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Logroño, una ciudad con mucho sabor

Logroño, una ciudad con mucho sabor

La huerta de la ribera del Ebro y la ganadería de la sierra de Cameros, son los dos ingredientes esenciales de su gastronomía

Guía Repsol

Jueves, 18 de diciembre 2014, 11:05

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Cuando nos sentamos a comer en cualquier restaurante logroñés, tenemos claro lo que vamos a tomar para beber: un buen vino de Rioja. Pero, ¿qué podemos esperar de su carta de platos? Lo que tendremos frente a nosotros será una oferta de cocina tradicional tan rica como el paisaje que nos rodea. La huerta de la ribera del Ebro y la ganadería de la sierra de Cameros, son los dos ingredientes esenciales de la gastronomía de esta ciudad, un regalo para la vista y el paladar que no podemos perdernos.

Los productos de la huerta, cultivados en la fértil ribera del Ebro, son los grandes protagonistas de la cocina de Logroño. En ella nacen deliciosas verduras, frutas, hortalizas y legumbres que enriquecen cualquier plato que se precie. Entre las recetas más populares encontramos la menestra riojana, a base de alcachofas, espárragos verdes, borraja, guisantes y zanahoria (que puede servirse con las verduras cocidas o rebozadas); los pimientos rellenos de bacalao desalado; y las alcachofas con jamón. Entre las legumbres, el plato estrella son las pochas a la riojana, un potaje de alubias blancas cocinadas con pimiento verde y rojo, cebolla, puerro y tomate.

De la huerta salen también los ingredientes para preparar las ensaladas que acompañan al otro producto estrella de la cocina logroñesa: el cordero. Las chuletas son uno de los cortes más habituales, de hecho es difícil encontrar una reunión de amigos en la que no se degusten unas chuletitas asadas con un buen vino de Rioja. Las más famosas son las cocinadas al sarmiento, es decir, asadas sobre el fuego de ramas de vid secas.

El queso Camerano, elaborado con leche de cabra, ocupa también un puesto destacado de la carta. Cuenta con Denominación de Origen Protegida y tiene una corteza muy característica ya que en ella se aprecian las marcas del molde de mimbre trenzado que se utiliza para su elaboración. Otro producto con personalidad propia son los caparrones, unas pequeñas judías cultivadas en las huertas de la zona, y las setas otoñales de los bosques de la sierra.

Además de las recetas de cuchara, en Logroño debemos disfrutar también de su cultura de pinchos y tapas. La calle Laurel es el destino por excelencia para probarlos.

Y para acompañar cualquier comida en Logroño, por supuesto, nos tocará elegir un buen vino de los muchos que se producen en la región. Los blancos, rosados y tintos con Denominación de Origen Calificada Rioja han adquirido fama mundial tanto si son de la Rioja Alta o Baja, como de la Alavesa.

Fuente: Guía Repsol

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