradójicamente, la titular de Educación también pasó una fase de escrutinio escéptico desde el entorno de Fabra, lo que incluso propició su desaparición en algunas fotos del Consell.

Sin embargo, la visibilidad de Català como portavoz del Gobierno valenciano le ha llevado incluso a asumir roles que encajarían más en las atribuciones de Bonig que en las de la cara visible del Ejecutivo. En la calle Quart se censura al equipo de la titular de Educación por haberse pronunciado, aunque fuera en privado, en relación con el acto central de campaña de los populares en la plaza de toros. A la portavoz se le reprocha también una voluntad de protagonismo que algunos compañeros de partido juzgan excesiva.

Otras fuentes, en cambio, remarcan el carácter de una campaña electoral, la del 24-M, en la que la estrategia de los populares valencianos no puede limitarse únicamente al discurso para movilizar al electorado del PP "más de derechas", que es en el caladero donde algunos populares identifican que Bonig dispone de mayor tirón. "El peligro ahora es Ciudadanos", se admite, como queriendo sostener que esa circunstancia obliga a una estrategia distinta, y a otro perfil como punta de lanza.

¿Y el 25 de mayo? El día después de las elecciones es para la inmensa mayoría de responsables políticos la jornada clave para el horizonte político más inmediato en la Comunitat. María José Català e Isabel Bonig también tienen en cuenta esa fecha. El resultado electoral puede abrir un horizonte que aboque al PP valenciano a cambios de envergadura e incluso a relevo de liderazgos. Català es ahora el referente político más cercano a Fabra, «pero que sea leal no significa en ningún caso que se vaya a enterrar con él» -en palabras de un agudo observador-. Bonig, más desplazada del centro de decisiones en el Palau, conserva sin embargo el hilo directo con las direcciones provinciales. Y también con la calle Génova. Y no son los únicos nombres en el tapete.

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