La fábrica más tecnológica

No es habitual que en Ford abran las puertas de su factoría de Almussafes, una de las referencias de la marca a nivel mundial en lo que a fabricación y procesos de trabajo se refiere, pero el inicio de la producción de modelos de alta gama y las nuevas tecnologías que se utilizan en el proceso han hecho que, por vez primera, tengamos acceso, sin restricciones, a todos los rincones de la renovada planta valenciana.

Desde fuera es imponente debido a sus 675.000 metros cuadrados de extensión, pero puede resultar más abrumadora su producción y la evolución que ha tenido en los últimos años, porque desde 2012 hasta 2015 se ha incrementado desde 133.000 hasta 400.000 unidades, con todo lo que conlleva a nivel de empleo.

Los últimos años puede que no hayan sido los mejores para Ford en lo que a puestos de trabajo se refiere, pero la factoría ha recuperado el tercer turno, lo que supone que la fábrica está en marcha durante casi 24 horas al día, lo que permite que la producción haya pasado de 1.325 a 1.900 vehículos al día.

Todo esto es positivo a nivel de empleo pero también a nivel de marca, porque Almussafes, planta referencia para Ford a nivel mundial, fabrica cinco modelos, dejando lejos las épocas en las que el Ka o el Fiesta eran los modelos 'valencianos'. Ahora son el Kuga, el Transit Connect, el Mondeo, el Galaxy y el S-Max.

Pintura e innovación

Uno de los puntos fuerte de la planta de Almussafes es el exclusivo proceso de pintura patentado. Las carrocerías pasan por unos rodillos con miles de plumas de Emú -similar al avestruz- para evitar que la electricidad estática adhiera partículas de polvo a la carrocería. Después se inicia el proceso de pintura '3Wet' con el que la imprimación, el tono de pintura elegido por el cliente y la laca final se añaden sin secados intermedios. Las ventajas con el proceso son abundantes, como por ejemplo, una mayor duración de la pintura. Además, durante el pintado se reducen las emisiones y se ahorra energía y tiempo. Al final de la cadena se inspeccionan los vehículos y se pulen las posibles imperfecciones que pueda haber en la carrocería, lo que garantiza que todas las unidades salgan en perfectas condiciones.

Una vez ensamblado el coche y montadas todas las piezas, un porcentaje de los vehículos pasan a la zona de pruebas para comprobar de manera exhaustiva que no existe ningún tipo de ruido que pueda resultar molesto para los clientes.

En la factoría Ford de Almussafes se mezcla la maquinaria más actual con procesos tradicionales en busca de la perfección. El margen de error es prácticamente nulo para asegurar que todos los coches que salen por la puerta en busca de sus nuevos propietarios estén en perfectas condiciones. Todo un orgullo para Valencia.