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Lucía tira una caña en la Taberna Cervantes. :: lp
Taberna Cervantes: «Las cañas  o se sirven bien o no se sirven»

Taberna Cervantes: «Las cañas o se sirven bien o no se sirven»

En este bar 'maestro' de Mahou, las cervezas se sirven siempre acompañadas de una tapita de embutido o tortilla

PPLL

Viernes, 5 de diciembre 2014, 00:45

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En la Taberna Cervantes lo tienen claro «aquí las cañas o se sirven bien o no se sirven». Y esa máxima siguen tanto sus dueños, Eduardo Campos y Lucía Sánchez, como sus camareros, «es que ya no sabemos hacerlo de otra forma», una forma que les ha valido el título de bar maestro de Mahou.

Sin embargo, su arte al tirar las cañas les ha costado algún desencuentro que otro porque reconocen que mucha gente desconoce cómo es una caña maestra. «Nos dicen que no quieren tanta espuma, nosotros les explicamos que no es espuma, es crema y que solo son un par de centímetros, pero aún así alguna vez nos ha tocado regalar alguna y decirles 'pruébala y verás' -explica Lucía-. Eso sí, una vez la prueban no tienen más remedio que darnos la razón y el que la prueba repite».

Y si lo de tirar cañas maestras es norma del local, también lo es acompañarla siempre de una tapa. «Aquí en Valencia no se lleva mucho, pero nosotros siempre lo hacemos, la cerveza se sirve con un poquito de embutido o de tortilla», cuenta Eduardo. Tanto él como su mujer son del centro de España. Hace siete años se establecieron en Valencia y menos de dos que abrieron la Taberna Cervantes, con cuyo nombre quieren hacer un pequeño homenaje a la ciudad de la que provienen, Alcalá de Henares, ciudad de nacimiento del escritor.

«Cuando abrimos el bar lo teníamos claro, nuestra cerveza tenía que ser Mahou y lo cierto es que a la gente le encanta», señala el propietario, de hecho, asegura que tienen varios grupos de clientes fieles que van solo a tomar cervezas. Y es que, confiesa, «aquí somos muy pesados con que todo esté perfecto para tirar las cañas, el gas, el grifo...».

Además, esta cerveza combina a la perfección con su carta, donde mandan las tapas, las más clásicas -y demandadas- como las bravas o los calamares, pero también otras renovadas como las croquetas de queso Idiazabal con anchoas o de pollo con trompeta de la muerte.

«Entre semana nuestros clientes suelen ser vecinos del barrio (Amistat) pero los fines de semana viene gente de todos sitios que les gusta nuestra cocina y nuestros platos», dice Eduardo, que hasta que abrió su propio bar había sido cocinero de restaurantes de alta cocina.

«Ahora en la Taberna Cervantes hemos adaptado nuestros platos al lugar donde estamos, sin perder ese toque de buena cocina, pero a precios que todo el mundo se pueda permitir», añade Lucía.Más información en www.mahou.es.

* Mahou recomienda el consumo responsable 5,5º.

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