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Llantas, paragolpes y detalles convierten al GT Line en un Clio de lo más atractivo.
Imagen de ganador
PRUEBA

Imagen de ganador

La versión GT Line del Clio estrena un diseño llamativo, con un motor de buena respuesta y bajo consumo y cambio automático para ganar en confort

A. ADALID

Sábado, 25 de marzo 2017, 00:09

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Conducir un coche de buena respuesta y altas prestaciones siempre es apetecible, pero al precio que está el combustible y con el rigor de las sanciones, muchos prefieren una imagen sport dentro de unas prestaciones adecuadas, y esto es lo que ofrece Renault con el Clio 1.2 turbo GT Line, la imagen de un auténtico Clio Sport, pero con 120 CV, consumos razonables y, en esta versión con cambio automático, también un alto nivel de confort.

CONCLUSIÓN

  • Renault ofrece un Clio con una imagen atractiva, buena respuesta, bajo consumo y alto confort, y llega con un buen equipo multimedia y avances en seguridad. Es un coche recomendable si buscamos un modelo urbano capaz de enfrentarse a largos recorridos por carretera sin pegas y con un precio final competitivo.

El Clio ha recibido un par de retoques estéticos tras tres años en el mercado, y en esta versión GT Line se añaden nuevos paragolpes, llantas muy atractivas y una salida de escape 'racing', además de suspensiones de altura reducida. Por dentro cuenta con unos asientos tipo backets, volante en cuero, iluminación azul, pedales metálicos y palanca del cambio forrada en cuero muy atractiva.

Nos sentamos en su interior y arrancamos el motor con un botón que da vida al motor 1.2 turbo. La caja es de seis marchas del tipo 'doble embrague', por lo que no aumenta el consumo, sino que lo rebaja unas décimas al hacer los cambios más rápidos.

Ubicamos la posición D y salimos al tráfico urbano, donde el Clio se desenvuelve muy bien. Su imagen gusta, y más aún en el atractivo color azul con el que Renault suele vestir su gama deportiva. Entre los carriles se desenvuelve de maravilla, y es un coche ágil y que gusta conducir. Sus medidas son compactas, con cuatro metros que permiten encajar el Clio en casi cualquier parking, ayudados por la cámara de aparcamiento con muy buena visión.

En carretera va de maravilla, y con seis marchas mantiene las revoluciones bajas para un menor consumo. La respuesta no es tan viva como en ciudad, aunque no es un coche perezoso, y si exigimos potencia podemos reducir una o dos marcha para ponerse a tono con las exigencias al volante. Eso sí, no es un deportivo, pero sí un coche veloz, de buena respuesta y excelente agarre en curvas.

Cabe recordar que el Clio es un modelo de cinco puertas, y tiene un maletero amplio para su tamaño, de algo más de 300 litros. El consumo puede superar los 7 litros si vamos ligeros, y se queda en algo más de 5,5 en condiciones normales.

Llega la hora de hacer cuentas y, por unos 16.500 euros -ofertas aparte- este Clio es una opción que vale la pena valorar si buscamos un coche urbano, pero con un aspecto deportivo.

Renault consigue su objetivo, y este modelo es atractivo, práctico y económico, una muy buena opción en el segmento utilitario a la que, si sumamos el cambio automático, se añade más confort.

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