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Las fronteras de Jaume I

Las fronteras de Jaume I

Junto al río Vinalopó se erigen los castillos que marcaron las lindes entre Castilla y Aragón

rebeca ruiz

Lunes, 24 de agosto 2015, 19:00

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Cuando la península la formaban reinos y por villas y marquesados cabalgaban caballeros y señores, los castillos eran guardianes de fronteras. El camino que marcó el Vinalopó serviría de línea fronteriza entre los reinos de Aragón y Castilla en los tiempos de Jaime I tras la derrota del ejército árabe.

El vigía más imponente es el que se erige junto a la A-31, la autovía Madrid-Alicante, un camino sobre el que se inicia el recorrido por cuatro de los monumentos más emblemáticos que conforman la ruta de los castillos del Vinalopó, impulsada por el Patronato Provincial de Turismo de la Costa Blanca.

La salida de Villena es la que acerca al visitante a su primer destino, el castillo de la Atalaya, la misma mole de piedra que contempla a los viajeros desde la carretera. Fueron los almohades quienes levantaron la fortaleza de Villena a finales del siglo XII, castillo que en 1240 conquistarían las tropas de Jaime I.

Al castillo de la Atalaya únicamente se puede acceder a pie, por lo que es necesario dejar el coche aparcado en el parking del Centro de Recepción de Visitantes para poder adentrarse completamente en el monumento. El monumento está abierto al público de martes a domingo, la entrada cuesta tres euros y dispone de visitas guiadas a las 11, 12, 13, 16 y 17 horas.

De vuelta a la carretera, la siguiente parada es la de Biar, donde otra fortaleza corona el cerro bajo el que ha ido creciendo el municipio. Una vez fuera del coche, en la explanada principal, al visitante le espera otra subida en zigzag antes de acceder al castillo.

La fortaleza de Biar data de la misma época que la de Villena y tuvo un papel crucial en el Tratado de Almizra, que se firmó tras la derrota de las tropas árabes. Este castillo sería el que serviría como punto de referencia para delimitar la que sería la frontera con el reino de Castilla.

Después de sufrir una larga etapa de abandono en la que incluso llegó a ser cementerio a día de hoy, el castillo está completamente rehabilitado, igual que el de Villena, y dispone de una explicación por megafonía. El horario de visita es de martes a viernes de 10 a 14 horas y de 16 a 19 horas y de miércoles a viernes de 16 a 19 horas.

En el interior del municipio de Onil se oculta el Palacio-Fortaleza del Marqués de Dos Aguas, una construcción posterior que data del siglo XVI. Este enclave también alberga en la actualidad el Museu del Fester y el de los Reyes Magos y se puede visitar de martes a viernes de 9 a 14 horas y los sábados de 10.30 a 13.30 horas y de 17.30 a 20.00 horas. Las visitas guiadas se pueden concertar previamente y la entrada es gratuita.

En Castalla se encuentra la última parada del recorrido, aunque la ruta oficial continúa descendiendo hasta los castillos de Novelda, Elda, Sax, Petrer y Elche. Sobre el punto más alto de Castalla los árabes levantaron una fortaleza que en el siglo XV serviría también de palacio. El castillo de este municipio sería un escenario clave en la Guerra de Independencia puesto que junto a sus muros tendría lugar la segunda Batalla de Castalla en 1813, que pierde Suchet y es el comienzo de la retirada de las tropas francesas de la Comunitat.

Después de una etapa de restauración que duró once años, la fortaleza está abierta a visitantes desde el 2007. Entre los meses de mayo y septiembre el propio ayuntamiento de Castalla promueve visitas nocturnas al monumento. Cada viernes y sábado el castillo abre sus puertas a las 22 horas para un recorrido guiado por el precio de tres euros.

La ruta de los castillos del Vinalopó abre las puertas al lado histórico del interior de Alicante. Vislumbrar el horizonte desde la parte más alta de una torre del homenaje puede servir de inspiración a los más románticos amantes de la Historia, una oportunidad única de contemplar lo que antaño ya otearon almohades e incluso el mismísimo Jaime I.

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