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Salir de lo convencional
PRUEBA

Salir de lo convencional

El Subaru Outback muestra cualidades que lo convierten en una de las mejores opciones para viajar con confort, seguridad y economía

A. ADALID

Sábado, 25 de junio 2016, 00:00

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Subaru es una marca no muy conocida en España, pero sí en el resto del mundo, donde sus ventas no paran de crecer y donde este año volverá a superar el millón de unidades vendidas con una mayor previsión de cara al futuro, y todo ello sin un solo SUV en su gama, los coches de moda. El motivo es que la marca, perteneciente a un gran grupo industrial japonés, siempre ha creído en su propia tecnología: tracción total simétrica y motores de cilindros opuestos tipo bóxer. Este tipo de mecánica, no muy lejos de otras del mercado, sí permite una mayor seguridad en el reparto de la tracción, por lo que los Subaru son coches muy apreciados en aquéllos países donde la nieve o la lluvia son habituales: la zona central y norte de Estados Unidos, Canadá y el norte de Europa están llenos de modelos de esta marca.

CONCLUSIÓN

Familiar y muy campero

Hasta aquí llega nuestra lección de historia antes de subirnos al nuevo Outback. El modelo fue uno de los primeros en mezclar carrocería familiar con un estilo campero, un camino similar al de algunos modelos de Audi y Volvo. Subaru insiste en este concepto en su gama, y el Outback es un familiar grande, de casi cinco metros, muy amplio, con tracción total, motor diesel, excelentes acabados y un precio que nos parece ajustadísimo: menos de 30.000 euros en versión base y unos 37.000 en esta versión tope de gama con cambio automático y un equipamiento en el que no falta de nada.

El nuevo diseño gusta, sin estridencias, y es un coche duradero que se valora bien en el mercado de ocasión. En el interior ya no hay que renunciar al lujo: colores claros, muchas telas donde antes había plásticos, una amplia pantalla táctil, muchos cromados, buenos acabados. el Outback es similar a los modelos premium alemanes, de los que se nota que se ha inspirado a la hora de elegir sus piezas. Por dentro es amplio tanto para los pasajeros de delante como para los de detrás. El maletero 'engaña' porque, aunque parece que tiene poca altura, ya que tiene una rueda de repuesto bajo el piso, lo cierto es que es largo y ancho, con más de 500 litros de capacidad muy utilizables.

En marcha el motor diesel, que rinde 150 CV, apenas muestra su sonido. El cambio automático es muy suave, y el coche empieza a moverse con facilidad y rapidez. No parece un coche grande y pesado, por lo que lo conducimos con suavidad y confort. En curvas tampoco tiene grandes inercias y el coche se mueve con comodidad tanto en carreteras de curvas como, sobre todo, en vías rápidas.

No hay que descuidar la seguridad ya que, además de los equipos habituales, Subaru cuenta con el 'eyesight', dos cámaras situadas junto al retrovisor delantero que leen la carretera, avisan del peligro de colisión, frenan si es preciso y nos avisan también si nos salimos del carril, un sistema ejemplar y eficaz.

Salimos del asfalto para ver cómo anda en excursiones y salidas off-road. Algunos Subaru de antaño tenían hasta reductora. Ahora los sistemas de tracción no lo hacen necesario, y el Outback se mueve con facilidad por todo tipo de caminos, con casi 20 centímetros de altura, buena protección de los bajos y gran capacidad de tracción.

Nos sorprende este coche, y no sólo nos parece bonito y nada caro, bien equipado por menos de 37.000 euros, sino muy recomendable como familiar muy seguro, cómodo, veloz y de consumo y precio razonables.

Si buscamos un modelo de calidad premium, que no tenga el tamaño de un SUV pero que sea amplio y buen viajero, el Outback es una de las opciones más acertadas del mercado, con un claro espíritu aventurero.

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