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Con 4,6 metros, tiene el tamaño adecuado para un buen dinamismo.
Alfa Romeo Giulia: Un esperado reencuentro

Alfa Romeo Giulia: Un esperado reencuentro

ALFA GIULIA 2.0 DIESEL SUPER AUTOMÁTICO ·

El Alfa Giulia recupera los valores que encumbraron la marca para devolverla a los primeros puestos cuando hablamos de diversión

ALEX ADALID

Sábado, 9 de junio 2018

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Los coches de hoy tienen un gran virtud: todos van bien, hasta el punto de que nuestra frase favorita suele ser «la mejor marca, coche nuevo», y eso que nos encantan los clásicos. Ahora bien, hubo un tiempo en el que esto no era así, y había coches más confortables, otros más duraderos, otros más originales y, sólo unos pocos, divertidos de conducir. Hablamos sobre todo de los Alfa Romeo, y es que los Giulia y Giulietta de los años setenta eran los mejores coches de su clase a la hora de cubrir largas distancias con velocidad y diversión. Este y otros muchos argumentos, como un diseño verdaderamente italiano, encumbraron a Alfa hasta convertirla en una marca apasionante.

Después llegaría su bancarrota, la compra por parte de Fiat, el uso de plataformas comunes y la creación de vehículos efectivos como el Alfa 147, bellos como el 156 o el 159 y diferentes como los GTV o Brera, pero también más 'normales' en cuanto a conducción... hasta la llegada del Giulia de tracción trasera.

Un coche para disfrutar

En el Giulia se disfruta de los kilómetros gracias a su precisión, calidad, confort y equilibrio mecánico

Sacamos hoy todo este bagaje porque, aunque habíamos probado el modelo en otras ocasiones, en esta hemos podido dar rienda suelta a nuestra conducción, con una sucesión de viajes de trabajo que nos han llevado por amplias autopistas y algunas carreteras nacionales disfrutando al volante de un coche 'convencional' como hacía tiempo que no lo hacíamos, un 'reencuentro' con sus antecesores. Las dimensiones son compactas y el interior no es tan grande como en un Ford Mondeo o un Volkswagen Passat, aunque sí se acerca a los BMW Serie 3 o el Mercedes Clase C, rivales más habituales. Como los dos alemanes, el Giulia tiene tracción trasera, detalle que permite situar el motor detrás del eje delantero, de modo que el reparto de pesos da lugar a un mayor dinamismo y prestaciones. Pero si algo destaca es la dirección, el giro del volante es muy rápido y se traza con apenas un golpe de muñeca, y si al principio cuesta acostumbrarse a girar tan poco, después se aprecia un aplomo y seguridad magníficos. El equipo de frenos es excelente, y el cambio también, con ocho marcas y un control mediante unas enorme levas de aluminio similares en forma y uso a las de Ferrari, tal y como lo están leyendo.

Si seguimos con las cualidades, hay que apuntar un mínimo ruido, un interior de buen diseño y con clase, y un consumo reducido para los tiempos en que corren, ya que promediar 7,6 litros a ritmo alto sólo está al alcance de las mejores mecánicas.

Mientras otras marcas nos prestan modelos nuevecitos y a tope de equipamiento, nuestro Giulia llega con 32.000 kilómetros y sin muchos extras. Los asientos se regulan de forma manual y no hay techo panorámico ni un costoso equipo multimedia. Cuero, llantas y pintura metalizada parecen ser las únicas opciones de esta unidad, lo que nos permite una valoración más genuina, como comprobar que su tapicería de piel 'poltrona frau' está en un excelente estado.

Calidad de gama alta

En el interior el confort es la norma, y si los primeros días nos parecía pequeño, con el paso de las horas apreciamos el buen trabajo con el diseño. Al volante del Giulia apenas nos cansamos, y se pueden hacer viajes de varias horas sin que suponga ningún problema. Hay alguna pega de ergonomía, como una tapa de la consola central muy grande o un equipo multimedia que no es táctil y en el que la imagen de la cámara trasera es pequeña.

En las plazas posteriores hay buen espacio para su tamaño, pero no para una berlina de este sector, normalmente más amplia. Eso sí, dos sillitas infantiles y sus respectivos ocupantes caben de sobra. El maletero es algo justo, no muy hondo pero sí largo, lo que favorece la carga de bultos. No hay una versión familiar, ya que para Alfa Romeo el SUV Stelvio cubre esta faceta, y aunque no les falta razón, echamos de menos esa versión 'ranchera'.

Gama desde 30.000 euros

El motor sube de vueltas bien, corre mucho, gasta poco y sus vibraciones y sonido llegan realmente mitigados al interior, de modo que la experiencia de conducción es soberbia. Destaca, en autovía, su capacidad para ir rápido, y de hecho debemos estar muy atentos al cuadro de relojes.

Llega la hora de hablar de 'la pasta'. Si consideramos al Giulia un modelo premium, tiene un precio muy competitivo, ya que este diesel de 180 CV rinde de maravilla y sale por 42.000 euros. Si lo comparamos con modelos de corte popular, es algo más caro y más pequeño, pero este Alfa hay que tomarlo como lo que es: la berlina de su clase con mayor deportividad. Lo mejor es que Alfa está de vuelta, y a la marca le esperan tiempos de grandes éxitos.

Nos ha seducido esta berlina italiana, que recupera el placer de conducir por el simple hecho de hacerlo, sin necesidad de ir a sitio alguno. Como herramienta, es cómodo, confortable, económico y con clase, aunque peca de falta de espacio. Las ofertas en la gama son muy atractivas.

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