El PSPV se ocupa de la peluquería del presidente

¿Quién paga la peluquería de Alberto Fabra? ¿Y los gastos de limpieza de la vivienda que utiliza el presidente de la Generalitat? ¿Se han abonado entradas a acontecimientos deportivos con cargo a la administración autonómica? ¿Y coches? ¿Se han alquilado coches? El portavoz del PSPV Rafael Rubio dejó en al aire ayer estas preguntas relacionadas con los gastos de la caja fija de la Generalitat, una cuenta en la que se disponen de fondos de carácter extrapresupuestario y permanente para la atención inmediata de pagos que reúnan una serie de requisitos. El diputado socialista arrinconó al vicepresidente del Consell, José Císcar, dejando entrever que la administración autonómica había corrido con una serie de gastos que en ningún caso tendrían cabida o justificación entre lo que encuentran cobertura en esa caja fija. «Llevan tiempo sin querer facilitarnos información sobre los gastos de esa caja fija. Ya sabemos que de ella se ha pagado membrillo, chocolate y actimel. Pero ahora queremos que aclare estas preguntas», le instó el diputado del PSPV.

Císcar no entró en detalles. Lo que hizo fue constatar que lo que se carga a esa caja fija son siempre gastos «que tienen que ver con el desarrollo de las actividades propias del cargo, limpieza, actividades deportivas o lo que quiera plantear».

Rubio, uno de los parlamentarios más habilidosos del PSPV, aprovechó las palabras de Císcar para interpretarlas como un sí. «Entiendo que me está contestando que sí a que los gastos de limpieza de la vivienda del presidente se abonan desde la caja fija, y lo mismo con la peluquería, las entradas al fútbol y el alquiler de vehículos», proclamó Rubio tras recordar que el presupuesto de esa cuenta asciende a 4,4 millones de euros.

Císcar volvió a tomar la palabra para proclamar la misma idea, pero en negativo: «No se paga (desde la caja fija) lo que no tenga que ver con actividades propias del desempeño de un cargo público». El comentario del vicepresidente dejó entrever que los gastos mencionados por el diputado socialista no se habían abonado desde las arcas públicas, pero algunos diputados concluyeron que lo que en ningún caso había hecho el vicepresidente era negar de forma tajante que esos gastos sí se hubieran cargado a las arcas autonómicas.

Consciente de que sus palabras aún podrían dejar lugar a la duda, el vicepresidente aprovechó minutos después otra comparecencia en Corts, como titular de Agricultura, para proclamar respecto al uso de fondos públicos que de ningún presupuesto autonómico se habían pagado gastos de peluquería, ni de limpieza de vivienda alguna.