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La trasera no es la parte más bonita del coche, pero alberga dos plazas extra muy cómodas y portón eléctrico.
Para grandes escapadas

Para grandes escapadas

Prueba | Land Rover Discovery 7p. ·

El nuevo Discovery ofrece todo el confort, capacidad familiar y aptitudes 4x4 para llegar hasta el fin del mundo... y volver

ALEX ADALID

Lunes, 4 de septiembre 2017, 10:46

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Si dejamos de lado el Land Rover Defender, que aquí conocimos porque fueron fabricados por Santana, el modelo por excelencia de la marca es el Discovery. Nacido a finales de los ochenta, fue el primer coche capaz de combinar la capacidad todo terreno para enfrentarse con éxito a una competición tan dura como lo fue en su día el Camel Trophy y, a la vez, convertirse en un arma eficaz para el día a día cotidiano.

Las cosas han cambiado mucho en los casi treinta años de vida del modelo, en los que no ha dejado de crecer y adaptarse a los gustos del público hasta convertirse, con claridad, en un SUV premium, aunque con muchos matices que lo alejan del público lujoso de un Range Rover para acercarlo más a las pistas forestales y a las aventuras.

Destaca por su confort y espacio, y aunque el V6 diésel tiene brío, el chasis es mucho más calmado

Todo de aluminio

La nueva generación llega con una carrocería de aluminio, imprescindible para reducir el peso de un coche que, con su tamaño y tecnología, supera las dos toneladas pese al uso intensivo del ligero metal. Al menos estos cinco metros de generoso tamaño están muy bien aprovechados. Primero con un diseño atractivo, sobre todo en el frontal, con una agresividad y diplomacia que marca la estética. La zaga es muy maciza, y aunque los pilotos alargados son atractivos, no es su parte más bella, como le ocurre al lateral, sin la 'gracia' que tenían los Discovery anteriores, de diseño más atractivo en esta vista.

Por dentro todo nos enamora. Nuestra unidad, con tapicería en color beige, descubre un coche amplísimo, muy cómodo y dispuesto a transportar a una familia de hasta siete componentes. La trasera es muy amplia, con banqueta corredera y respaldo de inclinación eléctrica. Curiosamente, aunque caben tres sillitas, sólo tiene dos anclajes Isofix en esa zona, y otros dos más en las plazas traseras de la tercera fila. Estos dos últimas aparecen y desaparecen en el suelo del maletero de forma eléctrica aunque para ello hay que quitar la cortinilla del cubremaletero, algo engorrosa. Una vez en su sitio, las plazas de la tercera fila son bastante cómodas y cuentan, por ejemplo, con cargadores USB para recargar móviles.

Imagen principal - Para grandes escapadas
Imagen secundaria 1 - Para grandes escapadas
Imagen secundaria 2 - Para grandes escapadas

Máximo confort

Volvemos al asiento del conductor, donde Land Rover ha huido de formas demasiado tecnológicas para presentar un cuadro de relojes convencional y una gran pantalla táctil central de muy fácil uso. Casi tanto como el selector del cambio automático y el de los modos de tracción, ubicado en la consola y que nos permite elegir entre varios tipos de programas, además de subir o bajar la suspensión neumática o activar el control de descenso.

Para entrar por caminos conviene subir la suspensión, más que nada por tranquilidad, porque por altura y robustez el Discovery 'de serie' ya pasa por cualquier sitio, y aunque su robustez nos permite golpear alguna piedra con el chasis, mejor si subimos la carrocería.

Arrancamos el motor y nos encontramos en este caso con el brillante V6 de 258 CV de Land Rover. Nos encanta este motor, y es que permiten darle al Discovery bastante brío -acelera de 0 a 100 en poco más de 8 segundos- y tiene un sonido discreto. Eso sí, su consumo no es bajo, y no veremos cifras por debajo de los diez litros en recorridos urbanos o semi-urbanos. Con cambio automático de ocho marchas y tracción total, tampoco otros coches consiguen cifras de relumbrón.

Bastante ágil

Compensa esta falta de bajos consumos con muy buenas prestaciones en marcha. El coche es bastante ágil, aunque no tan rápido como otros SUV sin tanta tecnología 4x4 y, por tanto, mucho más ligeros. La suspensión está cómoda si lo conducimos con suavidad, ya que no hay un modo sport, y, si conducimos rápido, notaremos inercias, aunque con precisión en la trazada. Iremos más cómodos si no apuramos las prestaciones y conducimos con suavidad, y es en ese ambiente donde el silencio, el confort, la calidad y el espacio que nos rodea convierten al Discovery en un gran coche, casi único en su clase.

El precio de esta versión HSE es de unos 73.000 euros más opciones, así que podemos rozar los 80.000 sin demasiadas florituras. Es un precio similar al del nuevo Range Velar y muy cerca del Range Sport, coches más atractivos, pero sin el carisma 4x4 ni la capacidad aventurera de este Discovery, que está disponible desde algo más de 56.000 euros.

Conclusión

El Discovery sigue siendo el Land Rover con el que cargar a la familia y sorprenderlos con un viaje «al fin del mundo». Tiene todo el confort y la tecnología, usa muy buenos motores y resulta más fiable que nunca, y aunque mantiene su eficacia 4x4 es, sobre todo, un gran familiar para viajar.

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