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El alcalde accidental, Antonio Zapata, en el acto celebrado en la Plaza del carmen por el Nueve de Octubre.
Zapata reprocha al Consell que el municipio no se merece el olvido al que está sometido

Zapata reprocha al Consell que el municipio no se merece el olvido al que está sometido

El alcalde accidental reclama igualdad de trato con el resto de valencianos por parte de «aquellos que nos contemplan nada más que como un censo»

Joaquín Andreu Esteban

Viernes, 10 de octubre 2014, 01:37

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La capital de la Vega Baja celebró ayer el tradicional acto del Nueve de Octubre en la Plaza del Carmen, con el tradicional discurso institucional del alcalde, en esta ocasión leído por primera vez por quien ocupa de forma accidental el puesto, el socialista Antonio Zapata, debido a la convalecencia del ecologista Monserrate Guillén.

El acto tuvo lugar a las doce del mediodía cuando la mayoría de los componentes de la Corporación municipal salieron bajo mazas de la puerta del Ayuntamiento, acompañados entre otros por representanets de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y representantes de las asociaciones y cargos de la ciudad, entre otros el Síndico del Oriol, Antonio Franco, y el titular del Juzgado de Aguas, Jesús Abadía.

En su discurso, menos beligerante que el de su predecesor, Zapata tampoco escatimó algún que otro reproche a las instituciones valencianas por el olvido al que tienen sometido al municipio, para el que reclamó la valencianía secular que lo caracteriza desde hace siglos, y rememoró que en 1976 partió desde los Mojones del Reino en Desamparados la primera marcha para reivindicar la autonomía valenciana.

El mandatario municipal dijo que «mucho se puede hacer desde la memoria y poco desde el olvido. Ni lo podemos hacer nosotros, ni lo pueden ni deben hacer quienes desde la distancia nos contemplan más como un censo que como a los hombres y mujeres» que componen la Comunitat. Añadió que era el momento de reclamar a quienes representan a todos los valencianos, desde Vinaroz a Orihuela, «que ningún oriolano merece ese olvido».

Zapata también hubo críticas hacia «aquellos que desprestigian a las instituciones en un momento en el que el noble oficio de la política no pasa por su mejor etapa, porque estas deben estar por encima de las ideas y las personas», y apostilló que ningún servidor público debe hacerlo. De igual modo en su discurso Zapata dijo que hay que seguir apostando «por el autogobierno, de norte a sur, en igualdad, asumiendo la grave crisis que vivimos, pero sin aceptar ese olvido al que también nos sometieron algunos cuando no la había» y pidió un proyecto unitario para todos los valencianos «frente al futuro, con la exigencia de nuevas y renovadas actitudes, donde no quepan actuaciones, vengan de donde vengan, que nos avergüenzan a todos».

Otra de las cuestiones por las que no quiso pasar por alto el alcalde accidental son los conflictos secesionistas y abogó porque haya un amplio compromiso por una España plural y solidaria «en la que la unidad no puede ser cuestionada, pero donde esta no puede ser sinónimo de uniformidad y si garantía de pluralidad, de diversidad y de respeto a la identidad propia». No dejó tampoco la máxima autoridad municipal de recordar a aquellos oriolanos que han hecho gala en el transcurso de los tiempos tanto de sus raíces como de su compromiso con los ciudadanos y reivindicó la figura de uno de ellos, Trinitario Ruiz Capdepón, que llegó a ser ministro de Justicia en el siglo XIX y creador de Correos. De él destacó sus orígenes en el Barrio Nuevo y su trabajo desde el escaño en Madrid y en diversos ministerios más, por apostar por el sufragio universal o los derechos laborales de las mujeres y los niños.

El acto finalizó con el disparo de una mascletá y la actuación de los componentes de la Coral Ginés Pérez de la Parra y la Orquesta de Viento del Conservatorio Municipal.

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