Barberá pierde 8 ediles mientras la izquierda sólo podría gobernar con un cuatripartito

A falta de dos meses exactos para las próximas elecciones municipales, Rita Barberá no tiene garantizada su continuidad como alcaldesa de Valencia. Tras veinticuatro años de gobierno municipal y cinco mayorías absolutas consecutivas, la alcaldesa de España, como la volvió a bautizar de nuevo Mariano Rajoy el pasado sábado, se enfrenta al más difícil todavía. Un eventual acuerdo de hasta cuatro formaciones políticas de izquierda podría apartarla de la vara de mando municipal.

Barberá lleva dos décadas siendo considerada como el principal argumento electoral del PP valenciano. A ella se le ha atribuido el máximo protagonismo no sólo en los triunfos de su partido en la ciudad de Valencia, sino también a la hora de ejercer de locomotora para que los populares hayan encadenado mayorías absolutas desde 1999 en el Parlamento valenciano.

Pero la situación ha cambiado. El sondeo de Sigma Dos para LAS PROVINCIAS constata que Barberá es víctima también del desgaste que sufre todo el PP. El batacazo de los populares en el cap i casal -más de 22 puntos en porcentaje de voto y entre 8 y 9 concejales- es incluso superior a la caída del PP en el ámbito de la Comunitat Valenciana (18,8 puntos).

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